Valladolid cumple una semana en el horno... y lo que queda: vienen tormentas y más noches tropicales
La capital vivió el domingo una de las diez jornadas más calurosas del siglo, con 39,5 grados, y la previsión de la Aemet augura dos jornadas de respiro antes de un nuevo subidón de temperaturas
Salir estos días a la calle en Valladolid es como asomarse al horno para sacar la pizza: no hay quien te quite el bofetón de calor ... . Y a cualquier hora, además. Este domingo, por ejemplo, los termómetros marcaban casi 30 grados a medianoche. En concreto, 29,8 a las 0:00 horas, para ser exactos y no exagerar. Eso, en la jornada más calurosa de lo que llevamos de ola de calor (y de verano). Va una semana justa… y lo que queda. La Aemet ha puesto para este miércoles el punto y seguido a este episodio extraordinario de bochorno. Pero ojito, porque el respiro será de apenas un par de jornadas. A partir del viernes, con media provincia en fiestas, el mercurio apretará de nuevo.
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De momento, Valladolid vivió (o sufrió) este domingo la novena jornada más sofocante de lo que llevamos de siglo. Así lo consignan los registros de la Agencia Estatal de Meteorología. Su estación de la capital, ubicada en Parquesol, registró 39,5 grados a las 16:40 horas. Es el pico de esta ola de calor y aúpa a este 10 de agosto de 2025 a lo más alto de los días más achicharrantes de los últimos años.
El récord se batió el 15 de julio de 2022, cuando Valladolid sudó a 41,1 grados, en la ola de calor más extrema de la que se tienen registro. Se prolongó durante 19 días (del 9 al 28 de julio) y dejó cinco días seguidos por encima de los 40 grados (del 13 al 17 de julio). El segundo episodio con las temperaturas desbocadas tuvo lugar al año siguiente, con 40,0 y 39,9 grados, el 21 y 22 de agosto de 2023. La octava posición es para los 39,8 grados del 28 de junio de 2019. Y, a continuación, ya viene el pasado domingo, con 39,5. Y atención, porque la ola de calor en la que todavía estamos inmersos también ha dejado tres jornadas más entre las veinte más calurosas del siglo XX. Fueron el jueves y el sábado, en ambos casos con 38,9 grados. Y este lunes, con 39,4.
Valladolid ha cumplido más de una semana atrapada en una ola de calor que, técnicamente podría terminar este miércoles. «A partir de ese día la incertidumbre es elevada. Lo más probable es que el miércoles predominen los descensos de las máximas en la Península, que serán notables en la vertiente cantábrica, por lo que es probable que las temperaturas se sitúen por debajo de los umbrales de ola de calor», advierten desde la Aemet. Esta sería la primera jornada, después de diez días consecutivos, en los que no habría activo ningún aviso en la provincia por altas temperaturas. Pero ojo, porque para llegar a ese miércoles más suave (34 de máximas) hay que atravesar primero un martes tórrido, con valores que pueden batir un nuevo récord: se vienen 40 grados de máxima. Y cuidado, porque para esta jornada hay aviso de tormentas vespertinas. La lluvia también podría descargar el miércoles. A partir de ahí, el mercurio comenzará una nueva escalada a partir del jueves 14 y Valladolid se asomará al fin de semana de nuevo con temperaturas que podrían a llegar a los 39 grados. Y eso, con media provincia en fiestas para celebrar la Virgen de la Asunción y San Roque.
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La cuestión es que la mirada no hay que dirigirla solo a las temperaturas máximas (a ese cocedero que es la provincia a primera hora de la tarde), sino especialmente a las mínimas. Valladolid se prepara para batir su propio récord de noches tropicales consecutivas. En esa ola de calor de 2002 se encadenaron siete días (del 12 al 18 de julio) en los que los termómetros no bajaron de 20 grados. De momento, en este episodio de calor ya llevamos tres (algo que solo ha ocurrido tres veces más este siglo, en agosto de 2003, 2023 y 2024).
¿Por qué esa marca se puede quedar corta? Pues porque la previsión de la Aemet aventura más noches así para lo que queda de semana. Ni un solo día las mínimas caerán de los 20. Tal vez nos libremos en la madrugada del miércoles al jueves (aventuran justo 20), pero el resto, las mínimas fluctuarán entre los 21 y los 22 grados a primera hora de la mañana.
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Así que este es el panorama para los próximos días: posibilidad de tormentas el martes y miércoles, un ligero respiro ese último día 13 y, a partir de ahí, nueva subida de las máximas y recital de noches tropicales.
Eso, en uno de los arranques de agosto más sofocantes desde que existen registros.
La temperatura media de estas diez primeras jornadas de mes se ha situado en 26,89 grados, solo por detrás de 2003 (se llegó a los 29,33) y de 2022 (28,06). Está 3,32 grados por encima del promedio de todo el siglo. Esto se acentúa todavía más si nos fijamos en la media de los valores máximos. Este año, los techos de calor están hasta 4,69 grados por encima de la media de las temperaturas máximas de los últimos 25 años entre el 1 y el 10 de agosto. En estos diez primeros días de mes se ha situado en 36,51 grados (frente a los 37,49 de 2003 y los 36,95 de 2022), cuando la media del siglo es de 31,82 grados. El inicio de agosto más fresquito se vivió en 2002. Aquel año, las máximas se situaron, de media, en 27,69 (casi nueve grados menos que este verano).
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Si nos fijamos en el conjunto del mes, el del año pasado (2024) fue el segundo más caluroso (por detrás de 2022). La temperatura media estuvo en 25,1 grados (fue de 25,14 en 2022). Eso sí, las máximas fueron más extremas el año pasado (con una media de 33,55 grados). Todavía no se puede comparar con este 2025 ya que finales de agosto es, tradicionalmente, más fresco y eso tiende a tirar todas las medias para abajo.
Un dato más para echar al fogón. Desde el 1 de junio (han transcurrido 72 jornadas) se han vivido 51 días por encima de los 30 grados (el 70,8%) y en 17 ocasiones se han rebasado los 36 grados que fija el Ministerio de Sanidad como umbral a partir del cual pueden acentuarse las complicaciones para la salud. El protocolo del Ministerio recuerda que a partir de tres días consecutivos por encima de esa barrera de los 36 es cuando empiezan a manifestarse de forma serie los riesgos, sobre todo para menores, ancianos y personas con patologías previas. Ahora, incluido este lunes, llevamos seis jornadas seguidas por encima de los 36.
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El Sistema de Monitorización de Mortalidad Diarios (MOMO), que gestiona el Instituto de Salud Carlos III, establece que esta ola de calor ha precipitado la muerte de 40 personas en Castilla y León desde el domingo 3 de agosto. Más de la mitad, murieron el pasado fin de semana, con 10 fallecidos el sábado y 13 el domingo por complicaciones atribuibles a las temperaturas.
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