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Minutos antes de la apertura de la Puerta Santa del Santuario de la Virgen.
Numerosas personas acuden a la apertura de la Puerta Santa del Santuario de la Peña de Francia

Numerosas personas acuden a la apertura de la Puerta Santa del Santuario de la Peña de Francia

maría jesús gutiérrez

Domingo, 3 de abril 2016, 13:03

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Los fieles ya tienen un lugar más para obtener la indulgencia jubilar tras la apertura en la mañana de ayer de la Puerta Santa del Jubileo de la Misericordia del Santuario de la Virgen de la Peña de Francia, un acto que fue presidido por el obispo de Salamanca, Carlos López, que estuvo acompañado por el de Ciudad Rodrigo, Raúl Berzosa, y de una veintena de sacerdotes del Arciprestazgo y frailes dominicos, y al que acudieron personas en peregrinación caminando desde La Alberca, entre ellas su párroco, y también autocares que llevaron a peregrinos procedentes de El Cabaco, Cepeda, Nava de Francia, La Alberca, Sequeros, Sotoserrano y Miranda del Castañar.

En una mañana fría, el acto comenzó con la liturgia en el altar mayor, tras la que siguió una procesión por el entorno del santuario hasta llegar a la Puerta Santa, por la que se entró también en procesión con el Cirio Pascual, la Cruz de la Asamblea Diocesana, que portaba un laico, el incienso llevado por el sacristán de La Alberca y los Evangelios.

Ya en el interior tuvo lugar la solemne eucaristía con la participación de la comunidad de Dominicos del Convento de San Esteban así como peregrinos de diferentes localidades de la Sierra de Francia.

El obispo de Salamanca comenzó la homilía con el relato del Papa Francisco en el que pide que este año se reflexione en la Misericordia y el perdón de Dios, que es gratuito. Y respondiendo a su llamada, en la Diócesis Salamanca se cuenta con tres templos jubilares, junto a la Catedral y a la iglesia del Monasterio del Sagrado Corazón de Jesús de Cantalapiedra, siendo uno el Santuario de la Virgen de la Peña de Francia y otro Cabrera. El que asiste en peregrinación con fe, recordó el obispo, y devoción a estos lugares puede conseguir la indulgencia.

La eucaristía concluyó con la bendición final y la despedida de los fieles, siendo un acto «muy bonito y emotivo», manifestaron, que se había iniciado con unas palabras del obispo explicando el significado de la ceremonia de ayer.

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