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No es sencillo dejar los pies quietos. No es fácil evitar el bamboleo del cuerpo mientras suenan los acordes del swing y, gracias a ellos, ... decenas de parejas bailan en el centro de Valladolid. ¿Por qué? ¿Qué hace tanta gente bailando a la vez canciones así? La capital acoge durante este fin de semana a cerca de 200 aficionados a este tipo de música en el Pisuerga Swing Festival, un encuentro organizado por la asociación Lindy Monkeys. La cita (que en este 2025 alcanza su sexta edición) congrega a bailarines llegados de diversas partes del país. Hay inscritos de Tenerife, Huesca, Zaragoza, Burgos, Salamanca, Palencia, Cantabria, Bilbao, Vitoria, San Sebastián, Madrid, Gran Canaria, Segovia, Pamplona y Menorca. Recalan en Valladolid básicamente para bailar y formarse en este estilo musical de raíces afroamericanas y alma de jazz. Y lo vivido este sábado al mediodía en la plaza del Salvador es un claro ejemplo.
Desde ahí ha partido un pasacalles que, después de atravesar el Pasaje Gutiérrez, ha desembocado en Portugalete, donde ha tenido lugar una sesión abierta al público para disfrutar de este género que inyecta «energía y buen rollo», con la música de la banda madrileña The Dixie Sputniks. «Hemos bailado, sobre todo, 'lindy hop', pero también con ejemplos de balboa, un estilo algo más movido», explica Rocío Gutiérrez, secretaria de Lindy Monkeys, quien recuerda que este encuentro de Valladolid es una cita importante dentro del calendario estatal de los aficionados al swing. «Las dos concentraciones más importantes son las de Madrid y Pamplona. Ahí se pueden llegar a juntar cerca de 400 participantes. Nosotros, en Valladolid, estamos en el siguiente escalón, con más de 200». Hay un número de aficionados vallisoletanos (en torno al 60%), pero el resto viene desde otros puntos del país. «Por eso es importante también la vertiente turística. Este año, por primera vez, ofreceremos una visita guiada para que los que vienen de fuera conozcan mejor Valladolid», indica Gutiérrez.
Precisamente, uno de los puntos fuertes de la cita vallisoletana está muy vinculada con el patrimonio. El viernes por la noche celebraron una sesión de baile en el Círculo de Recreo, con la banda Professor Cunningham and his Old School. «Es impresionante bailar ahí, en un edificio tan importante, en una sala tan grande, con suelo de madera», indican desde Lindy Monkeys, para recordar que otra sesión (siempre con música en directo) se celebra el sábado por la noche en la sala Casa del Sol. Junto a estos encuentros festivos, el festival incluye además clases formativas impartidas por profesionales llegados de Vitoria (Aiala y Gurutz), Estados Unidos y Eslovenia (Jenna Applegarth y Nejc Zupan). Las clases han tenido lugar en el hotel Zentral Parque y han celebrado además una comida de hermandad en el Olid.
En la vertiente pública del festival, además del pasacalles por el centro celebrado este sábado, para el domingo, desde las 13:30 horas, está prevista una sesión «clandestina» en la plaza de San Miguel, donde se invitará de nuevo a bailar al aire libre. Este festival (que se ha revitalizado durante los últimos años) es el evento principal que la asociación Lindy Monkeys organiza en Valladolid durante la primavera. En torno a noviembre, tienen otro momento destacado con motivo del aniversario de la asociación, un colectivo creado en 2016 para reunir a los aficionados al swing que hay en Valladolid.
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