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El capital vallisoletano de la UME Juan Carlos Peñas.
Coronavirus en Valladolid: La UME se encuentra con ancianos desasistidos en Castilla y León

«Hemos visto residencias sin suficiente personal para cuidar a los ancianos»

El capitán vallisoletano de la UME, Juan Carlos Peñas, asegura que la ciudadanía se vuelca con la llegada de la unidad «a Cataluña, el País Vasco o a cualquier cárcel de Castilla y León»

Juan J. López

Valladolid

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Lunes, 6 de abril 2020, 07:02

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Desde la activación de la Unidad Militar de Emergencias (UME), el primer día tras el decreto del estado de alarma hace ya tres semanas, los 500 soldados de esta unidad del Quinto Batallón han recorrido miles de kilómetros entre las comunidades de Castilla y León, Galicia, Asturias y Cantabria. Han aprendido «en tiempo récord» labores de desinfección contra el coronavirus para las que nadie les había formado y se marchan todas las jornadas a 'casa', tras días maratonianos en los que, a veces, las duras imágenes –por ejemplo de los ancianos– se mitigan con los aplausos de estos mismos, de los presos desde sus celdas o de los ciudadanos anónimos que abren las ventanas «a todo correr» para despedirles con un «Hasta pronto».

–¿Cómo ha evolucionado el trabajo de la UME desde aquellos primeros días de desinfección en León y Valladolid hasta el inicio de casi esta cuarta semana de confinamiento?

–Los primeros días nadie pedía la desinfección... Ni siquiera nosotros estábamos preparados para ese trabajo. Acudíamos a los sitios un poco como apoyo a las patrullas de los cuerpos del estado. Sin embargo, poco a poco adaptamos los camiones y vehículos que tenemos para la lucha contra los incendios y al trabajo con los equipos de protección personal (EPI), y ahora todo el mundo quiere que desinfectemos nosotros. Percibimos que sienten que hay un plus cuando lo hacemos.

–Trabajos de desinfección, pero ya hemos visto que la UME está desempeñando otras labores.

–Estamos para lo que se nos necesite y donde se nos necesite.

–¿Incluidos Cataluña y el País Vasco?

–Por supuesto. Para que las Fuerzas Armadas estén en esos territorios es que sus autoridades lo han solicitado. Además, me consta que tanto al ir, como al irnos, los soldados nos vamos entre aplausos. El tema político va por otro lado. Nosotros solo percibimos cariño, como, por ejemplo, en las cárceles de Castilla y León. El otro día en una de Burgos, los presos se agolpaban en las celdas para aplaudir el trabajo de desinfección de nuestros chicos, y así en todos los sitios. Creo que uno de los aprendizajes de esta crisis, es que las Fuerzas Armadas son fundamentales.

–Aplausos en las cárceles, pero también en las residencias de mayores. Muchos soldados dicen que son las muestras de cariño más especiales de estos días.

–Sí. El trabajo en los geriátricos ha sido muy duro en ocasiones. Hemos visto residencias sin suficiente personal para atender a los ancianos, porque los propios auxiliares estaban en sus casas en cuarentena.

–¿Han llegado a encontrarse con personas ya fallecidas en estos lugares?

–No. Hemos visto situaciones duras, pero no hasta ese extremo. Eso ha sido en Madrid, que ahora mismo por desgracia va a otro ritmo, y esperemos que ese ritmo no llegue nunca a aquí.

–¿En qué se diferencia su trabajo de sus compañeros de los batallones de la comunidad de Madrid?

–Ellos están también desplegados para trasladar cadáveres o personas enfermas de unos hospitales a otros, así como ayudar en otras labores al resto de los cuerpos del estado.

La situación delicada de Soria

–A la vista de la evolución de la pandemia, ¿cómo cree que van a ser las próximas semanas en su zona de acción, incluida Castilla y León?

–Nosotros vamos a seguir nuestros trabajos de desinfección en residencias de ancianos, centros penitenciarios o edificios de cuerpos del estado y públicos. En cuanto a ciudades, nos vamos a desplegar de forma más permanente en Soria, donde la situación es más delicada, al ser una ciudad con una población más envejecida y tener ciertos servicios colapsados. También tendremos especial trabajo en Segovia o Ávila.

–Otros cuerpos del estado han denunciado la falta de material de protección personal, ¿cuál es la situación en la UME?

–De momento estamos abastecidos, y no hemos pedido nada. Sí es verdad que hemos recibido donaciones, que nos han venido muy bien, como por ejemplo de la Delegación Territorial de la Junta en León o del Ayuntamiento también de León.

–¿Cuál es el sentir del ejército con respecto a la crisis del coronavirus? Decisiones, expectativas...

–Sabemos que es la crisis más importante de la historia moderna, pero no solo de España, de un buen número de países. Nos ha pillado desprevenidos, pensábamos que no iba a llegar. A nivel personal, lo afronto como un reto del que tenemos que salir más reforzados. A mí me da fuerzas ver que la UME mantiene la moral alta. Los chicos no han dudado nunca, pese a las largas jornadas de trabajo, del peligro de las familias... Somos conscientes de que somos parte de la solución, pero como otros colectivos.

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