Megeces descubre una fuente del siglo XVI, que ha estado enterrada más de un siglo
Las investigaciones han permitido determinar su ubicación, por lo que ahora se restaurará como recurso turístico y patrimonial
Los vecinos más mayores aseguran no haberla visto nunca antes, y los más jóvenes ahora ya saben el por qué una calle lleva su nombre. ... Una intervención realizada por el Ayuntamiento de Megeces, tras tiempo de indagaciones y consultas con varios entendidos en historia y patrimonio, entre ellos el local Julio Santos Sanz, han determinado su ubicación con cierta exactitud y ha sacado a la luz la conocida como fuente Calderón.
Los trabajos se han podido llevar a cabo gracias a una subvención de 10.000 euros recibida de la Consejería de Empleo e Industria la Junta de Castilla y León, a través del Servicio Público de Empleo de Castilla y león (Ecyl), que ha permitido la contratación de un trabajados durante un periodo de seis meses.
La fuente se encontraba totalmente enterrada junto a una tierra de labor y cerca de varias edificaciones de nueva construcción y, una vez ya descubierta, el equipo de Gobierno tiene intención de restaurar y poner en valor como recurso histórico-patrimonial y turístico, protegiendo, delimitando y adecentado la zona en la que se encuentra, así como su acceso, un camino otrora perfectamente empedrado, para poder ser visitada. La fuente Calderón, una infraestructura hidráulica que, según los entendidos podría datar del siglo XVI, habida cuenta de su similitud con otras de diferentes municipios, tomó su nombre de la hacendada Bernardina Calderón, que dejó entre otras heredades una capellanía y tierras a la iglesia, que tenía un huerto lindero con la fuente.
Fue, junto con la de la iglesia, los dos lugares durante muchos años los vecinos de Megeces se abastecieron de agua, no precisamente de buena calidad para beber las personas, por lo que solo las usaban para abrevar los ganados, como indica Pascual Madoz en el siglo XIX, sirviéndose para beber y demás necesidades domesticas del agua que cogían el rio Cega, donde e iban a llenar sus cantaros, como bien señala el historiador pedrajero en su libro 'Villa y Tierra de Íscar'.
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