La mujer que intentó matar a la esposa de Paco González: «Me siento muy culpable. Ojalá sean felices»
El fiscal quiere que cumpla la condena en un centro penitenciario psiquiátrico
agencias
Lunes, 18 de abril 2016, 10:44
Lorena G., acusada de intentar matar a la esposa del periodista Paco González, ha asegurado en el juicio que se siente "muy culpable" y ha destacado que espera que "sean felices" y que "ojalá la puedan perdonar".
"Me siento muy culpable y estoy muy, muy arrepentida. Ojalá estas personas puedan perdonarme. No era mi intención hacerles daño. Ojalá sean felices y que no tengan miedo porque no les va a pasar nada", ha declarado la acusada nada más iniciar su declaración. "Me enamoré obsesivamente. Pensé que era el hombre de mi vida. Estaba enamorada de él hasta el punto de la obsesión". Así lo ha admitido en el juicio que ha arrancado este lunes en la Audiencia Provincial de Madrid.
Lorena G. F. e Iván T. P. se sientan en el banquillo por la comisión de un delito de proposición para cometer asesinato, un delito de tentativa de homicidio, un delito de lesiones con instrumento peligroso y otro delito más de proposición para cometer asesinato. El fiscal solicita que la acusada cumpla 34 años y medio de cárcel en un centro penitenciario psiquiátrico, ya que quiere que se le aplique la eximente completa del artículo 20.1 del Código Penal por alteración mental. Además, reclama que su entonces novio cumpla 20 años de prisión.
Durante su relato, Lorena e Iván se han contradicho en cuanto al supuesto mensaje que querían mandar el día de los hechos. La primera ha manifestado que planearon simular una infidelidad de la mujer del periodista hacía su esposo, mientras que Iván ha dicho que la infidelidad era de Paco hacia Maite, su mujer.
Simular una infidelidad
En su declaración, Lorena ha relatado que quiso simular una infidelidad de la mujer de Paco González y preparó con su amigo Ivan el abordaje de la esposa del periodista en el colegio de su hijo menor, negando que contratara a sicarios para hacer daño a la víctima. La idea era forzar una separación de González de su esposa, según ha admitido.
Así, ha narrado que el 5 de febrero de 2014 dejaron el coche en los alrededores del centro escolar, pasando la noche en el mismo. Conforme al plan, Iván subió al coche y simuló que tenía una relación sentimental con la mujer del periodista. Cuando ella subió al vehículo, madre e hija se abalanzaron contra el acusado, intentando ella impedir que le agredieran con un cuchillo que habían logrado arrebatar a Iván.
"Intenté separarlas y la mujer me mordió en el pulgar. Tenía miedo y pinché levemente a la hija en la pierna para poder separarlas", ha recordado. "La madre tenía el cuchillo y la dije que por favor no me hiciera nada. Me dijo que me fuera a la mierda y me clavó el cuchillo en el pecho. Cuando huí, su hija salió detrás y me acuchilló, cayendo al suelo", ha contado.
También ha relatado que en prisión conoció a dos presas, a quien supuestamente pidió que se encargaran de llevar a cabo sus planes. Una de ellas intentó coaccionar a su familia mandando cartas a su madre. Más tarde, conoció a otra reclusa en la enfermería y la dijo que tenía contactos. En ambos casos niega que su contacto con estas presas fuera para acabar sus planes.
Sobre su relación con Iván, ha contado que éste quería iniciar una relación con ella, algo de lo que se negaba dado que estaba enamorada del periodista deportivo. Además, ha negado que fueran enmascarados, ya que llevaban una gorra y una braga en el cuello porque llevaban rondando por la zona desde las doce de la noche.
En un momento de la declaración, la sala le ha exhibido un cojín pequeño con la imagen del periodista. "Lo llevaba a todos lados. Dormía con él y lo abrazaba", ha reconocido la acusada, quien ha dicho que tenía otro igual en su casa.
Quería suicidarse
En su relato, Iván ha contado que por aquella época Lorena estaba muy mal y su amiga le amenazaba con suicidarse. "Era un machaque personal. Me insultaba porque no la ayudaba y me encontré en una situación muy límite y me veía entre la espada y la pared. Yo quise hacer que la ayudaba pero sin hacer daño a nadie", ha dicho el procesado, quien ha manifestado que nunca pensó que su amiga tuviera un trastorno mental, sino una obsesión por Paco a raíz de que pasó una noche con él en una discoteca.
"Yo pensaba que esa situación no podía llegar a más. Quería que se tranquilizara y cesara en su empeño para que estuviera conmigo, que era lo que yo quería. Estaba enamorado de ella y no quería que se quitara la vida", ha subrayado a preguntas del fiscal. Además, ha negado que hiciera vigilancias a la familia a petición de Lorena.
A preguntas del fiscal, ha contado que el cuchillo que llevaron el día de los hechos lo había comprado en Valladolid y ha indicado que el mensaje era que el locutor deportivo estaba siendo infiel a su mujer. "Pasamos la noche en el coche y por la mañana nos acercamos al lugar andando. Dejamos el coche a una hora a pie", ha detallado y ha indicado seguidamente que él llevaba el cuchillo para asegurarse de que no iba a pasar nada.
"Siento muchísimo que se llegara a esa situación. Entré en el coche y vi que Maite quería salir. La agarré del brazo para que no saliera y llevaba el cuchillo en la mano para que viera que era una situación de amenaza para que no escapara. Todo era muy rápido. Me dijeron que no les hiciera daño y me ofrecieron dinero. Les dije que no iba a pasar nada. En ese momento, entra Lorena y ellas se ponen más nerviosas. Conseguí salir y caímos en el forcejeo. La situación estaba descontrolada y solté el cuchillo", ha narrado.
Tras ello, apareció un hombre que le obligó a salir del coche, abandonando el vehículo con las manos en alto. El hombre le golpeó con la puerta del coche en la cabeza y se fue sin saber a dónde iba, tirando del cuchillo por la zona. Una patrulla que andaba por el lugar les detuvo tras ser alertados.
Abordadas en el colegio
Según el fiscal, el día 7 de octubre de 2013, sobre las 09.30 horas, los dos acusados se reunieron en una cafetería de la Plaza de Santa Bárbara de Madrid junto con varias personas de nacionalidad rusa, las cuales no han podido ser identificadas por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.
En dicha reunión los acusados ofrecieron a las otras personas 30.000 euros a cambio de que terminar con la vida de María Teresa I. A.. La acusada les entregó una nota que contenía las indicaciones precisas para localizar a la víctima. En ella se describía a la víctima como "una mujer morena de unos 45 años" y se referenciaba la dirección en la que la podían localizar en la localidad de Las Matas. La dirección que incluía esa nota era errónea y, por tanto, los acusados no lograron su finalidad.
Meses más tarde, el 8 de febrero de 2014, sobre las 8.30 horas de la mañana, María Teresa, su hija María G. I., de 19 años de edad, y su otro hijo menor de edad se dirigían a bordo de su automóvil al colegio en el que estudiaba el pequeño. Una vez que el menor se bajó del vehículo, y antes de que María Teresa reiniciara la marcha, Iván accedió al coche por la puerta del copiloto y se sentó en el asiento, que se había quedado libre, ya que era el que ocupaba el pequeño.
El acusado colocó un cuchillo de cocina de 30 centímetros de hoja en el costado de la mujer y la obligó a reiniciar la marcha, exigiéndola circular muy despacio y detenerse cuando él lo ordenara. Mientras, María, que se encontraba en la parte de atrás del automóvil, intentó pedir ayuda a través del teléfono móvil, que le fue arrebatado inmediatamente por el asaltante, al tiempo que éste le decía: "Tú tranquila, que a ti no te va a pasar nada, esto no va contigo". Al preguntar María Teresa si a ella le pasaría algo, el acusado manifestó: "Contigo sí: te tengo que matar".
Poco después, Lorena G. F. accedía al vehículo por la puerta trasera derecha, con el rostro cubierto y gafas oscuras para no hacer posible su identificación. Portaba también un cuchillo, aunque de menores dimensiones que el de su compinche. Una vez que la acusada se acomodó dentro del vehículo, Iván manifestó a María Teresa: "Lo siento, te voy a matar" y, con el claro propósito de causarle la muerte, le propinó una puñalada en el costado izquierdo. Cuando Iván se disponía a propinar una segunda puñalada, que podría haber sido mortal, María se abalanzó sobre él desde la parte trasera del vehículo y evitó la nueva agresión, iniciándose entonces un forcejeo entre ambos.
Aprovechando la confusión, Lorena, con idéntica intención que su cómplice de quitar la vida a María Teresa, propinó una puñalada a la mujer desde la parte de atrás y también a su hija en la espalda, a fin de evitar la defensa que la joven hacía de su madre. En ese punto, la puerta delantera del vehículo se abrió, cayendo a la vía pública Iván, María Teresa y María. María continuó forcejando con el acusado, mientras Lorena se dirigió nuevamente a María Teresa para propinarle una tercera puñalada en la zona del abdomen.
Finalmente, María Teresa logró arrebatarle el cuchillo a su agresora, logrando separarse de Lorena con su hija. Ambas mujeres sufrieron importantes lesiones físicas y psicológicas derivadas de la agresión descrita. Como consecuencia de estos hechos, se procedió a la detención de ambos acusados el 8 de febrero de 2014, acordándose la prisión provisional comunicada y sin fianza por parte de la magistrada del Juzgado de Instrucción nº 5 de Móstoles, que se encontraba de guardia.
Contactos con un sicario
Desde el Centro Penitenciario Madrid I Mujeres de Alcalá de Henares, la acusada Lorena G. persistió de manera decidida en su propósito de terminar con la vida de María Teresa. Para ello, a través de otra reclusa, Ascensión M. F., contactó con José Carlos N. A. (pareja de la otra interna) y le ofreció dinero a cambio de terminar con la vida de María Teresa.
Cuando se percató de que el encargo realizado no se vería cumplido, en mayo de 2014, ofreció 6.000 euros a Juana N. A., interna del mismo centro penitenciario. El plan era que, una vez producida la cercana excarcelación de Juana, pusiera fin a la vida de María Teresa y su hija María. Para ello envió varias cartas fechadas entre el 14 y el 29 de mayo de 2014 insistiendo en su propuesta. En dichas misivas remitía la misma información con similares indicaciones que en las ocasiones anteriores.
Según la prueba pericial psicológica efectuada el 3 de diciembre de 2014, la acusada padece un trastorno delirante de tipo erotomaniaco con episodios múltiples, agudos y graves. La relación de causalidad entre dicho trastorno psicopatológico y los hechos relatados permite afirmar que sus capacidades cognitivas y volitivas se encontraban anuladas en el momento de la comisión de dichos actos delictivos. Asimismo, los especialistas psiquiátricos aconsejan el sometimiento a tratamiento especializado hasta la remisión total del cuadro clínico.
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