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el norte
Lunes, 9 de marzo 2015, 08:42
El animal llevaba tres días encaramado a lo alto de un álamo. Maullaba lastimeramente, pero estaba en una zona alta del árbol. Y los pocos que intentaron llegar hasta él, en un lugar muy inaccesible sin ayuda externa, comprobaron rápidamente como la timidez del felino era superior a su hambre o a su miedo y se alejaba si consideraba que alguien se acercaba demasiado.
Total, que el domingo alguien se decidió a avisar a los bomberos para que intentaran capturarle y resolver la angustiosa situación. Así que los funcionarios municipales acudieron con su escala al parque Ribera de Castilla de Valladolid, a la zona que está justo detrás del centro cívico de la zona. Los vecinos les indicaron el álamo temblón en el que estaba el gato, y sin mayor problema, se acercaron con la escala. Pero, hete aquí, que ante la proximidad de tal artilugio, al animal le entraron los nervios y el miedo a descender se le vino a evaporar y le invadió el deseo de huir. Dicho y hecho: dos ágiles saltos y felino a tierra. Comenzó una búsqueda entonces entre los romeros, tomillos, santolinas, escalonias y pitosporos, en busca del animal. Trabajo baldío. El gato se escabulló. Minutos después, mientras un grupo de personas vigilaba la zona para intentar atrapar al animal, los bomberos volvían a su cuartel y la tranquilidad regresaba al parque.
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