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Existe un particular vínculo que une de por vida a todos los de una localidad que nacieron el mismo año. Coincidieron en el colegio, pandas ... de amigos, peñas o equipos deportivos, en la primera comunión y en la confirmación, hasta que la vida les hizo tomar caminos diferentes en ese jardín de los senderos que se bifurcan, usando el título de unos de los famosos cuentos de Borges. Sin embargo, siempre supieron que su año de nacimiento, infancia y juventud les unía y les hacía mantener ese vínculo tan especial. Una emotiva relación que el sábado renovaron los quintos y quintas nacidos en 1965 de Medina de Rioseco, en el año que llegan a los 60 años, con una jornada festiva marcada por la lluvia, que no evitó la alegría y diversión de la celebración.
La jornada se iniciaba cuando los quintos se reunían para tomar un café en la cafetería Cubero, sin que faltasen la degustación de sus sabrosos abisinios. Más tarde, tenía lugar en la iglesia de San Pedro Mártir la misa de acción de gracias, que ofició el joven vicario parroquial, Mario Martín, en una celebración en la que se tuvo un emotivo recuerdo hacia Marciano Fernández, Luis Ordax, Isaac Alonso y Antonio Pardo, los cuatro quintos difuntos, en presencia de sus familiares, a los que se les entregó un clavel junto a un regalo conmemorativo y el pañuelo verde con un gran 60 que llevaban anudado al cuello todos los quintos.
Las alegres músicas de los dulzaineros Los Zarabandos dieron inició al vermú por algunos de los bares de la localidad, en especial por la calle Mayor, donde se repitieron los bailes de jotas, antes de que tuviera lugar la comida en el Hotel Vittoria Colonna. La sobremesa fue amenizada por el grupo Lamento Gitano y las músicas del quinto Dj Michael Mix, que trajo al presente los ritmos que los quintos bailaron en su juventud. Un picoteo y la actuación del grupo Los Perets, ponían fin en el bar The Irish River a la festiva jornada, con el cansancio habitual de un día de fiesta, pero con la gran emoción de haber vivido unas horas inolvidables y la promesa de repetir la experiencia cuando los quintos cumplan los 65 años, pero, y lo más importante, de estar todos.
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