Valladolid
La nueva pobreza energética: el porcentaje de casas con aire acondicionado se triplica en los hogares con más rentaEl 8,5% de las viviendas vallisoletanas donde entran menos de mil euros al mes cuentan con este sistema de refrigeración, que llega al 26,25% en las familias con más de 3.000 euros mensuales
Hay un síntoma de la pobreza energética que parecía hasta ahora oculto, pero que cada vez se hace más evidente en Valladolid. Tiene, además, un ... nombre claro: aire acondicionado. Los problemas para mantener el hogar a una temperatura adecuada tradicionalmente se han asociado por estas tierras con los meses de invierno y la calefacción. Sin embargo, unos veranos cada vez más largos y sofocantes parecen abocar a la adopción de medidas extraordinarias para mantener también el confort cuando el calor aprieta.
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«Nuestras viviendas, que deberían ser nuestro primer y más importante refugio en un clima cada vez más cálido, se convierten en radiadores permanentes en verano, debido al pésimo aislamiento del 95% de las casas», dice María Prado, responsable de campañas del Área de Clima, Energía y Movilidad de Greenpeace España. Y a que cada vez es más largo el periodo de calor. Este año, el primer día con temperaturas por encima de los 30 grados fue el 28 de mayo, pero en 2023 esos valores ya se superaron el 27 de abril… y hubo también más de 30 grados el 8 de octubre. En total, 164 días en ese 2023, con 69 jornadas por encima de los 30. En 2024 fueron 59 días más allá de esa barrera.
¿Cómo combatirlo? El Ministerio de Sanidad ha hecho pública esta misma semana una encuesta (elaborada por GAD3) en la que dice que el 72% de los hogares españoles hacen frente al calor en casa con ventiladores. Que el 69% cuentan con toldos o utilizan las persianas para regular la temperatura (la casa a oscuras casi todo el día). Y que el 55% disponen de aire acondicionado. Aunque este porcentaje no se alcanza, ni de lejos, en Valladolid.
Los datos más recientes, publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) en 2023, dicen que el 13,88% de las viviendas principales en Valladolid cuentan con aire acondicionado (aquí no se cuentan las segundas residencias). Ocupa el puesto número 17 entre las provincias con menos aire acondicionado, aunque las temperaturas aquí en verano sean sofocantes. ¿Por qué un porcentaje tan bajo? Pues porque tal vez el gasto en calefacción durante el invierno es tan elevado que hay que apretarse el cinturón en verano para que no se disparen las facturas. Si hay que elegir, preferimos lógicamente el radiador.
Hay, y eso es indudable, un claro componente económico a la hora de instalar aire acondicionado. La presencia de este sistema de refrigeración se triplica entre los hogares con más renta. Ese porcentaje del 13,88% hace referencia al global de la provincia. Es inferior entre los hogares con menos ingresos. El 8,55% de las viviendas donde entran menos de mil euros netos al mes dicen contar con un sistema de refrigeración. El porcentaje sube al 12,99% entre los que disponen de entre 1.000 y 1.500 euros y está en el 11,65% entre los hogares de 1.500 a 2.000. La presencia del aire acondicionado escala hasta el 16,42% en las casas donde llegan entre 2.000 y 3.000 euros al mes y se sitúa en el 26,25% en las residencias con más de 3.000 euros mensuales de ingresos. Un salto del 8,5% al 26,2% que se hace más amplio aún si nos fijamos, en concreto, en la capital. En la ciudad, el porcentaje es muy similar entre los hogares con menos renta (8,46%), pero sube unas décimas (28,59%) entre las familias más acomodadas.
Y esto ocurre, en mayor o menor medida, en el conjunto del país. Cuanto más dinero, más aire acondicionado. En el caso de Valladolid tal vez todavía se considera un lujo («son apenas un par de meses», «tampoco son tantos días al año»), pero en otras provincias, el aire acondicionado es un equipamiento básico del hogar. Está en el 87,94% de las viviendas de Sevilla, en el 82,69% de las de Córdoba y el 75,9% de las de Jaén. Por el contrario, su presencia es casi testimonial en climas mucho más suaves, como Asturias (3,5%) o Álava (4,4%).
Eso, con respecto a las provincias. Entre los municipios con más de 50.000 habitantes, Dos Hermanas lidera la clasificación (94,48%), seguida de Córdoba capital (92,99%) y Alcalá de Guadaíra (92,17%). Oviedo (2,96%) y Gijón (3,12%) son las ciudades con menos aire acondicionado y el porcentaje de Valladolid capital (13,93%), está en unos niveles similares a los de Pamplona (14,23%) y Teruel (13,14%).
Los vallisoletanos recurren, por lo tanto, a sistemas más baratos y tradicionales de climatización en verano (persianas bajadas, ventanas abiertas por la noche) para ahorrar en aire acondicionado parte del dinero (mucho dinero) que tendrán que gastarse en calefacción en invierno. Porque eso sí que parece irrenunciable. El 97,52% de las viviendas vallisoletanas cuentan con calefacción. Es la quinta provincia con un porcentaje tan alto, por detrás de Álava (98,83%), Segovia (98,1%), Burgos (97,93%) y Navarra (97,89%). Las heladas, las escarchas, la cencellada y las temperaturas bajo cero lo explican todo. Por el contrario, en Las Palmas de Gran Canaria apenas el 9,82% de las casas tienen calefacción. Allí no hace falta. El porcentaje es del 17,22% en Tenerife y, en la península, la tasa más baja está en Huelva o Cádiz. Allí, cuatro de cada diez viviendas carecen de radiadores.
¿Qué sistema de calefacción elegimos? El 62,56% de las casas de Valladolid se calientan con gas natural. Esta es la quinta provincia que más recurre a esta fuente de calor (por detrás de los tres territorios vascos y Madrid). Cuanto más se enciende la calefacción, más se tira de gas natural. El 23,08% son calderas de petróleo o derivados (un sistema que es mayoría en Segovia, Soria, Orense o Zamora). Apenas el 6,3% de las viviendas recurre a los radiadores eléctricos. Esta es la opción elegida por provincias donde hace mucho menos frío (el 86,13% de las casas con calefacción en Sevilla tiran por ahí). Y el 8% echa mano de otros sistemas, como las estufas de biomasa.
Pero, en ambos casos, es crucial otro factor: el aislamiento térmico de las viviendas. El 21,57% de los hogares de la provincia presentan problemas de este tipo (es la sexta provincia, junto con las cuatro gallegas y Toledo).
Más agua, ropa más ligera... y persianas bajadas
¿Cómo combatir el calor cuando el mercurio se dispara? Muchas de las soluciones parecen de perogrullo, pero la sabiduría popular sigue echando mano de ellas. Al menos, así se desprende de esa encuesta encargada por el Ministerio de Sanidad. El 69% de los encuestados dicen que beben más agua sin esperar a tener sed y que el 68% evita salir a la calle entre las 12:00 y las 18:00 horas. ¿Más medidas? El 62% asegura que usa ropa ligera y clara. El 57% baja las persianas y confía en la ventilación del hogar. El 42% asegura que se ducha o se baña varias veces al día para refrescarse y el 9% afirma que se marcha a dormir a otra habitación más fresca de su hogar. ¿A partir de qué temperatura se empiezan a notar los efectos del calor? Los encuestados dicen que el valor crítico está en 36,8 grados. A partir de ahí (de media) se empiezan a preocupar. El umbral fijado por el Ministerio de Sanidad en Valladolid ante la alerta por el peligro de altas temperaturas está en los 36 grados.
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