Vigilancia por seguridad vial contra los setos 'ciegos' de Valladolid
El Ayuntamiento poda los arbustos que obstaculizan la visión en los pasos de cebra de forma habitual o por avisos ciudadanos
Hace apenas una semana, un ciudadano quiso agradecer a través de una carta al director en este periódico una gestión de la concejala de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Valladolid, María Sánchez. Le había pedido, contaba, que «había un seto» cerca de donde vivía, «junto a un paso de peatones frecuentado por niños que van al cole», que a su juicio estaba demasiado alto. «Impedía a los coches ver si pasaba o no gente por el paso. Todo un peligro que podía evitarse con la sencilla medida de podar el seto», señalaba en su misiva este vecino.
El seto se encontraba en el cruce entre las calles Limonero y Alcaparra, en la zona de El Peral. En un esquinazo sin más salida que el giro, porque en él muere la zona urbanizada, pero por el que transitan, efectivamente, chavales de camino al colegio, aficionados a correr o andar por los caminos que salen de allí y otros vecinos. El seto, como contaba el autor de la carta, José Miguel H. R., ya está podado. Y lo mismo ocurre con otros casos que, de tanto en cuanto, precisan un recorte para no impedir la visibilidad.
Mejorar la seguridad vial es algo que está al alcance de una llamada al 010
En mayo de 2017, poco después del atropello mortal de un niño de 12 años en Isabel La Católica, el Ayuntamiento ya anunció que se trataría de mejorar la visibilidad en las medianas recortando los setos más altos. Y es que las plantas ornamentales suponen, en ocasiones, un riesgo cierto para la seguridad vial, tanto como lo pueden ser contenedores u otro mobiliario urbano que obstaculice la visión de los conductores que se aproximan a un paso de cebra o un cruce.
El Ayuntamiento tiene por norma podar los setos, «según la especie y cómo sea su desarrollo», aclara la edil María Sánchez, «una, dos o tres veces al año o cuando se necesite». Pero añade la concejala de Medio Ambiente que también «se atienden todos los avisos que se reciban o si desde el Servicio de Jardines se aprecia de oficio» que es necesario en algún caso.
Así interfiere un seto en un paso de cebra
Uno muy frecuente es el de las adelfas –la planta que además estorbaba la visibilidad en la zona de El Peral–, muy utilizada por su carácter decorativo, su resistencia y su mantenimiento sencillo, pero, al mismo tiempo, de crecimiento rápido y en ocasiones muy invasivo. Muchas medianas de Valladolid, como la ronda interior, la avenida de Salamanca o la Ciudad de la Comunicación, cuentan con estas plantas.
Según los expertos, pueden llegar a medir seis metros de altura. Y no es necesario que alcancen tanto tamaño para obstaculizar la visión. Y es fácil que el Servicio de Jardines, que atiende una extensión considerable de zonas verdes en Valladolid, pueda tardar lo suficiente en revisarlas como para que se conviertan en un peligro. Por eso, según señala María Sánchez, «no se coloca ningún seto nuevo a menos de 20 metros de distancia de un paso de cebra», como se puede comprobar en la reciente rehabilitación de las medianas de Parquesol, arboladas y con setos bajos, o de la calle Hospital Militar, con césped y árboles. «O se ponen setos muy bajos, como en el Paseo de Zorrilla cuando se remodeló la parte de las medianas», añade Sánchez.
El caso es que en los que aún quedan, la labor ciudadana es importante. Sea un conductor o un peatón, contribuir, como hizo el lector, a mejorar la seguridad vial es algo que está al alcance de una llamada al 010.