Villafrechós: «Los habitantes han sido obreros del patrimonio, y ahora son guardianes»

La localidad de Villafrechós, localizada en Tierra de Campos, un territorio apto para la agricultura y la ganadería, ha sido un sitio propicio para el asentamiento y desarrollo humano desde tiempos inmemoriales. La existencia de los pobladores que nos precedieron hace siglos, plena de acontecimientos históricos y sociales, ha dejado huellas visibles, y también inmateriales, plasmadas en nuestro patrimonio. Ellos fueron artífices de esos monumentos que admiramos, y hoy trabajamos para conservarlos.

Podemos visitar el Real Monasterio de Santa Clara, fundado en 1406. Su capilla ostenta un magnífico retablo mayor de estilo barroco. Otros monumentos son anteriores a la repoblación que hiciera Fernando II en el siglo XII: la Iglesia de San Cristóbal y la Ermita de Nuestra Señora de Cabo. Ambos edificios han recibido intervenciones en su construcción con el paso de los siglos para poder seguir acogiendo las celebraciones del pueblo.

Por otra parte, tenemos manifestaciones tradicionales como patrimonio intangible: las festividades religiosas de la Virgen de Cabo, San Isidoro y San Isidro y los festejos taurinos con reses enmaromadas.

Los habitantes del pueblo han sido obreros y constructores del patrimonio; ahora son sus guardianes. Realizan grandes esfuerzos para su conservación y ven mermar el número de aquellos que lo sostienen. Si bien existen ayudas económicas de los organismos públicos, estas no son suficientes.

Es imperativo que las administraciones trabajen a favor de la sostenibilidad de la población rural. No necesitamos que nos etiqueten como «la España vaciada». Se necesitan soluciones: planificación, inversión, creación de fuentes de empleo, desarrollo tecnológico y dotación de servicios que permitan la habitabilidad en estas pequeñas localidades. De lo contrario, será difícil que existan generaciones futuras que transmitan nuestro legado.