Valladolid

Zuko, el perro 'milagro' que busca una segunda oportunidad

«Por las lesiones que presentaba no sabemos cuánto tiempo estuvo tratando de tirar de la cuerda hasta que lo consiguió pero poco no fue. Pudo pasar así semanas porque tenía parte de las heridas infectadas y la piel cauterizada por el roce con pinta de llevar bastante tiempo y es que casi se corta el cuello en el intento. Nunca había visto nada igual», comenta Pablo desde 113 motivo animales, un grupo que se dedica a rescatar canes.

«Antes de encontrarlo en esas condiciones tan lamentables, desnutrido, deshidratado y con profundos cortes en el cuello de lado a lado algunos vecinos le dábamos de comer y le poníamos agua porque nadie se hacía cargo de él con regularidad», comenta Carla Mejía, una de las salvadoras de Zuko. «Se escapaba y se venía con cualquiera», dice esta vecina. «Llevábamos mucho sin verle porque le habían atado atrás y no fuimos conscientes de cómo estaba hasta que no consiguió escapar. Fue muy triste ver así a Zuko».

Hace hincapié en el carácter «extremademante cariñoso del animal, incluso con los más pequeños». Tan agradecido que ni se quejó cuando herido de gravedad improvisaron un arnés con una cuerda para poderlo trasladar a un lugar a salvo en una intervención de la que fue parte el Seprona de Peñafiel, que intervino por un posible delito de maltrato animal y retiró el perro a su dueña elaborando además diligencias previas al Juzgado correspondiente.

Mientras tanto Zuko fue trasladado, sin muchas esperanzas, para ser atendido por los servicios veterinarios de la Diputación de Valladolid, donde fue intervenido en varias ocasiones y donde el personal sanitario tuvo que ponerle más de 56 grapas para curar las profundas heridas que tenía abiertas en el cuello. Fueron nueve largos meses los que pasaron hasta que se recuperó totalmente y un proceso en el que nunca dejó de mostrar su carácter sociable con los humanos y el resto de compañeros caninos.

Desde que volvió a estar en plena forma ha pasado un año, Zuko lleva todo ese tiempo esperando para ser adoptado en la perrera provincial de la Diputación de Valladolid. Ahora busca una segunda oportunidad para seguir dando cariño. «Es increíble cómo a pesar de todo lo que le ha ocurrido no guarda ningún tipo de rencor y solo quiere dar y recibir amor», coinciden Pablo y Carla, quien desean que lo adopte «alguien que lo vaya a tener a mimo» para que olvide lo mal que lo ha pasado en su corta vida«.