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Un vehículo circula por la travesía de Valsaín.
Un coche que circulaba por Valsaín recibe «una lluvia de piedras y palos»

Un coche que circulaba por Valsaín recibe «una lluvia de piedras y palos»

Un conductor madrileño denuncia ante la Guardia Civil del Real Sitio el ataque sufrido este domingo por la tarde, mientras el alcalde reprueba un hecho «peligroso e irresponsable, pero aislado y único»

el norte

Lunes, 18 de enero 2016, 14:06

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«Ha sido una lluvia de palos y piedras desde el lateral derecho la calzada, proveniente de unos matorrales». Miguel Ángel Álvaro define así el grave suceso sufrido este domingo por la tarde, hacia las siete y cuarto, cuando circulaba con su coche en sentido a Madrid por la carretera CL-601, a la altura del punto kilométrico 11, a su paso por el núcleo de Valsaín. La víctima asegura que no es la primera vez que ocurre algo similar y que estos ataques son «periódicos».

El alcalde del Real Sitio de San Ildefonso, José Luis Vázquez, entiende el enojo y el malestar del conductor madrileño. Condena el hecho que califica de «irresponsable, reprochable y peligroso» para la integridad física del agredido. Sin embargo, insiste en que el incidente del domingo es «aisaldo y único». El regidor hace hicapié en que no tiene noción de que hubiera habido ataques con piedras y palos contra los vehículos que circulan por sus límites municipales.

Vázquez no le quita un ápice de gravedad a lo acontencido. Confía en que la Guardia Civil esclarezca la autoría de «esta gamberrada que ha podido tener consecuencias trágicas». El alcalde granjeño también desea que se adopten las medidas pertinentes que sirvan además de ejemplo para que no vuelvan a repetirse este tipo de actos.

Precedentes

El conductor paró y llamó a la Guardia Civil, pero los agentes no lograron descubrir a los responsables. La víctima acudió luego tramitar la correspondiente denuncia en el puesto de La Granja-San Ildefonso. Según relata, «me quedé asombrado de que la propia Guardia Civil fuera objeto de este mismo incidente tres meses atrás, como me dijeron los agentes». Entonces -continúa el denunciante- los culpables fuesen identificados. Se trata de unos menores, añade Miguel Ángel Álvaro.

El conductor recabó más información en un bar del municipio. Al parecer, allí un vecino le comentó que «un familiar de los presentes había sido la diana de otro incidente similar». Esos antecedentes que apunta Miguel Ángel Álvaro se saldaron con la rotura de la luna. Siempre según su narración, «la conductora identificó a la agresora y el padre de la misma le pago los daños».

«En mi caso, los daños se reducen a la rotura de la luna delantera, es una fractura semicircular del tamaño de una pelota de tenis, además de arañazos en el capó y picaduras en el cristal de la ventanilla derecha como consecuencia de las piedras lanzadas contra mi persona», describe el afectado.

Munición tras los matorrales

Cuando retomó el camino, aparcó en el lugar del incidente. La víctima se adentró en la zona de matorrales desde donde le lanzaron las piedras y los palos, y linterna en mano descubrió que el lugar «estaba lleno de desechos prueba» de que los presuntos autores habían estado allí. Halló parte de la munición empleada por los vándalos, como «cartones de media docena de huevos, papel albal de bocadillos, una lata de Fanta, multitud de retamas arrancadas que luego estaban también en la calzada, así como castañas en una zona poblada de roble».

«La cuestión es que si hubiese venido otro vehículo detrás, hubiese impactado conmigo por la propia reacción de frenar al sentir la lluvia de palos y piedras, y que si no hubiese mantenido el volante firme, hubiese impactado contra el vehículo que venía en dirección contraria», advierte de las posibles consecuencias que habría tenido el ataque sufrido. Lo padecido es «un hecho que supone un grave peligro para la integridad física de las personas y las cosas y un grave delito contra la seguridad vial que espero las autoridades pongan remedio lo más pronto posible, identifiquen a los agresores y sean llevados ante la justicia», conmina el conductor.

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