La sombra solidaria de los jóvenes acompañados
Fundación Adsis coordina en Valladolid a los voluntarios que asesoran a 26 jóvenes tutelados y de centros de menores
Víctor Vela
Lunes, 30 de junio 2014, 13:59
Las palabras salen de la boca de Michel Lozano (18 años)en tromba, con la velocidad de quien tiene las cosas claras, de quien no quiere perder más tiempo. «Hay que vivir la vida. El pasado solo sirve para no caer en los errores de otros. Lo que importa es el futuro», apunta Michael. Esos errores los sufrió en una casa que no era hogar. Apenas unas habitaciones con techo que escuchaban los lloros de unos niños, todos sus hermanos, él mismo, víctimas de maltrato y de abusos. Por parte del padre, de la madre, también de otros familiares. Desde pequeño ha vivido en centros de menores, en hogares tutelados. Dos de sus hermanos fueron adoptados. Otro vive con su pareja. El resto está en diversos centros. De los padres biológicos, pocas noticias. Mejor, dice.«De vez en cuando charlamos por whatsapp, pero nada más».
Habla deprisa y con convicción. Ahora ya sí. «Antes no tenía las cosas tan claras. Pero he descubierto algo. Si te fijas como meta sacar un cinco en un examen, aprobar sin más, solo llegarás al cinco. Hay que buscar el ocho. O más».Quiere que el futuro le encuentre preparado. Ha cursado módulos de mecánica, talleres de cocina con Cáritas, ahora está terminando un curso de restauración y bar con la Fundación Juan Soñador. «No estamos para perder el tiempo. La situación está complicada, no hay mucho trabajo. Pero quiero que cuando se termine la crisis me pille bien formado». Ycon carné de conducir.
Michael imprime velocidad a unas palabras en las que se cuela un gracias a las personas que le han acompañado en esta aventura de supervivencia. Psicólogos, educadores, trabajadores sociales... y voluntarios que se han convertido en amigos, casi en familia. Como Laura. Dice que no hubo buen rollo la primera vez que se conocieron, que al principio era: «A ver qué quiere la pesada esta». Pero hoy Laura sabe cosas que nadie más conoce sobre Michael:«Es con quien puedes expresarte de una forma más libre», reconoce. Y además, le ha ayudado a aprobar el inglés, que siempre fue una tortura en el currículo.
Él es uno de los jóvenes que forman parte del programa Enlace, desarrollado por la Fundación Adsis bajo los parámetros que establece la Junta de Castilla y León y que sirve de «preparación a la vida independiente para jóvenes y adolescentes»que viven o han pasado por pisos tutelados, centros de menores... «Esta iniciativa nace en 1999 y tenemos las primeras experiencias en 2000», explica Aurora Corona, directora de Adsis en Castilla y León. Catorce años después, el programa vive una nueva etapa después de que la Junta haya decidido acercarlo no solo a usuarios de entre 16 y 21 años, como hasta ahora, sino que desde hace unos meses la iniciativa ha crecido (con el nombre de te acompaño)y se comienza a atender a menores desde los 8 años. «El papel del voluntario es fundamental porque se rompe el círculo del sistema de protección (profesionales, técnicos)en el que han crecido algunos jóvenes y se les incorpora a una realidad social más normalizada», apunta Corona.
Zaida García es la técnico responsable del programa Enlace y la persona que se encarga de la formación y asesoramiento de los voluntarios. «Al principio, la relación que se establece entre el voluntario y los chicos es más pautada, pero pronto se alcanza una confianza muy estrecha entre ellos», explica García, quien añade que la vinculación no solo alcanza al voluntario, sino que muchas veces su familia también se ve implicada.
«Así, en ocasiones la relación se inicia cuando se queda para tareas de apoyo escolar, por ejemplo, pero pronto comienzan a encontrarse para tomar algo, para charlar, para irse de excursión y en algunos casos incluso de vacaciones». La implicación puede ir hasta un paso más allá.«Tenemos el caso de una voluntaria cuya familia le alquila gratis un piso en Parquesol a la joven a la que atendía y su hijo», desvela Corona.
Cristina Ramos es una de esas voluntarias que participa en este programa Enlace de la Fundación Adsis. EstudióCriminología y buscó a través de Internet (en la plataforma hacesfalta.org) un programa en el que pudiera prestar ayuda. Tuvo claro que esto era lo que quería hacer. Las personas que quieren colaborar con el programa han de pasar un proceso de selección y recibir un curso de formación. Luego, se les asigna a un menor o joven a quien acompañar. «Tenemos en cuenta tanto el perfil del chaval como el del voluntario, que siempre estará asesorado tanto por nosotros como por el educador de referencia del joven», apunta García.
Cristina comenzó su labor solidaria en julio del año pasado con una joven de 16 años. «Los primeros días la relación se basaba exclusivamente en el apoyo escolar. Eso se ha mantenido, pero ahora se ha normalizado. Charlamos por whatsapp, es una relación de amistad cotidiana. Cuando quedo con ella es como si estuviera con una amiga. Yella me cuenta qué tal el fin de semana, sus inquietudes, nos damos consejos». El objetivo principal es que los menores que han vivido casi toda su infancia en hogares tutelados o centros de menores tengan una figura de referencia que les ayude a caminar por la vida más allá de estas instituciones. «Cuando la relación cuaja, se puede forjar una amistad que dura años, incluso cuando ya ha terminado el programa», apunta Corona. En principio, la atención llega hasta que el usuario cumple 21 años, «aunque existe flexibilidad y se puede ampliar». El voluntario ha de tener los 23 cumplidos para comenzar a prestar este servicio y, como explican desde Adsis, no se requiere un perfil de «profesionales de lo social, como psicólogos o pedagogos». Es más, prefieren evitarlos porque «de forma inevitable, las relaciones que se establecen serán más profesionales en estos casos».