La venta de test de autodiagnóstico se mantiene constante en las farmacias de Valladolid

La posibilidad de que el ciudadano pueda adquirir un test y realizárselo en su domicilio lo tilda de «peligroso porque muchos no notificarán el positivo debido a la cercanía de unas vacaciones o cualquier motivo que consideren de peso, lo que supone poner en riesgo a los demás ciudadanos». El reconocimiento de las farmacias como establecimientos sanitarios públicos pero gestionados de forma privada «debería brindar la posibilidad de ser un apoyo más en el diagnóstico de la enfermedad causante de esta pandemia». Con un total de 92.000 test vendidos en dos semanas en Castilla y León , las farmacias de la región han hecho acopio y han adquirido otros 60.000 para garantizar las ventas y que no se produzca el desabastecimiento que se dio hace quince días. Estas pruebas sirven de ayuda como complemento a otros métodos diagnósticos en el control de la pandemia: permiten detectar más casos y, por tanto, ofrecer más oportunidades de controlar la transmisión. Sin embargo, según la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios, «es importante tener en cuenta que las pruebas de autodiagnóstico no serán consideradas para el diagnóstico de confirmación de infección activa ni en personas con síntomas ni en asintomáticos». Los resultados positivos en estas pruebas se considerarán casos sospechosos que deberán confirmarse en un centro sanitario mediante una PDIA (prueba de diagnóstico de infección activa).

Ana Minguez Iglesias es propietaria de la farmacia en la calle Panaderos, de Valladolid, y asegura que desde el 24 de julio ha vendido un total de 20 test de autodiagnóstico, por lo que «es una buena cifra aunque no se venden a diario; un día se venden cuatro y, al siguiente, ninguno, pero es más bien constante». Esta joven farmacéutica destaca que los días que concentran un mayor volumen de ventas son los previos al fin de semana. En la calle Labradores, Emilio Rodríguez despacha en su farmacia las pruebas desde que Sanidad lo permitió y precisa que «continúa habiendo demanda pero menos que hace una semana; la mayoría se venden de forma individual y, por el momento, no ha habido problemas de abastecimiento». Cuando venden un test, el cliente ha de llevárselo a casa y realizarse él mismo (o con ayuda de otra persona) la inserción del temido palito. «Que la gente se lo lleve a casa no es lo más seguro, porque depende de la responsabilidad de cada uno el comunicar o no el resultado, sobre todo si ha sido positivo». En su opinión, protocolizar el hecho de realizarse el test en la farmacia «ayudaría a contabilizar mejor los casos activos y relajaría la presión en la atención primaria».

También en la calle Labradores de Valladolid está la farmacia de Esther Arranz, quien asegura que «se ha normalizado la venta y hay un goteo constante de clientes solicitando test». Con ventas de cinco unidades de media, destaca que «los compran para ir a visitar a familiares y las edades son variadas, pero no hay gente muy mayor que los pida». Los días de la semana que más ventas se producen son los lunes y los viernes, «coincidiendo con la cercanía del fin de semana y una vez pasado». Esta farmacéutica considera «necesario» que se permita realizar los test de autodiagnóstico en las farmacias «para llevar un registro de los positivos que arrojan», aunque entiende que es «complicado porque no todas tienen las instalaciones necesarias para ello».

Las farmacias cuentan con un recuento del número de test de autodiagnóstico que han vendido pero no con los resultados arrojados por estos. «La venta de los test está bien y se venden bastantes, sobre todo para las vacaciones y para visitar a familiares o amigos», destaca Rocío Ángulo, cuya farmacia está en la calle Mantería. «Se debería permitir que pudiésemos realizarlos aquí y firmar un papel que corrobore el positivo o el negativo para comunicárselo directamente a Sanidad», precisa. En la Plaza España, la farmacia de Nuria Téllez tiene un volumen de ventas «importante». «Hay gente que viene a por 5 o 10 test de golpe y hemos visto en alguna ocasión cómo se llevaba una misma persona 25 pruebas».

Con las ventas generando los ingresos «esperados», García Nogueiras asegura que «las farmacias evitan muchas consultas en la atención primaria y el papel es fundamental en la sanidad, pero no se ofrece la confianza necesaria». Así, al no ser necesaria la receta para la adquisición de los test de autodiagnóstico y al permitir su realización en los domicilios, «no es posible llevar un recuento exacto de los resultados que arrojan». Por el momento, desde el Colegio de Farmacéuticos de Valladolid solicitan que se les otorgue la posibilidad de que las farmacias realicen los test a los ciudadanos y comuniquen el resultado a Sanidad para llevar un recuento «más fiable» por ser un organismo oficial de salud.