Los sectores afectados por el cierre llevan a la calle su hartazgo: «No podemos más»
Profesionales de eventos, hostelería, agencias de viajes, salas de juego y turismo rural, entre otros, exigen ayudas «directas» y planes de reapertura
e. esteban
Valladolid
Martes, 24 de noviembre 2020, 21:40
Con pitidos, vuvuzelas, cacerolas y al grito de «que nos dejen trabajar», profesionales de los sectores afectados por el cierre procesionaron este martes por ... el centro de Valladolid -unos 1.300 según fuentes policiales y en torno a 5.000 según la organización- como símbolo de protesta ante lo que consideran que «va a acabar con nosotros», como coincidían varios asistentes: la segunda clausura total de sus negocios el pasado 5 de noviembre (y en principio durante 14 días, aunque permanecerán con la persiana bajada al menos hasta el día 3) para tratar de atajar la expansión de la covid.
Así, trabajadores vinculados a la restauración, la cultura y el espectáculo, las agencias de viaje, las salas de juego, autónomos, 'riders', turismo rural, taxistas o gimnasios, entre otros, acudieron este martes por la mañana a la llamada de la Asociación Provincial de Empresarios de la Hostelería de Valladolid (Apehva), que instaba a «todo el tejido empresarial implicado en las restricciones» a salir a la calle para reclamar una vez más -se trata de la segunda manifestación convocada por los hosteleros en apenas veinte días, si bien esta última fue más multitudinaria que la del 5 de noviembre, cuando acudieron un millar de profesionales de diferentes puntos de la comunidad- ayudas «directas e inmediatas» y un plan de apertura. «Solo pedimos volver a trabajar. Nos gustaría que las administraciones nos llamasen y nos dijesen una hoja de ruta a seguir y una fecha de reapertura de cara a una posible desescalada, coherente y con viabilidad para que los negocios puedan afrontarlo y realmente sea rentable esa apertura», afirmó la presidenta de la entidad, María José Hernández, quien reiteró que la situación que atraviesa no solo la hostelería, sino todos aquellos que cerraron sus locales a principios de mes, es «crítica y a partir de ahora va a ser dramática». «Los negocios no pueden aguantar más cerrados, necesitamos medidas económicas para paliar la situación», argumentó.
Las frases
«La situación es crítica y a partir de ahora va a ser dramática. Los negocios no van a aguantar mucho más cerrados, necesitamos medidas urgentes»
maría josé hernández, asociación de hostelería
«Si quieren que cerremos, no pueden dejarnos caer y que nos endeudemos eternamente. El sector está totalmente en riesgo»
pablo parrilla, asociación de agencias de viajes
«Somos primos hermanos de la hostelería y todo lo que les pase, nos afecta. El 98% de los negocios están totalmente cerrados»
luis chico, asociación de turismo rural
Una coyuntura similar atraviesan las agencias de viaje. El presidente del colectivo, Pablo Parrilla, advirtió que «el sector está totalmente en riesgo, este año apenas hemos facturado el 5% y el 10% de los negocios ya han cerrado definitivamente». «Si quieren que cerremos, no pueden dejarnos caer y dejar que nos endeudemos eternamente», añadió.
También acudieron a la convocatoria un nutrido grupo de empresarios de turismo rural, quienes subrayaron que «estamos abocados al cierre si nuestro público número uno, que procede de Madrid y País Vasco, no puede venir», como indicó el representante de la agrupación de empresarios del turismo rural en la provincia, Luis Chico.
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«Hartos de buenas palabras»
Por parte de las salas de juego, Alejandro González, empleado de uno de ellos, se erigió como portavoz y criticó que «nos están tratando como si fuéramos la heroína y solo somos trabajadores». «Nuestro cierre es una cuestión más política que sanitaria», consideró.
La manifestación comenzó con un minuto de silencio por las víctimas en la Plaza de San Pablo, donde se leyó un primer manifiesto -junto a la sede de la Diputación- en el que se solicitó que se terminen «las promesas y las disputas partidistas» y se animó a los asistentes a hacer «mucho ruido para que nos oigan de una vez». «Estamos hartos de buenas palabras. Basta ya de promesas y de reuniones y pongámonos las pilas», reivindicó Vicente del Campo, del Red Burguer de Laguna de Duero, que ejerció de primer 'speaker'.
En la segunda parada, esta vez en la Plaza Mayor, Víctor Martín, del restaurante Trigo, tomó el testigo del megáfono y requirió a los presentes «mantener y demostrar la unión del tejido empresarial, que lucha por una misma causa, que no es otra que que nos dejen trabajar». «Con este ayuntamiento hemos logrado la exención de las tasas de terrazas, pero no es suficiente, necesitamos más compensaciones. Si estamos cerrados, si no hay más ingresos y no facturamos, no podemos pagar».
La lectura de la tercera declaración se llevó a cabo ante la Delegación del Gobierno. Allí, Juan José Arranz, de La Cárcava, recordó que «el cierre no ha valido para rebajar los contagios, sí para hundir a un sector del que dependen muchas familias». También puso como ejemplo a la Comunidad de Madrid, donde, explicó, «se alargó el toque de queda, no se cerró la hostelería, no se confinó la comunidad y al final han logrado ir reduciendo la incidencia acumulada del contagio, dejando trabajar a la hostelería y a todos los que dependen de ella». «No podemos más, están matando moscas a cañonazos», lamentó.
La movilización, en la que no se registraron incidentes, culminó frente a las Cortes de Castilla y León, donde los manifestantes se emplazaron a nuevos encuentros «hasta que nos escuchen».
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