Tres bares de Villa de Prado denuncian a un vecino por dañar el mobiliario de sus terrazas
Las cámaras de uno de los locales le pilló arrojando un aceite oscuro en sombrillas, sillas y mesas, causando desperfectos por valor de 5.000 euros
No era la primera vez que tres hosteleros de la plaza Juan Pablo II de Villa de Prado se encontraban con sus terrazas teñidas ... de un líquido oscuro y viscoso. De hecho, lo llevaban sufriendo desde hace aproximadamente dos años. En una ocasión incluso les tiraron desde una ventana virutas de acero, según denuncian. Pero poco o nada podían hacer. Tenían sospechas de quién podía haber cometido estos daños en su mobiliario, pero al no tener ninguna prueba ni certeza «lo dejaban pasar». Hasta el pasado martes, día 21, por la tarde.
Sobre las 19:15 horas, los propietarios de los negocios afectados –Turuleca, La Teta y la Luna y No Dejes de Soñar– se dieron cuenta de que varias de sus sombrillas –enrolladas, mesas y sillas estaban salpicadas de nuevo por ese líquido negro. Otra vez. Hubo testigos que vieron cómo un individuo lo arrojaba, pero no dieron con él. Hasta minutos más tarde. Las cámaras de seguridad de uno de los establecimientos afectados le pillaron 'in fraganti'. «Se le vio, pidieron la grabación de seguridad al propietario de Turuleca y, al rebobinar el vídeo, se le ve perfectamente que está echando el líquido sobre las terrazas», explica su representante legal, que confirma que los tres negocios hosteleros ya han interpuesto la correspondiente denuncia ante la Policía Nacional.
La sorpresa para estos tres hosteleros llegó cuando comprobaron de quién se trataba, quién buscaba perjudicarles de esa manera, pues según estiman, los desperfectos ocasionados entre las tres terrazas rondan los 5.000 euros. Al no cubrirse el rostro le identificaron «a la perfección»: se trataba de un vecino con el que habían mantenido alguna «tirantez» con anterioridad. Precisamente gracias a la grabación pudieron, además, recuperar el envase con el que propulsaba el líquido, que tiró en una papelera cercana. «Se le ve perfectísimamente, iba con una especie de aparato y luego lo tiró en la papelera siguiente de acabar esos tres bares», argumenta.
Una zona «tranquila»
No encuentran la razón por la que un vecino haya podido perjudicarles de esa manera. Y más aún –coinciden los dueños– con «lo mal» que lo ha pasado el sector con las restricciones por la covid. Pero reconocen «tiranteces» con la junta rectora de la comunidad de propietarios del bloque. «Ellos tienen una perspectiva y los bares tienen otra, pero nunca ha habido una denuncia por parte de la Policía Municipal», defiende el abogado, que asegura que se trata de una zona «tranquila». Ahora, el siguiente paso será reclamarle el dinero de la reposición del mobiliario, ya que todo lo dañado «hay que cambiarlo».
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