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DAVID SÁNCHEZ DE CASTRO
Miércoles, 18 de mayo 2011, 02:37
Pocos equipos en la actual parrilla de la Fórmula 1 han podido hacer más con menos. Hispania Racing afronta su segunda temporada con la sensación de que, tras un esfuerzo hercúleo, aún queda mucho por sufrir para asentarse en la difícil corte de Bernie Ecclestone. Mirar a la cara de los miembros de la escudería que luce la bandera española es encontrarse con una ilusión inmensa, unas ansias de éxito y un orgullo merecido por poder presumir de ser la culminación de un proyecto que no nació, ni mucho menos, en 2010. Una vida corta, pero muy complicada.
Aunque hoy todos hablamos de Hispania Racing, antes hubo un proyecto que habría cambiado la historia de la competición automovilística en nuestro país: Bravo F1. Corría el año 1992 y el expiloto de Minardi Adrián Campos contactaba con Nick Wirth, actual director técnico de Virgin Racing, y un grupo de empresarios para crear un equipo con capital español: Bravo-Judd S931. El coche resultó ser un fiasco técnico que ni siquiera pasó los test de la FIA. Campos se sintió traicionado por los empresarios, y abandonó el proyecto.
«Lo de Hispania fue distinto. Ganamos todas las competiciones de camino a la Fórmula 1, incluida la GP2, y cuando la FIA abrió la posibilidad de la entrada de nuevos equipos, bajo ciertas normas especiales a condición de un límite presupuestario de 40 millones, vi el momento adecuado. Yo ya tenía a Bruno Mendes, un piloto de Meta Image», comenta Campos.
Sin embargo, de nuevo Campos se vio dado de lado. «Al principio era Campos Grand Prix, tres días después era Campos Meta, y después ya era Hispania. Yo sinceramente no lidio bien con los politiqueos, y eso unido a la eliminación del límite presupuestario, hizo que Dallara y yo nos retirásemos», dice un Adrián Campos decepcionado. El divorcio de Meta Image y José Ramón Carabante con Adrián Campos se consumó y hoy ni se miran.
Del abismo al optimismo
La temporada del debut de Hispania Racing fue una montaña rusa, pero finalmente acabaron la temporada por delante de su primer rival, Virgin Racing. La temporada 2011 no ha empezado mejor. Tras la suspensión del GP de Baráin no se clasificaron para correr en Australia, pero ese bache ha pasado y llegan al Gran Premio de España con todas las ganas.
«Se están cumpliendo los objetivos. Hemos pasado en la última carrera a tres segundos de Vettel, cuando estábamos a más de siete en Australia», afirma Carabante, un presidente satisfecho.
Asegura que ahora la bolsa del dinero de Hispania está, «como en todas partes: hecha añicos. Tenemos el presupuesto más reducido de la parrilla, pero lo tenemos cubierto y eso nos permite cierta tranquilidad. Hispania cumple sus compromisos, paga a todo el mundo y no se debe dinero fuera. Se decía que no íbamos a durar cuatro carreras, que yo iba a vender el equipo... y aquí estamos. La credibilidad hay que demostrarla y más en un mundo tan competitivo como este y con las cifras que se manejan», afirma el empresario murciano.
«Hasta ahora es evidente que las empresas españolas no han apoyado lo suficiente, porque no han apoyado nada. Hay que cambiar esa tendencia, hay que demostrarles que este es un proyecto serio y a largo plazo», declara Carabante, con cierto optimismo.
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