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Javier, hijo del trabajador fallecido en 2011, junto a su abogado, Pedro García. J. M.
Reconocen la prestación de una muerte por amianto en la factoría de Michelin en Valladolid
SALUD LABORAL

Reconocen la prestación de una muerte por amianto en la factoría de Michelin en Valladolid

El TSJ ratifica que el cáncer que contrajo uno de sus empleados, fallecido a los 55 años, fue por su exposición en el taller agrícola

J. MORENO

Miércoles, 21 de agosto 2013, 14:13

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Una familia vallisoletana ha visto reconocida su demanda frente a la Seguridad Social y la Mutua de Accidentes Fremap, en la reclamación para que se confirmase que un empleado de Michelín, José M. P., de 55 años, había contraído un cáncer de pulmón tras su exposición a partículas de amianto existentes en la factoría que Michelín tiene en Valladolid.

El reconocimiento, que implica un aumento del 52% sobre la pensión inicial fijada para la viuda, ha venido por parte de la Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León (TSJ), que ha ratificado una anterior sentencia de la jueza de lo Social 3, Irene Carvajal, de noviembre del 2012.

En ambas se declaran como hechos probados que el empleado de Neumáticos Michelín, con categoría de operario polivalente, trabajó en la factoría desde abril de 1979 hasta el 18 de mayo del 2010, fecha en la que se le diagnosticó un mesotelioma maligno de pleura, «enfermedad que terminó por provocar su fallecimiento».

Durante su relación laboral, el trabajador prestó sus servicios en el taller agrícola, ocupando puestos como conductor de calandra, empleado en la bubinadora y en la sección de gomas. Según explica su hijo Javier, «mi padre comenzó a tener un dolor en el costado y aunque acudió al médico y a los especialistas inicialmente, le dijeron que era una patología muscular. No fue hasta que le hicieron un tac cuando vieron unas manchas en la pleura. El diagnóstico fue en mayo del 2010 y mi padre, pese al tratamiento de quimio en el Clínico, murió en marzo del 2011», dice emocionado.

Una enfermedad mortal, según las dos sentencias, que vinculan a la exposición que tuvo José M. con el amianto durante los 31 años que permaneció en el taller agrícola.

Según el letrado de la familia, la empresa Michelín se opuso en el procedimiento a que se declarase la existencia de enfermedad profesional «para evitar posibles reclamaciones de indemnizaciones», como sucedió en el 2007 con la muerte de otro trabajador de su factoría en Vitoria. En ese fallo se condenaba a la empresa a pagar 165.000 euros a la familia de un empleado tras confirmar que en la factoría había amianto, aunque no se usara como componente para las ruedas.

Riesgo mortal

En la sentencia de Valladolid, se define al amianto (asbesto) como un compuesto mineral que presenta formas fibrosas que tienen hierro, aluminio, magnesio, calcio y sodio. El riesgo para la salud de las fibras de amianto se encuentra en su exposición e inhalación por aire, de tal modo que llega a producir tumores.

En el caso del trabajador fallecido, fue un mesotelioma de origen mesodérmico, que se localizó en la pleura como consecuencia del polvo que respiró.

«La asbestosis es una enfermedad mortal en más del 95% de los casos, siendo el único tratamiento conocido la cirugía radical mediante pleuroneumenectonía, seguida de radioterapia y quimioterapia, y solo es eficaz en el casos de tumores epiteliales con diagnóstico precoz, condiciones que concurren en menos del 5% de los pacientes», dice el fallo.

Aunque la jueza sostiene que en la fabricación de neumáticos en Valladolid «el amianto no es una de las materias primas», sí que concreta que este producto se encontraba «en los apoyos a tuberías, en las conducciones calorifugadas del cuadro de fluidos y en los hornos de tijeras», según un informe de la Inspección de Trabajo Seguridad Social.

«El hecho de que los materiales con amianto se encuentran presentes en las instalaciones de Michelín es una realidad. La propia empresa, a través de su representante, pone de manifiesto su intención de eliminarlo de las instalaciones como programa previsto por la dirección de la multinacional en Francia», recuerda el Tribunal Superior.

Pese a la toxicidad, se recuerda que el equipo de protección del trabajador consistía en calzado antiestático, guantes de cuero contra golpes y cortes, y protección auditiva.

Aunque Michelín defendió que la muerte de José M. G. se debió a «una enfermedad común», ya que no existía causa-efecto por el tumor que sufrió, el TSJ confirma que se trató de una enfermedad profesional por la que reconoce el derecho a incrementar la pensión con cargo a la empresa y la mutua. Queda pendiente otra demanda de indemnización por parte de la familia.

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