Chocolatada de San Pedro en Baltanás

La asociación cultural de amas de casa Virgen de Revilla animó la festividad de San Pedro con la degustación de chocolate y bizcochos para los centenares de baltanasiegos que acudieron a la tradicional cita.

El acto comenzó con la celebración de la eucaristía en la capilla de San Pedro, situada en las proximidades del parque de La Carolina. Acto seguido, una larga cola de vecinos aguardaba impaciente el reparto de chocolate con bizcochos, una sabrosa merienda que estuvo animada por música y bailes que se prolongaron hasta bien entrada la tarde. «Esta fiesta la recuperamos en el año 2009 y es un motivo de unión entre los vecinos, como reflejo del sentir de generaciones pasadas. Es importante que valoremos y conozcamos nuestra historia para disfrutarla y transmitirla a generaciones venideras», señaló Natividad Cabezudo, presidenta de las amas de casa. Los vecinos tuvieron la oportunidad de degustar el chocolate durante dos días, que resultó ciertamente una fiesta para la localidad.

El ayuntamiento patrocinó esta actividad como apuesta de futuro, para que las tradiciones sigan vivas en la historia del pueblo. «Estamos muy agradecidos a las amas de casa por su apoyo y por la ilusión que tienen por conservar y potenciar este tipo de fiestas y tradiciones. Les felicitamos por ello y les animamos a seguir trabajando por Baltanás y sus gentes», manifestó María José de la Fuente, alcaldesa de la localidad.

La festividad de San Pedro marcaba el inicio de la cosecha en estas tierras palentinas, además del reparto de pasto entre los pastores, que era cuando los echaban a suertes. Los baltanasiegos tenían la costumbre de madrugar para honrar al santo. Así lo han venido haciendo durante varias décadas, reuniéndose por barrios y participando en la tradicional chocolatada. En la actualidad, esta costumbre ha quedado relegada al barrio del Arrabal, donde numerosos baltanasiegos se dan cita para honrar a San Pedro desde primeras horas del día, momento en el que preparan una hoguera para hacer el chocolate, que después reparten entre todos los vecinos. Concluye siempre el acto festivo con el canto de la salve en el atrio de la ermita de Nuestra Señora de Revilla. El desayuno está presidido por una pintura de San Pedro realizada por una religiosa hija de la Caridad. Una vez más, la acogida por parte de los vecinos ha sido extraordinaria, por lo que está previsto continuar con la celebración de San Pedro el próximo año, recuperando otros aspectos de la tradición en honor al santo.