Valladolid es la segunda capital de provincia de España donde más sube la vivienda

Ese porcentaje de incremento sitúa a la capital vallisoletana al nivel de municipios costeros tan turísticos como Valencia y Cádiz, que anotan un ascenso del 8,3% en el mismo periodo. La ciudad del Pisuerga es una de las 34 cabeceras de provincia españolas donde aumenta el precio de los hogares respecto a 2022, frente a aquellas en las que se mantiene sin cambios –Burgos, Santander y Toledo– y las trece donde se recorta. Entre estas últimas hay tres de la comunidad, Zamora (-0,1%) , Segovia (-0,8%) y sobre todo Palencia, donde cae el 7%.

La misma Estadística Registral Inmobiliaria sitúa el precio medio del metro cuadrado de piso en Valladolid en 1.690 euros. Se trata del importe más cuantioso de la región, si bien es casi idéntico al de Salamanca (1.688 euros). Muy cerca figuran Burgos (1.589 euros) y Segovia (1.568 euros por metro cuadrado), y a más distancia Soria (1.375 euros) y León (1.340 euros). Los núcleos más asequibles a la hora de comprar casa son Palencia (1.125 euros), Ávila (1.123 euros) y en especial Zamora, donde el metro cuadrado se paga a 1.038 euros.

Se trata de cantidades nada despreciables que sin embargo están muy lejos de las que se registran allí donde comprar una vivienda resulta prohibitivo. Es lo que ocurre en San Sebastián, que lidera el ranking con un coste de 5.378 euros por metro cuadrado solo al alcance de los más pudientes, pero también en Barcelona, Madrid y Palma, por este orden, donde asciende respectivamente a 4.374, 4.060 y 3.319 euros.

Son cifras muy abultadas que sin embargo no se quedan ahí, puesto que la tendencia de encarecimiento de la vivienda continúa al alza, como revela el último informe semestral de pisos.com. Según este estudio, entre enero y junio de 2024 el precio se ha elevado el 10,72% en Valladolid respecto al mismo periodo del año anterior, lo que sitúa a la capital como la quinta del país donde más ha escalado, únicamente por detrás de Almería, Madrid, Huesca y Guadalajara.

«Los precios en Valladolid están acelerando», confirma Ferran Font, director de Estudios de ese portal inmobiliario, que matiza que «es una tendencia generalizada» que se da «en la mayoría de capitales de Castilla y León y a nivel nacional» y «es consecuencia de que hay muchísima actividad desde el punto de vista de la demanda y muy poca oferta. De hecho, el Banco de España ha situado en 600.000 viviendas esa falta de oferta» en el conjunto del país hasta 2025, recuerda. Una escasez que se ve agravada por el auge de los pisos turísticos, algo que «obviamente influye porque los trasvases suelen ser de alquiler residencial a turístico».

A pesar de ello las operaciones de compraventa han subido en junio, según ha hecho público este lunes el Instituto Nacional de Estadística (INE). Valladolid ha anotado un aumento del 10,3% que contrasta con el descenso del 6,1% en el conjunto de España y la caída del 2,8% en Castilla y León. De hecho, es la provincia de la comunidad autónoma con un mayor crecimiento de estas transacciones inmobiliarias, que también aumentan en otras tres: Palencia (8,8%), Soria (2,9%) y Ávila (2,1%). La otra cara de la moneda, según informa Ical, son Zamora (-21,7%), Burgos (-13,7%), León (-9,2%), Segovia (-3%) y Salamanca (-0,8%).

No es probable que los nuevos propietarios sean jóvenes, dadas las dificultades que tienen para acceder a este bien esencial. El responsable de pisos.com constata que «lo tienen cada vez más complicado» y esto hace que «la tasa de emancipación en España esté en alrededor de 30 años cuando en Europa se sitúa en promedio cuatro o cinco años por debajo». Para más inri, cuando logran volar solos «directamente la gran mayoría de ellos ya ni contempla una compra, dado que más del 70% cuando se van de casa lo único que pueden permitirse es un alquiler compartido».

Así las cosas, ¿a futuro es posible que se reduzcan los precios de los pisos? La respuesta es negativa, al menos a corto plazo. Ferran Font apunta que «es difícil que bajen, incluso yo diría que seguirán subiendo como mínimo tal y como están haciendo ahora», porque «por un lado seguimos teniendo una demanda muy activa que prevé que bajen los tipos de interés» y por otro «una oferta que seguro que no va a salir al mercado, que seguro que no va aumentar de una manera relevante en el próximo año o año y medio».