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Inés 'La maga'.

«Le haría magia al mismísimo diablo»

Granadina, 100% maga y 0% bruja. Inés 'La maga' ha estudiado Psicología y Gemología, y si no se hubiera dedicado a la magia, ahora mismo sería cerrajera

PPLL

Miércoles, 12 de agosto 2015, 11:14

Inés, sin apellido. ¿Por qué?

Es tan raro encontrarse con una ilusionista que mi apellido siempre iba a ser 'la maga'. Mejor asumirlo desde el principio.

Es psicóloga. ¿Qué tiene que ver con la magia?

¡Muchísimo! El 70 % es psicología. Saber manejar al público, desviar la atención, guiar al espectador por donde a ti te interesa para el desarrollo del juego...

No lleva chistera. ¿De dónde se saca los conejos?

¿A que no sabes de dónde viene esa idea? Los antiguos magos los hacían aparecer porque eran los manjares más deseados en aquellos tiempos de hambre.

En su espectáculo 'MagicROOM' se pone muy cerquito del público. ¿No teme que le descubran el secreto?

¡Al contrario! Lo disfruto muchísimo. Esa cercanía provoca una conexión brutal. La audiencia ya está muy acostumbrada a las imágenes artificiales, a los trucos de cámaras, los efectos digitales, los 'fakes'... Presenciar lo imposible a un metro de los ojos y en una mesa normal es lo más potente.

En todo caso, hay que tenerlos bien puestos.

¿Los ojos? (risas).

¿Un mago tiene que estar muy seguro de sí mismo?

Alguien que trabaja de cara al público tiene que transmitir seguridad. De lo contrario, el espectador estará sufriendo y no podrá dejarse llevar. Es imposible que un cómico nervioso te haga gracia o que un mago tembloroso te sorprenda.

¿Qué debe tener un espectáculo para cautivar al público?

El gran mago argentino René Lavand decía que el público perdona los fallos, pero no el aburrimiento.

Usted tiene mucha labia... ¿Es para despistar?

No sabía que la tuviese. ¿No lo dirás para despistarme a mí?

¿Hay público para la magia?

Siempre ha tenido un gran atractivo, pero sufre varios problemas. Uno es que la gente no siempre sabe dónde acudir para verla. Y otro, muy grave, es la falta de ética de los programas de televisión que muestran magia adulterada con efectos digitales, compinches entre el público, trucos de cámara...

¿A qué personaje le encantaría hacerle un truco de magia?

A Woody Allen.

¿Y a quién no se lo haría jamás?

Creo que le haría magia hasta al mismísimo diablo.

En el mundo del espectáculo no hay sueldo a final de mes. ¿Es hormiga o cigarra?

Es un trabajo muy inestable y esa incertidumbre te hace moverte, desarrollar nuevos proyectos, buscar, estudiar... Y vuelta a empezar. Es el único modo de estar al día y ofrecer cosas nuevas.

Si le digo Magia Borrás...

Mi primo tenía ese juego, yo no. Me apoderé de su caja sin que se diera cuenta. Luego le dije que si le había desaparecido, sería por arte de magia. No le vi muy convencido con la explicación.

¿Y cuándo se lanzó a ella para dedicarse de lleno?

Me hice profesional en 2006, cuando empecé con el programa 'Nada x aquí' de Cuatro.

Imagino a sus padres con las manos en la cabeza.

¡No! Todo lo contrario. Desde el primer momento conté con su apoyo y siempre me reforzaron para seguir en ello.

¿Por qué hay tan pocas magas?

Quizás porque hay demasiadas brujas.

Dicen que hechiza también con la mirada. ¿Le halaga o le molesta por sexista?

¡A quién no le gusta un piropo! No tengo ningún tipo de inconveniente en recibirlos.

¿Triunfaría menos si fuera menos bella?

Con la belleza quizás aguantes un programa o dos, pero para estar ahí durante diez años en más de 200 programas hay que trabajar mucho e inventar mucha magia.

¿No le han tomado alguna vez por la ayudante del mago?

Sí, cuando empecé. En los congresos de magia siempre se pensaban que era la ayudante o la novia... Me encantaba estar en segundo plano. Aprovechaba para enterarme de todo sin que nadie se diera cuenta.

¿En España tenemos buena tradición de magos?

Somos punteros a nivel mundial. Aquí hay magia de bellota.

Los políticos... ¿son magos o unos jetas?

Tanto el mago como el político te piden un billete, lo manipulan y consiguen engañarte ante tus ojos. La diferencia es que el mago te lo devuelve.

¿Cuál es su plan favorito para desconectar?

Cuando puedo me escapo a Venecia. Me gustan las sombras chinescas, así que me escondo con una linterna y las proyecto en las paredes del 'campanile' de la catedral de San Marcos o en la fachada de San Simeone Piccolo.

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