Niceto Manso posa con sus hijas, nietos y bisnietos en el día de la celebración su cumpleaños. A. S.

Valladolid

Niceto Manso, memoria de Megeces, celebra sus 103 años

El vecino más longevo del municipio repasa una vida marcada por el trabajo en el campo, el amor duradero y su carácter tranquilo y afable

Martes, 14 de octubre 2025, 07:12

El pasado fin de semana, la familia Manso volvió a llenar de alegría su casa de Megeces para celebrar los 103 años de Niceto Manso, ... nacido en el mismo pueblo el 9 de octubre de 1922. Hijo de Liduvino Manso Mena y María Manso Alonso, Niceto es el mayor de cuatro hermanos -Constancia, César y Carlos- y ha sido, durante toda su vida, un ejemplo de serenidad, trabajo y cariño.

Publicidad

Agricultor, como lo fueron también sus antepasados, Niceto desarrolló su labor en Megeces, donde ha vivido casi siempre. Cumplidos los veinte años, fue llamado a filas y realizó el servicio militar durante tres años entre Valladolid y Urroz Villa (Navarra), en Artillería. La Guerra Civil había concluido poco antes, y él recuerda aquella etapa con afecto, por las amistades que forjó y que mantuvo durante décadas. Pero su historia es, sobre todo, una historia de amor. En Megeces, conoció a Tirsa Manso Martín, dos años mayor y modista, con quien compartió 76 años de matrimonio «muy, muy felices», según recuerda la familia. Tuvieron dos hijas, Rita y Adela, y de ellas nacieron cuatro nietos y siete bisnietos, que hoy continúan llenando de vida las reuniones familiares.

Cariñoso, tranquilo y siempre pendiente de los demás, Niceto es una figura muy querida en el pueblo. Le gusta conversar, bromear y compartir recuerdos con vecinos de todas las edades. Quienes le conocen destacan su memoria prodigiosa y su costumbre de acompañar cada conversación con un refrán. Su favorito, el que más repite, resume bien su carácter: «Dos no riñen si uno no quiere».

A pesar de su edad, Niceto mantiene una mente activa. Le apasiona leer, escribir poesías y resolver sopas de letras. Cada mañana disfruta de un café en Megeces o en Valladolid, según la época del año, y aprovecha ese momento para charlar con conocidos y amigos. Hasta la pandemia, no faltaba nunca a la partida de mus del bar del pueblo, donde el que perdía pagaba el café.

Publicidad

Cuando se le pregunta por el secreto de su longevidad, la respuesta es sencilla: una vida ordenada, sin excesos, y un carácter sereno. Nunca fumó ni bebió, come de forma equilibrada y respeta los horarios de siempre. «La mejor lotería es un buen trabajo», suele aconsejar a los jóvenes, recordando la importancia del esfuerzo, la honradez y el buen trato hacia los demás.

Ver a la familia unida

El día de su cumpleaños, Niceto recibió decenas de llamadas y mensajes de familiares y amigos. El fin de semana, la familia se reunió —con la ausencia de solo dos nietos, que residen en Nueva York— para compartir una comida y rendirle homenaje. «Su mayor felicidad es ver a la familia unida», cuentan sus hijas. «Siempre da gracias a Dios por ello y nosotros seguimos aprendiendo de su ejemplo y disfrutando de su compañía», apuntan.

Publicidad

No es la primera vez que el pueblo celebra a su vecino más longevo. Cuando cumplió 100 años, el Ayuntamiento de Megeces le rindió un emotivo homenaje y le entregó una placa conmemorativa, acompañado entonces aún por Tirsa, que alcanzó los 102.

A los 103 años, Niceto Manso sigue siendo una presencia entrañable en las calles y cafés de Megeces, una memoria viva de su historia reciente y, sobre todo, una persona que quiere y se hace querer.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

3€ primer mes

Publicidad