Baltanás refuerza a San Cristóbal
Pilar Peral confecciona dos nuevas sabanillas para la mesa del patrono de los conductores
LUIS ANTONIO CURIEL
Miércoles, 11 de julio 2012, 13:47
Numerosos baltanasiegos acudieron a la ermita de Nuestra Señora de Revilla para celebrar la festividad de San Cristóbal, patrono de los conductores, con una eucaristía, presidida por Rafael Núñez y amenizada por el Coro Parroquial. Los baltanasiegos recordaron especialmente a todos los conductores fallecidos en accidentes de tráfico.
Varios transportistas ofrecieron el pan y el vino, las flores y otros símbolos relacionados con la carretera y pidieron la protección de su patrono. Posteriormente, procesionaron a San Cristóbal, concluyendo con la bendición de los vehículos en la nueva plaza de Arrañales de Revilla. Numerosos vehículos se concentraron para recibir la bendición, muchos de ellos engalanados con flores y banderas de España. Este año, también acudió a la fiesta el Cuerpo de Bomberos llevando varios vehículos para su bendición. Los actos finalizaron con el himno en honor a San Cristóbal y el lanzamiento de cohetes por parte de Mario Fernández.
Como colofón, todos los transportistas recorrieron las principales calles en un vistoso desfile, con sus coches engalanados, reuniéndose posteriormente en el bar Puertas y en un merendero.
Los conductores mostraron su intención de continuar con esta tradición festiva, además de seguir colaborando con las distintas actuaciones llevadas a cabo en la ermita. Este año, Pilar Cepeda Baranda ha confeccionado dos nuevas sabanillas para la mesa de San Cristóbal. Continuando con la iniciativa del año pasado, días previos a la fiesta, varios conductores mantuvieron una reunión para preparar la celebración con el fin de dar mayor realce y un nuevo impulso a los actos.
Lejos de ser lo que fue, esta fiesta todavía tiene hondo calado en el sentir de los baltanasiegos y desde el año pasado siguen dándose pasos para que la celebración de San Cristóbal recupere todo su esplendor. Todo ello, gracias a los transportistas de la localidad, que mantienen viva esta tradición, reflejo de su propia historia. Hasta la década de los ochenta, organizaban toros o verbena, pasando por un desfile de vehículos y una comida de hermandad.