Los vallisoletanos, prudentes ante el posible final de la mascarilla en exteriores
Fernando Simón especuló con que durante el mes de julio o «incluso antes» podría caer la obligación de llevarla en algunas situaciones
El director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, especuló el pasado lunes con que el mes de julio podría ser el final de la obligatoriedad de las mascarillas en exteriores, algo que podría ocurrir «incluso antes». Frente a esta posibilidad, los vallisoletanos muestran su opinión frente a este nuevo cambio en las restricciones que poco a poco acercan la normalidad previa a la pandemia.
Tras un año con la mascarilla, se podría pensar que los ciudadanos están deseando poder salir a la calle sin ella, pero algunos vallisoletanos no piensan igual y se muestran prudentes ante la idea del final de su uso en las próximas semanas. «Todavía está el virus por ahí, aún es muy pronto; no me fío y eso que estoy vacunado» explica José Luis Fernández, que solo se quita la mascarilla en el campo y cuando no hay nadie. «Si veo venir a una persona me la pongo» asevera.
En un ámbito totalmente diferente se mueve Feledonio Llorente, a quien la mascarilla le termina por crear un agobio. «Estoy deseando deshacerme de ella, cuando voy a la finca me la quito, que además estoy solo, pero por ciudad siempre la llevo» comenta. María Dolores asegura que durante todo este año va a seguir con ella puesta, caiga o no la restricción en las próximas semanas. «Tengo miedo, esto aún no se ha terminado y hay que seguir haciendo un esfuerzo para que todo esto pare, no me la quitaría en ningún lugar».
Los jóvenes no se la quitan
A pesar de lo que se podría pensar, los jóvenes de Valladolid seguirían con la mascarilla puesta si cae su uso obligatorio en exteriores. «Hay que tener sentido común y ser prudente, en calles con gente no me la quitaría, si estoy por ejemplo estoy en un sitio abierto como un parque y hay poca gente no vería problema», asegura Alberto González, de 22 años.
También lo expresa así Victoria Hernando, de 20 años, que solo dejará de ponérsela cuando esté «con familiares o amigos muy cercanos». «Ahora mismo según está la calle Santiago seguiría con ella puesta, son sitios donde todavía hay mucha gente como para ir con la cara destapada» añade. Su amiga, Gadea Mayo, también de la misma edad, cree que todavía hay riesgo hasta que la mayoría de la población esté vacunada y que es mejor continuar con su uso. «Por un poco más no va a pasar nada, ya nos hemos acostumbrado a ella y lo mejor es tener precaución hasta que todo esté más relajado» asevera. Gadea asegura que solo habrá un sitio donde dejaría de llevarla, las terrazas, «lo haría por no tener que estar pendiente de ponérmela y quitármela para beber un trago» comenta.