Tres de cada cuatro viviendas de los años de la burbuja siguen sin venderse en Valladolid

Desde el primer estudio realizado por el Ministerio de Fomento en 2011, el 'stock' de viviendas nuevas vacías se ha reducido en 1.698 unidades, según los últimos datos difundidos esta semana. Entonces, la estadística cuantificó el problema de las viviendas nuevas vacías en Valladolid en 7.301 inmuebles. La reducción es, pues, del 23%; mientras que en toda España, donde se partía de un parque de 626.670 viviendas, la disminución es de casi el 27%, hasta las 459.876 actuales. Más de tres cuartas partes del excedente vallisoletano, así pues, sigue a la espera de un comprador.

En la actualidad, tres comunidades autónomas acumulan casi el 50% del 'stock' nacional en 2018: la Valenciana, Cataluña y Andalucía. Las provincias con mayor porcentaje se sitúan en la costa mediterránea (Alicante, Barcelona, Castellón, Valencia, Murcia y Almería), así como Madrid (8,73) y Toledo (4,50). En España, el excedente sobre el parque de viviendas es del 1,79%, mientras que acumulan cuotas por encima del 3% La Rioja y Castilla-La Mancha. En situación opuesta se encuentran Navarra, Cantabria, Extremadura y País Vasco, con porcentajes sobre su parque inferiores al 1%.

La compraventa de viviendas creció el 12% el año pasado, su mejor ejercicio desde 2010. Ahora bien, esta recuperación tuvo un perfil muy bien definido: ocho de cada diez operaciones se materializaron sobre inmuebles usados. De los algo más de cinco mil pisos y chalés vendidos en Valladolid en 2018, la proporción fue de 82 a 18 a favor de los de segunda mano. En concreto, 869 transacciones de vivienda a estrenar frente a las 4.158 de segunda mano.

Es algo que sucede invariablemente desde hace siete años y que ha condenado a la falta de atractivo y el ostracismo a no pocas áreas de desarrollo urbano que quedaron sin rematar tras el estallido de la burbuja. De hecho, las transacciones de vivienda usada experimentaron el año pasado un alza del 16%, pero las operaciones protagonizadas por vivienda de promotor descendieron el 2,5% en el caso de Valladolid.

Es en esta tendencia, que se mantiene en lo que va de año (hasta abril), donde la provincia se aparta de lo que sucede en el conjunto del país. En el total de España la segunda mano también cierra más operaciones que la obra nueva, pero sus evoluciones son contrarias: mientras las compraventas de vivienda usada crecen el 9% en Valladolid y caen el 0,3% en España; las de casas nuevas descienden el 31% aquí y suben el 13% en la media nacional.

«Es un comportamiento que llevamos observando desde hace meses y que constata que la demanda lleva tiempo sin encontrar lo que busca en el 'stock' a la venta. Por eso, hoy se están inscribiendo las compras sobre plano realizadas hace un año y medio», explica el director de estudios del portal pisos.com, Ferrán Font, sobre el comportamiento del mercado a nivel general.

Para complicar aún más la salida del excedente acumulado desde la burbuja, la construcción de nuevas promociones va animándose y en 2018 Valladolid superó por primera vez en nueve años las mil viviendas iniciadas. Los visados de obra nueva se dispararon el 48% hasta totalizar 1.124, un tercio de ellos para chalés unifamiliares.

El año pasado fue el quinto consecutivo de subida de precios de la vivienda a nivel nacional -tercero en el caso de Valladolid- y 2019 mantiene una senda continuista. Según el INE, en el primer trimestre del año se produjo el mayor incremento en España desde que se inició la recuperación y la obra nueva, que en este periodo sube a dos dígitos, lidera la recuperación frente a la segunda mano, que modera su crecimiento.

El precio medio de la vivienda libre subió el 5,1% interanual en Valladolid entre enero y marzo, frente al 4,4% de media nacional y el leve 0,4% de Castilla y León. En concreto, alcanzó los 1.233 euros el metro cuadrado, por 1.049 en la comunidad y 1.636,3 en el conjunto del país.

El sector advierte de que el ritmo de las compraventas se verá frenado por la entrada en vigor hoy de Ley Hipotecaria, ya que se prevé un retraso en la concesión de préstamos para vivienda hasta que bancos y notarías coordinen sus sistemas de comunicación con el cliente.