Valladolid

Sacyl implanta el diagnóstico precoz en menores de 4 años para evitar el ojo vago

Un aparato con el complicado nombre de autofotorrefractómetro detecta con una sola 'foto' alteraciones visuales en niños muy pequeños, menores de seis meses a cuatro años, en los cual precisamente por su corta edad, y la imposibilidad de que cooperen en un diagnóstico, evaluar su vista se hace prácticamente imposible. Y es el propio pediatra, en su centro de salud, el que realiza esta prueba a todos y cada uno de los pequeños que entran en su consulta, un cribado, para detectar sospecha que ya sí se derivan al oftalmólogo. Así lo explica la pediatra Rosario Bachiller, responsable de esta investigación con ya aplicación que arrancó y se pilotó en los centros de salud urbanos Circunvalación y Pilarica.

«Es una nueva herramienta para nosotros, que ha demostrado una gran utilidad en el diagnóstico precoz de problemas visuales, antes de los cuatro años, antes de que puedan responder a pruebas de agudeza, señalar si ven un patito o que ven. Y cuando queremos llegar, cuando el problema se hace evidente o a más edad se realizan revisiones, es tarde para corregir la ambliopía, conocida popularmente como ojo vago. Normalmente no se detecta hasta los ocho años y obviamente se trata pero tan tarde no se recupera del todo o, incluso, nada y es muy discapacitante. Además provoca retrasos psicomotores. Y similar es lo que ocurre con el astigmatismo que afecta a los problemas de aprendizaje también», aclara esta especialista. Explica que es muy sencilla y rápida la prueba. Se le llama la atención hacia el aparato que tiene una cara sonriente para llamar su atención y se dispara. El autorefractómetro binocular es un dispositivos automático que permiten medir la refracción visual. Así de sencillo y el aparato –de momento así se hace– puede compartirse entre los pediatras de un mismo centro.

El ojo vago tiene recuperación si se diagnostica y trata antes de los 8 años y es más probable el éxito del tratamiento en los primeros cuatro. Disminuye las probabilidades a medida que el niño se aproxima a los 9 años, y entonces la capacidad de rehabilitar ese ojo será prácticamente nula. La terapia habitual es la conocida de tapar el ojo bueno con un parche para obligar al otro a trabajar.

Destacan asimismo que «el objetivo es evitar la ambliopía que afecta a un 1% a 4 % de la población y produce gran incapacitación en la vida adulta. Su detección precoz permite su curación».

En el año 2022, un equipo de investigación multidisciplinar liderado desde la Gerencia de Atención Primaria de Valladolid Este –cuatro pediatras, dos oftalmólogos del Hospital Clínico, dos ópticos y un médico de familia responsable además de la Unidad de investigación de la Gerencia de Salud del Este –diseñaron un proyecto de investigación que fue seleccionado en la convocatoria de la Gerencia Regional de Salud. Dicho proyecto fue seleccionado para su desarrollo en el año 2023.

Es un estudio observacional prospectivo cuyos objetivos son determinar la aplicabilidad del uso del autofotorrefractómetro binocular automático en la detección de alteraciones visuales (ambliopía y ametropías elevadas) del niño en el citado periodo de edad en Pediatría de Atención Primaria.

El equipo también buscó determinar la prevalencia; cuantificar la eficacia real del uso de este dispositivo calculando el valor predictivo positivo y el negativo para la detección del ojo vago y defectos refractivos; analizar la concordancia entre el diagnóstico por autoforrefractometro y una consulta oftalmología especializada, es decir, la utilidad de la detección en Primaria, a modo de filtro, para derivar los casos al hospital y valorar la concordancia entre la revisión oftalmológica estándar de Atención Primaria y el autorrefractómetro.

Asimismo, este trabajo perseguía conocer las repercusiones prácticas del uso de este aparato en el Programa de Salud Infantil en la consulta de Pediatría en el centro de salud y estudiar el grado de satisfacción de los usuarios y profesionales implicados con el uso de este equipo.

El reclutamiento de dicho proyecto se puso en marcha en los citados centros de Circunvalación y Pilarica y también se ha llevado a cabo en algunas guarderías como experiencia piloto.

Los pediatras realizan la exploración a los niños de dicho tramo de edad que acuden a las revisiones programadas con su especialista infantil. «Con una simple 'foto' el aparato detecta precozmente si existe problema visual en el niño y te indica si tienes que derivar al oftalmólogo. No obstante, en nuestro proyecto, todos los niños, tanto los sanos como los enfermos, se han derivado a una consulta específica de Oftalmología en el Clínico para analizar la concordancia entre el diagnóstico en las consultas de AtenciónPrimaria con las especializadas. Pero esto una vez comprobada la eficacia del método obviamente se dejará de realizar así y acudirán solo la sospecha», explican las doctoras Charo Bachiller y Leticia Sierra, coordinadora de investigación y médico de Familia.

Destacan que «se han obtenido resultados muy satisfactorios en el 'screening' de esta patología y se ha demostrado la necesidad de implementación de dicho método diagnóstico. Por ello, la Gerencia de Atención Primaria ha implementado dicha herramienta en sus equipos de manera gradual. Actualmente ya se está dando cobertura con esta técnica diagnóstica a más de 6.500 niños».

«Es destacable, que, según la bibliografía revisada, es la primera Gerencia de Atención Primaria del sistema público de salud donde se ha implantado a nivel nacional –según los artículos revisados en el momento de plantear el proyecto se realizaba en Cataluña, pero en la privada–». Actualmente, explica la doctora Sierra, «ya se está realizando dicha prueba en casi la totalidad de los centros rurales de la zona Este, falta el área de Peñafiel y Alaejos y el objetivo a medio plazo es implantarlo en los centros urbanos. También en Zamora y la zona Oeste de Valladolid se han interesado por el proyecto».