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CARLOS SANZ MÍNGUEZ DIRECTOR DEL CENTRO DE ESTUDIOS VACCEOS FEDERICO WATTEMBERG

«Falta creernos que una zona arqueológica es fuente de riqueza, y no de inconvenientes»

Lamenta que en ciertos ámbitos de la Administración aún persista la idea de que «el mejor yacimiento es el no excavado porque no da problemas»

JESÚS BOMBÍN

Lunes, 16 de noviembre 2009, 02:16

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Pintia ha cumplido treinta años desde que en 1979 se descubriera que bajo una parte de las tierras de labranza de un entorno de 125 hectáreas entre Padilla y Pesquera de Duero se hallaba enterrado el yacimiento arqueológico de la ciudad vaccea del siglo IV antes de Cristo. En esa primera campaña de excavación de urgencia participó Carlos Sanz Mínguez, ahora director del Centro de Estudios Vacceos Federico Wattember. Tres décadas después, con él mismo como impulsor, Pintia se ha convertido en un modelo de desarrollo arqueológico y de gestión de patrimonio cuyo potencial está en plena expansión. Cada temporada de excavación se descubren nuevos hallazgos mientras crece la demanda de arqueólogos extranjeros que pagan una matrícula de 1.700 euros para venir a excavar un mes a la par que la afluencia de turistas va en aumento. «El pasado de Pintia tiene futuro», sostiene.

-¿Antes de que se empezara a excavar en Pintia en 1979 había extranjeros que ya sabían de su existencia?

-A mí me han dicho que en los años setenta venían extranjeros, sobre todo holandeses, a poner sus tiendas de campaña en el pinar de las Pozas y ahí hacían sus excavaciones y se llevaban sus cosas. El yacimiento tiene una importancia excepcional. Una autoridad como Martín Almagro concluyó que el de Las Ruedas es el cementerio de la Edad del Hierro más importante de toda España, a excepción de algunas tumbas tartésicas principescas.

-¿Está el yacimiento suficientemente protegido?

-Estamos ante un bien tremendamente importante para el conocimiento del mundo vacceo y no está suficientemente protegido. Las estelas son parte sustancial del cementerio y no nos podemos permitir el lujo de que el arado siga dañándolas, destrozando tumbas.

-¿En qué estado se halla la denuncia de marzo por la destrucción de estelas con un arado?

-Tenemos aún el litigio en manos del Procurador del Común, que nos remitió una carta el otro día en la que decía que todavía no había recibido ningún tipo de notificación por parte de la Junta de Castilla y León después del requerimiento que les hizo y bueno, así estamos.

-¿Por qué está convencido de que el pasado de Pintia tiene futuro?

-Se puede y se debe hacer de la arqueología un factor de desarrollo económico. Pero no sé si todos los que tenemos algo que ver con el patrimonio lo hemos sabido hacer bien. A mí me parece que es preciso aplicar modelos en los que la arqueología no sea un inconveniente -como habitualmente parece ser-, sino un elemento de desarrollo y sostenibilidad.

-¿En qué se traduce ese concepto?

-Me gustaría que llegara un punto en esta tierra en el que alguien fuera capaz de visualizar que por cada hectárea de cebada a un agricultor le van a dar 500 euros al año. Y debería saber que esa hectárea excavada y visitable en un yacimiento le puede reportar mucha más riqueza a él y al entorno.

-¿Propone algún ejemplo como modelo?

-En las cuevas francesas del Paleolítico, muchos de sus dueños son los herederos de los descubridores. Evidentemente ahí el Estado actúa como garante de conservación de qué cosas se pueden hacer o no. Pero son los propietarios, los que están interesados en que aquello funcione, y con una visión empresarial desarrollan proyectos turísticos.

-¿Qué espera de las administraciones?

-No demando ni ayudas ni subvenciones, yo lo que pido son inversiones. El concepto es muy diferente. Porque una inversión es algo que ayuda a acelerar el proceso de un modelo que funciona. Por ejemplo ahora mismo tenemos un centro de estudios vacceos, un humilde centro, y este año hemos tocado techo con la capacidad, no podemos admitir a más de 30 alumnos y tengo que rechazar estudiantes americanos que quieren venir a excavar a Pintia en verano pagando 1.700 euros de matrícula. En ese centro, con una rehabilitación, podríamos multiplicar por tres su capacidad.

-¿Qué presupuesto se maneja en Pintia?

-Este año, a pesar de la crisis, ha sido el mejor, hemos tenido unos 300.000 euros de presupuesto a través de financiación propia, convenios con los gobiernos central y autonómico, empresas y bodegas... Empezamos en el 2004 con cuatro alumnos extranjeros que venían a excavar y ahora estamos en el tope de treinta y de ahí no podemos pasar porque las condiciones serían de hacinamiento.

-¿Qué habría que hacer para garantizar la protección del yacimiento?

-Tenemos unas leyes del gobierno central y autonómico sobre patrimonio, más los decretos que las desarrollan, que son más que suficientes, lo que hace falta es voluntad y el diseño de una política, que en todos los años que llevo en la profesión no he visto. Hemos ido a salto de mata, con presupuestos muy escasos. Y esto es algo que se dice en la propia administración, que hay que seleccionar, porque el número de yacimientos es impresionante, sólo en la provincia de Valladolid hay más de 1.600 catalogados y no se puede abarcar todo. Pero claro, no todos son iguales.

-¿Habría que ser selectivo y apostar por los mejores?

-Se requeriría una política que discierna cuáles son más importantes y tienen mejores condiciones, de coyuntura, de situación, de lo que sea. Pero, sobre todo, falta creerse las cosas. Hay que creerse que el patrimonio arqueológico es una fuente de riqueza y no una fuente de problemas. Entre la gente de la administración hay algún aforismo que sostiene que el mejor yacimiento arqueológico es el no excavado por que no da problemas. Ojos que no ven... Entonces claro, eso es un inmenso error.

-¿Atapuerca sería un ejemplo de esa gestión?

-Atapuerca es un modelo y Altamira es otro. Son lugares donde se ha hecho una gran inversión sobre determinados focos que están resultando maravillosos desde todas las perspectivas, no sólo desde el número de visitantes, sino desde todo lo que transmiten y cómo ponen en valor ese patrimonio y cómo hacen que la ciudadanía lo asuma como propio, que eso es una parte fundamental. Para eso hace falta una política y también mano firme en el sentido de que si hay que expropiar, hay que llevarlo a cabo por interés público, igual que nadie discute eso cuando se trata de carreteras o infraestructuras.

-¿Cuál es el futuro de Pintia?

-La experiencia que estamos teniendo en Pintia es que ese pasado tiene futuro y una zona como Padilla podría ser un foco turístico de importancia. Si no creyera que esto tiene futuro y si no quisiera que toda la gente que se está formando con nosotros, que todas las tesis que se están haciendo siguieran en el yacimiento vinculadas por contrato cuando se acaben, pues seguramente igual había tirado la toalla. Pero como veo que esto puede ser un motor que genere cosas si la gente se implica, para mí esa es una perspectiva muy importante, que todos los becarios y la gente que está alrededor pueda ver un futuro en todo esto.

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