Recogen firmas para «exigir» el arreglo de la carretera entre Castronuño y Pollos
Una vecina realiza una petición en Change.org para que la Junta les «haga caso» y logra el apoyo de 600 personas en menos de una semana
La unión hace la fuerza. Juntos son «mejores». Creen que, de esta manera, las administraciones les harán «caso de una vez por todas». Por ello, ... una vecina de Castronuño, Mónica Román, «harta» de sentirse ninguneada, «abandonada», inició el día de Reyes una recogida de firmas 'on-line' a través de la plataforma Change.org para «exigir» a la Junta de Castilla y León el «arreglo integral» de la carretera VA-610, que une la citada localidad con Pollos. «Si a los ayuntamientos no les han hecho ni caso, tendremos que ser los ciudadanos los que salgamos a la calle a movernos y reclamar nuestros derechos», afirma esta joven de 31 años, natural de Laguna de Duero pero residente en Castronuño desde hace dos años.
El impacto de una «piedrecita» sobre el parabrisas de su coche hace unos días colmó el vaso. Acabó con su paciencia. Conducía despacio, a unos cuarenta kilómetros por hora. No pasó nada. Todo quedó en un «susto». Otro más. Pero aquella vez, a diferencia de las anteriores, Román dijo basta. «Menos mal que iba despacio, si llego a ir noventa como otras veces a lo mejor me quedo sin coche», lamenta.
El «deplorable» estado de la VA-610 hace que transitar por ella sea una «auténtica lotería». Esquivar hoyos se convierte en la estampa más repetida. «Y cuando viene uno de frente agarras bien el volante, bajas la velocidad...», desliza. De hecho, el Ayuntamiento de Castronuño contabilizó «unos veinte o treinta» baches en apenas tres kilómetros –la carretera tiene una longitud aproximada de diecisiete kilómetros–. «Es muy peligroso conducir por esa carretera, y de noche más;hay gente que utiliza esa carretera todos los días, bien sea para ir a trabajar o para estar en contacto con el resto del mundo porque es la que nos lleva hasta Valladolid», aseveró esta vecina.
Con esta iniciativa queman los últimos cartuchos. Es la única forma de sentir que existen. Quieren ser escuchados. Hasta el momento, aún a sabiendas de que es probable que esta recogida «no sirva para mucho», han conseguido que cerca de 600 internautas se sumen a la causa con tan solo un 'clic'. Primer objetivo cumplido. Pero no se conforman. Saben que son «muchos más» y, por ello, ya han puesto en marcha la recogida de firmas presencial, yendo de «casa por casa» tanto en Pollos como en Castronuño para dejar por escrito el apoyo de aquellos vecinos que no pueden sumarse a este proyecto 'on-line'. «Hay mucha gente que no sabe utilizar el móvil y también va por esa carretera y tiene derecho a opinar», explica Román.
Baches y señales derribadas
«¿Y si no conseguimos nada?», se cuestiona esta joven. «Pues cogemos las pancartas y nos plantamos frente a la sede de la Junta de Castilla y León para que vean que nos movemos y que de verdad queremos que nos arreglen la carretera, que no es una bobada; hay gente que se juega la vida todos los días y no es justo que tengamos que pasar por eso», insiste.
Las intensas lluvias de las últimas semanas han empeorado la situación. Han pasado factura. El «campo de minas», como así lo denominan los alcaldes de los municipios implicados, ha sido durante días una «auténtica balsa». Prueba del «abandono», dicen, es que el temporal derribó señales verticales ubicadas junto a la VA-610 y el 9 de enero el panel anunciador de curva peligrosa situado junto al paso a nivel de Castronuño permanecía en el suelo. «Es una vergüenza que esté así y nadie se preocupe ni haga nada», denuncia su alcalde, Enrique Seoane. «No hay quien ande por allí, es peligrosísimo, está todo lleno de baches;hasta que no se mate alguien no van a hacer nada», añade su homólogo en el Ayuntamiento de Pollos, Javier García.
A la espera de reuniones
La visibilidad es «malísima». Los parcheos realizados en las últimas semanas, «inútiles». El firme está «completamente levantado». «Se gastan más en parchear que en arreglar la carretera; parece que es que no les interesa hacerlo», critican Seoane y García.
No es la primera vez que ponen este asunto sobre la mesa. De hecho, el pleno del mes de octubre de la Diputación acordó agilizar los trámites para mantener una reunión con la institución regional. Sin embargo, dos meses y medio después ninguno de los dos regidores ha recibido alguna noticia al respecto. «Me dijeron que me iban a llamar; quedamos en que nos íbamos a reunir con la Junta para tratarlo, pero aún no sé nada de nadie», lamenta Seoane.
Las frases
«Quedamos en que nos íbamos a reunir con la Junta para tratarlo, pero aún no me han llamado»
enrique seoane, alcalde de castronuño
«Es una vergüenza que nadie haga nada; no hay quien ande por allí, es peligrosísimo»
javier garcía, alcalde de pollos
Acometer la reforma íntegra de la vía supondría, en opinión del regidor de Castronuño, un aliciente para aquellas personas que quieran quedarse a vivir en el pueblo. «Si queremos que haya municipios con vida tienen que tener unos buenos accesos, unas vías de comunicación en condiciones», indica.
Cree que es «importantísimo» porque, de esta manera, toda la gente de Castronuño que tiene su trabajo en la capital vallisoletana –«son muchísimos», admite– podrían plantearse la posibilidad de fijar su casa en la localidad. «La carretera es lo que les echa para atrás a la hora de quedarse aquí; por la autovía se va muy bien, pero a ver quién es el valiente que va en invierno, de noche, por esa carretera en el estado que está», sostiene. Ahora solo les queda esperar. Quieren que se solucione «de una vez por todas» una situación que consideran «gravísima». Califican esta iniciativa de «maravillosa» y no descartan llevar a cabo movilizaciones. «Todo sea por nuestros vecinos», sentencian.
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