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Valladolid recuerda a los bebés fallecidos en el embarazo o al poco de nacer
El cementerio de Las Contiendas inaugura un 'rincón blanco', en el que un monolito con una escultura se convierte en punto de recuerdo para las familias que pasan por este duelo
El cementerio de Las Contiendas cuenta desde este sábado con un 'rincón blanco', un monolito a los pies de un pino en memoria y recuerdo ... de unos bebés «que se fueron demasiado pronto». Así lo explicaba una madre integrante de la Red el Hueco de mi Vientres, agrupación que presta apoyo a las familias que sufren el fallecimiento de un hijo con el embarazo avanzado o en los primeros momentos de vida de ese bebé, lo que se conoce como muerte perinatal. El 15 de octubre es una jornada para su recuerdo.
El duelo por estos bebés es una realidad muy poco visible. Ese 'rincón blanco' en el cementerio vallisoletano permitirá lucha contra esa invisibilidad. El acto de inauguración fue sencillo, pero muy sentido. Lleno de amor de los allegados de estos niños Giró en torno a una columna de granito coronada por una pequeña escultura que bajo el nombre 'Amar sin latido' representa una figura de madre con un vientre y unos senos prominentes, propios de una mujer gestante, con un vaciado que coge parte de ese vientre, de la cadera y de la falda y que simboliza la ausencia del bebé que creció en su seno, que está representado por una mariposa que vuela rozando ese vientre que le dio la vida. Es obra de Jesús García Trapiello.
La concejala María Sánchez, presidenta del consejo de administración de Nevasa, la empresa municipal que gestiona los camposantos de la capital, destacó la labor de «acogida y acompañamiento» que realiza la asociación con las familias que sufren la pérdida de un bebé en estas circunstancias y que sin ese apoyo afrontarían el duelo en soledad. La concejala de Valladolid Toma la Palabra aseguró que el 'rincón blanco' contribuye a «enriquecer el cementerio». También acompañó a las familias en este Día del Recuerdo el portavoz de Cs en el Ayuntamiento, Martín Fernández Antolín.

Desde la asociación agradecieron al Ayuntamiento de Valladolid y a Nevasa el respaldo que les han brindado para contar con ese 'rincón blanco' «dedicado a nuestros ángeles». Una representante leyó unas palabras escritas por una de las madres de un grupo al que se acercan cada año nuevas familias. «Es este acto lleno de amor nos volvemos a unir, en este dolor que no todo el mundo comprende, por suerte, pero cada uno de nosotros sí. Lo que nos han enseñado ellos es que con el amor más puro aprendemos a afrontar su ausencia», expresó. «Ellos, con sus alas, nos levantan», remarcó.
A los pies del pequeño monumento depositaron piedras con los nombres de los niños. También los escribieron en cuatro globos que volaron al cielo de Valladolid. La poesía cerró el acto: «Mi corazón que es cuna, que en secreto te guarda, porque sabe que te fuiste.., te seguiré meciendo hasta el final de mis horas». Son versos del poemario 'Niño y Sombras', publicado en 1936. Es de Concha Méndez, madre de un bebé que no superó el parto.
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