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Sor Micaela coloca una pulsera a la duquesa, en su visita a Carrión en diciembre de 2013.
Ora pro Cayetana

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Las Clarisas de Carrión rezan por la duquesa de Alba, por la que aseguran que sienten un gran cariño

J. Olano Olazabal

Miércoles, 19 de noviembre 2014, 13:11

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Guardan un especial cariño hacia la duquesa de Alba y su esposo, el palentino Alfonso Díez-Carabantes. Y más desde que hace casi un año, en diciembre de 2013, la pareja visitara Carrión de los Condes para inaugurar la popular muestra de belenes que organizan las Clarisas. Así que las religiosas, desde que se enteraran el lunes del delicado estado de salud de Cayetana Fitz-James Stuart le han dedicado múltiples oraciones. «Estamos rezando mucho por ella, mucho», se expresa sor Micaela, la que fuera abadesa del convento hasta hace unos meses.

«La recordamos mucho y con mucho cariño, tanto ella como su marido fueron muy amables con nosotras, la clase que tienen se notó en todos los aspectos», añade sor Micaela, que está en contacto diario con la secretaria particular de doña Cayetana, a la que llama todos los días para preguntar por la evolución de la duquesa. «Nos pide que recemos mucho por ella, porque está muy malita, y yo le he dicho a doña Lola que traslade a doña Cayetana y al duque que están presentes en nuestras oraciones», agrega.

Las vísperas, los laúdes, el rosario y otras oraciones diarias en el monasterio de Santa Clara de Carrión de los Condes llevan estos días el nombre de la duquesa de Alba, presente también en otros lugares del recinto. Y es que además de los entrañables recuerdos que dejó su visita, la biblioteca de las Clarisas guarda un ejemplar del catálogo de la muestra de belenes del pasado año firmado por Cayetana de Alba y por Alfonso Díez-Carabantes. Sor Micaela recuerda que lo devolvieron dedicado desde el Palacio de Dueñas, adonde las religiosas se lo mandaron después de la visita del 3 de diciembre de 2013. Aquel día, la duquesa, recibida en Carrión entre aplausos y vítores, fue agasajada de tal manera por representantes institucionales y vecinos que las Clarisas consideraron excesivo hacerle también firmar el catálogo, por lo que decidieron enviárselo posteriormente. «No era el momento oportuno y para mí, el undécimo mandamiento es no estorbar», dice con gracejo sor Micaela, recordando que la duquesa, ya delicada de salud entonces, hizo un gran esfuerzo en aquella visita a Carrión de los Condes, un municipio hoy muy cercano al Palacio de Dueñas de Sevilla.

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