Valladolid
El SOS del Mercado de Delicias: «Esperamos que las reformas atraigan a nuevos emprendedores»El Ayuntamiento rebaja la cuota un 87% para atraer a nuevos vendedores en un momento en el que solo 10 de los 37 locales están abiertos
Lorena Arias Duque
Valladolid
Sábado, 26 de julio 2025, 19:14
Los escasos comerciantes que sobreviven en los pasillos del recién remozado Mercado de Delicias confían en que «se llenen los puestos» vacíos, que superan a ... día de hoy a los ocupados, con el anuncio de los importantes descuentos con los que acaban de salir a licitación en busca de emprendedores que den más vida a este espacio municipal situado entre el paseo de San Vicente y la calle Guipzúcoa. Eso después de una larga temporada en la que, paulatinamente, han ido bajando su persiana negocios hasta que solo han quedado activos 10 de sus 37 locales. «Nos hacía falta. Necesitábamos ayuda porque esto ha bajado bastante y los autónomos seguimos teniendo muchos gastos», reconoce Alicia Sebastián desde el mostrador del puesto número 17, la 'Pescadería Alicia y Elena'.
Entre el conjunto de medidas desplegadas por el Ayuntamiento para intentar reactivar el mercado, una de las más significativas es la bajada del 87% del canon municipal, que supone para los autónomos que el precio anual se reduzca de 195,05 euros a 26,3 por metro cuadrado. Pedro Pastor, del comercio 'Encurtidos y Bacalao', considera que de esta forma «el precio va a ser bastante competitivo» y espera «que eso atraiga nuevos emprendedores», aunque reconoce que «al no haber relevo generacional, cuando se cierran los puestos ya no se vuelven a abrir».
Esta rebaja sustancial de los precios se implanta, precisamente, para motivar la ocupación de los locales (en concesiones a diez años) por parte de nuevas generaciones de pequeños empresarios, de esos que no faltaban hace años en esta nave de casi cinco mil metros cuadrados y tres plantas, inaugurada en octubre de 2002 con la aspiración de convertirse en el eje comercial del barrio más poblado de la capital y que, a día de hoy, rinde con apenas un cuarto de su capacidad.
La medida conlleva, además, un alivio para el propio Ayuntamiento, que corre con los gastos de los puestos desocupados y, por lo tanto, «que disminuya el canon y aumenten los negocios supone un beneficio. La medida se autofinancia», explica el concejal de Comercio, Mercados y Consumo, Víctor Martín. La expectativa, asegura, «es que se completen todos los puestos y, aunque es difícil, sabemos que hay gente ya interesada».
Grandes reformas
Otro de los principales problemas que enfrentaba el mercado, cuya rehabilitación, demandada por los industriales durante años, supuso trece largos meses de obras, era la falta de aparcamientos en los alrededores, que no animaba a los clientes a intentar entrar siquiera. En un momento, se propuso, incluso, la creación de zonas de la ORA para suplir esta carencia de espacio, pero, finalmente, se optó por recuperar el aparcamiento subterráneo para clientes del edificio, que llevaba años cerrado. Cándido Rodríguez, carnicero del puesto número 13, reprocha que, a pesar de la recuperación de este espacio, «no se puede tener un aparcamiento sin uso como se ha tenido tanto tiempo».
«Esto era una verdadera delicia y ahora es una pena verlo vacío»
Araceli Hernández
Clienta habitual
Los vendedores, que ya fiaban su supervivencia al corredor que une el mercado con la plaza Circular en menos de tres minutos a pie -por el subterráneo peatonal, inaugurado hace casi un año, que une la parte posterior del mercado (calle Guipúzcoa) con Estación y Padre Claret- y al restablecimiento hace seis meses de la circulación en el paso de Labradores, continúan aferrándose a ello y confían en que ahora, con la recuperación del estacionamiento para clientes, «también vendrá más gente joven en coche», además de su clientela tradicional de a pie, y emiten un SOS a los vecinos de los dos lados de la vía en un intento de que «esto salga adelante».
La salida a licitación 'en oferta' de los puestos del mercado, publicada el 21 de julio, llega, además, como culmen de un proceso de restauración estructural del recinto, en el que se ha recuperado el aparcamiento subterráneo, cerrado durante años; se ha mejorado la accesibilidad y se han reacondicionado 22 de los puestos desocupados durante años. Además, se ha renovado la sala polivalente para su posible uso de la asociación del barrio, que impartiría allí talleres o actividades deportivas. Ello, sumado al importante descenso de la cuota, hace que sea «un momento idóneo para emprender, ya que los puestos están en condiciones óptimas», anima el comerciante y presidente de los industriales del Mercado de Delicias, Leandro Díaz. «Siempre que se hace una reforma es para intentar hacerlo mejor. El aparcamiento, por ejemplo, es cómodo para la gente que venga de fuera, de La Cistérniga, de Tudela o de Peñafiel. Por otro lado, la cuota nos facilita a los comercios poder ajustar los precios y poder ser un poco más competitivos», resume. A la vista de las nuevas opciones que ofrece el mercado, añade Díaz, «tenemos la ilusión de que algún joven emprendedor quiera abrir más negocios».
En contraste, hay quien mira al futuro con menos entusiasmo y más recelo, y se adhiere a la opinión de que «las reformas no están mal, pero llegan muy tarde». Es el caso del carnicero Cándido Rodríguez, que señala directamente a la subida de los gastos como motivo por el que «se ha ido mucha gente valiosa, ocho o diez compañeros muy profesionales, y ahora veremos si quiere entrar alguien y qué es lo que vendrá. Confiemos en que las reformas valgan para algo, pero si se hubieran hecho antes, sería de otra manera».
La visión de clientes y vecinos
Con esta expectativa en mente, que las reformas «valgan para algo», los vecinos y clientes habituales se muestran a favor de las medidas. Araceli Hernández, originaria de Cataluña, lleva más de cincuenta años viviendo en Valladolid y comprando en el Mercado de Delicias, que, en sus propias palabras, solía ser «una verdadera delicia y ahora es una pena ver la mayoría de puestos vacíos». Con las últimas iniciativa municipales, no duda de «que se va a arreglar y que será muy bueno para la gente de aquí». El espacio aún mantiene una clientela más o menos fija que componen, principalmente, vecinos «de toda la vida», pero que se acercan para hacer compras muy específicas, a falta de un conjunto comercial completo que ofrezca variedad de opciones. «Yo siempre he venido aquí, pero ahora solo compro en la carnicería», reconoce Carmen San José, vecina del barrio.
Hay un común denominador entre los compradores del mercado, y es la edad. No se trata solo de quienes han vivido en el barrio toda su vida, sino de quienes pertenecen a una generación concreta que prefiere «las tiendas pequeñas frente a los grandes supermercados», como afirma Amelio López, un jubilado, pero nuevo vecino del barrio, que se ha mudado «hace unos días desde Cigales». En la otra cara de la moneda está una generación más joven que, por muchos años que lleve residiendo en la zona, se decanta por las grandes superficies antes que por el comercio local. Es el caso de Esteban Sánchez, que afirma que «nunca me ha llamado la atención este sitio, pero sé que se ha ido quedando vacío con el tiempo».
De esta decadencia son testigos otros negocios colindantes, como el bar 'Tu Café', en la esquina de la calle Álava con Vizcaya, donde su propietario, Pedro Domínguez, relata que «solía ir a comprar allí cuando tenía el bar enfrente» y lamenta que ahora «está barrido y da pena verlo». Como otros testimonios, achaca el declive del mercado a que «ahora la gente se va al Mercadona o al Carrefour y eso les ha jodido todo a los de aquí».
La plaza que nació de los escombros del antiguo mercado de Delicias
El mismo año de la inauguración del actual Mercado de Delicias (2002) echó el cerrojo su homónimo antecesor de la esquina del paseo de San Vicente con la calle Santa Rita, dejando un halo de incertidumbre respecto a su futuro, que apuntaba a la creación de algún espacio abierto en un barrio que estaba «muy necesitado de ellos», como aseguró en su día el entonces concejal de Urbanismo Federico Sumillera. El desmantelamiento de la estructura, inaugurada en 1947, buscaba «esponjar» la ciudad y, aunque se barajó mantenerlo para usos culturales (biblioteca, ludoteca...), finalmente su demolición en 2003 dio lugar a una amplia plaza pavimentada que desde entonces recibe el nombre de la plaza del Antiguo Mercado, que abre un espacio en el paseo de San Vicente, cerca de la avenida de Segovia, en memoria de los cimientos sobre los que está construida.
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