Borrar
Pablo Fernández, líder de Podemos en Castilla y León, elige la papeleta
El día en el que el F5 trabajó más que nunca

El día en el que el F5 trabajó más que nunca

El PP suma 17 diputados en Castilla y León, con lo que pierde 4; el PSOE resiste y se queda en 9, 2 menos que en 2011; Podemos supera las encuestas al anotarse 3 y Ciudadanos se tiene que conformar con 3

Eloy de la Pisa

Domingo, 20 de diciembre 2015, 23:39

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

No me hubiera gustado reencarnarme este año en tecla de ordenador. Y menos en la F5, la de actualizar. O de cristal líquido de móvil o tableta que quedara cerca de la zona en la que hay que tocar cuando se quiere refrescar lo que se ve en la pantalla. No les arriendo la ganancia ni la nochecita que habrán pasado. Pobrecitos míos. Vaya currada, vaya presión, cuanto toque repetido. Que estrés, señor, que estrés.

Y todo para que al final el PP sigue siendo el que más votos recibe en Castilla y León, pero al igual que en el resto de España, su posición ha pasado de dominante a mayoritaria. Un sutil escalón con importancia a medio plazo.

No había especial cara de satisfacción en la sede de los populares. No es para menos. Han perdido demasiados diputados. El granero de votos parece tener mala cosecha los últimos años: 250.000 votos menos que hace cuatro años. Mucha sangría. Las causas son variadas y están en la mente de cualquier votante, así que a Juan Vicente Herrera le va a tocar llevar a cabo una buena ración pública de autocrítica para demostrar a los electores de la comunidad que es capaz de volver a crecer. Él es capaz de hacerlo, aunque sus primeras palabras estuvieron lejos de esa idea, aunque está por ver que en Madrid sean capaces de hacerle caso sin escandalizarse. El caso es que en Burgos, Valladolid, León y Salamanca han perdido representación. En dos de las provincias donde más se está recuperando el empleo los electores dan la espalda al hacedor de la recuperación. Sintomático

La noche electoral en Castilla y León fue si no de infarto si un poco agobiante para alguno. Por ejemplo, en el cuartel general de Ciudadanos. Las huestes de Rivera, que por aquestos lares comandan Luis Fuentes y Pablo Yáñez, no cumplieron objetivos. Vale que pasaron de cero a tres, pero es que esto era casi lo mínimo. El diputado por Valladolid, León y Salamanca (los que han obtenido), estaban descontados antes de iniciarse las jornadas. Se trataba de ver que capacidad de crecimiento iba a ofrecer y si podía realmente rascar votos a los populares. Las encuestas decían que sí, y los electores dijeron que bueno, un poco sí, pero sin pasarse. Algo les ha fallado a los hombres y mujeres de naranja.

Al que le han fallado pocas cosas ha sido al PSOE. En la sede de la Avenida del Campo de Valladolid había más caras alegres que largas. En el contexto general sus resultados son francamente buenos. Perder dos escaños con la que está cayendo en estos momentos no es del todo un mal resultado. La estrategia que está siguiendo Luis Tudanca, por lo tanto, parece la correcta para sus intereses. La caída se frena e incluso puede pensarese que el suelo está tocado. Los resultados les van a permitir tapar el fracaso de Valladolid, donde la lista impuesta por el secretario provincial se quedó en un diputado y cerca de 30.000 votos menos. Muchos votos, porque en toda la comunidad han perdido cerca de 150.000. Dejarse la quinta parte en la principal provincia en cuanto a censo de la región no es la mejor noticia. Pero, que caray, tampoco es momento para hacer sangre con las cosas malas.

Y queda Podemos. Quizá el gran tirunfador de la noche. En España casi seguro, y en Castilla y León ahí le ha andado. Vale que 3 escaños (Valladolid, León y Burgos) no son la panacea, pero como tampoco partía de unas grandes expectativas, al final el resultados les ha sabido a gloria a los hombres y mujeres de Pablo Fernández. Sobre todo después de oir a su líder fijar las líneas rojas de quien quiera pactar con él y lanzar la primera bola de a negociación.

Los morados parecían desinflarse en favor de los naranjas, y al final fue más la viceversa. Quizá ese matiz es el que justifica las caras de unos y otros

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios