La conexión alemana de los 90
Una casa de subastas de Múnich ofrece piezas de orígenes pintianos y un museo de Berlín exhibe objetos de la misma procedencia
J. B.
Domingo, 27 de marzo 2011, 03:04
«Esas piezas son pintianas». El director del Centro de Estudios Vacceos Federico Wattemberg apenas alberga dudas. Los puñales, puntas de lanza, talíes y fíbulas aparecidos en la web de una casa de subastas alemana -Hermann Histórica Múnich- pertenecen a yacimientos vacceos y «más concretamente al de Pintia si tuviera que arriesgarme», alega Carlos Sanz Mínguez.
En su opinión, resulta sospechosa la «conexión alemana» que ha llevado en la década de los noventa a que restos arqueológicos de Pintia hayan aparecido en dos destinos del país germano: la sala de subastas de Múnich y el Museo de Prehistoria e Historia Antigua de Berlín. La aparición de estas piezas de posible procedencia pintiana en la subasta, dentro de un lote más amplio de objetos de la colección de armas antiguas de Axel Guttmann, lleva a Carlos Sanz Mínguez a recordar el expolio que sufrió la necrópolis de Las Ruedas en 1990, una teoría que refuerza con otro dato que, sin salir de este país, lleva esta vez a Berlín. En concreto, a su Museo de Prehistoria e Historia Antigua. «Allí hay expuestas piezas de Pintia, exhibidas como objetos de la Edad del Hierro y figuran allí desde 1992», asegura.
El apunte de ese año no es casual, pues en 1993, alega el arqueólogo vallisoletano, «el Museo no podría haber incorporado ese tipo de figuras, pues la Unión Europea aprobó una ley que obligaba a los países receptores, no a los emisores, a justificar la procedencia de los objetos exhibidos». Un arqueólogo envió en fecha reciente desde Alemania al Centro de Estudios Vacceos Federico Wattemberg un «correo de auxilio para intentar evitar la pérdida de uno de los conjuntos de armas más espectaculares de nuestro patrimonio». Se refería a la venta de un lote de armas celtibéricas de la colección de Axel Guttmann integrado por un depósito de armas de procedencia aragonesa, en concreto, de Aranda de Moncayo, por el que el Ministerio de Cultura intentó sin éxito paralizar la subasta, y en el que también aparecían piezas que Sanz Mínguez vincula a Pintia, aunque estas no eran motivo de controversia.