Un jubileo motero para celebrar el centenario del Sagrado Corazón de la Catedral de Valladolid
La cita del motor está organizada por el cura de cinco parroquias de la comarca de Medina
El jubileo significa gozo y alegría, expresa el tiempo en el que la iglesia concede la posibilidad de ganar una indulgencia plenaria por nuestros pecados. «Yo siempre pongo un ejemplo para explicar que es una indulgencia. Imagina que clavamos unas estacas alrededor de una casa en el campo y que luego las retiramos. Al quitarlas, se queda el agujero en la tierra que hay que taparlo. Ahora cambiamos estacas por pecado, y la tierra por nuestra alma o nuestro corazón. El pecado deja una herida en nuestra alma. Cuando recibimos el sacramento del perdón, el Señor retira la estaca, es decir, perdona nuestros pecados. Pero luego la iglesia tiene la encomienda de ayudarnos a arreglar las huellas que ha dejado el pecado en nosotros. Eso es la indulgencia», explica Juan Molina, cura de las parroquias de Rueda, Nava del Rey, Siete Iglesias de Trabancos, Foncastín y Torrecilla del Valle.
Con motivo del centenario de la entronización de la imagen del Sagrado Corazón de Jesús, del escultor Ramón Núñez, que preside la torre de la catedral de la capital del Pisuerga, en mencionado párroco de la comarca de Medina, junto al Ayuntamiento de Valladolid, la Diputación Provincial, la Archidiócesis de Valladolid, el Ayuntamiento de Torrelobatón y el consistorio de Rueda han organizado un jubileo motero para el próximo sábado 27 de abril. En dicho acto, los participantes podrán ganar esa indulgencia plenaria.
Salta a la vista que desde la diócesis vallisoletana se celebre un evento del motor. Sin embargo, para Molina es algo totalmente normal y cotidiano en su día a día. Y es que, se define como un cura motero. Algo llamativo e infrecuente de ver, aunque para el sacerdote no lo es tanto. «Antiguamente los curas iban en vespa a todos los sitios. Llama la atención cuando tienes una moto grande, como es mi caso», explica. A lomos de su BMW R1200 GS blanca y negra, Juan se desplaza por toda la provincia para dar sus misas y disfruta de esta afición haciendo rutas por el entorno.
Debido a este interés, se le ocurrió mezclar sus dos pasiones; las motos y la religión, con el objetivo de disfrutar de «una jornada divertida y de amigos», que finalizará con una eucaristía en la Catedral de Valladolid en la cual, aquellos interesados, puedan ganar el jubileo.
Así, tras bendecir las motos, los participante partirán a las 10.00 horas desde la Plaza Mayor de la capital, poniendo rumbo por los pueblos de Castilla. La primera parada será Torrelobatón, cuna de Bernardo de Hoyos, presbítero jesuita, primer y principal apóstol en España de la devoción al Sagrado Corazón de Jesús. Seguidamente visitarán Toro y Rueda, donde degustarán una rica paella. Después de la comida, regresarán a Valladolid pasando por Serrada y Puente Duero, y aparcarán las dos ruedas frente a la Catedral de Nuestra Señora de la Asunción.
La misa dará comienzo a las 18.00 horas y correrá a cargo de Juan Molina. «Nos acompañará el dean de la catedral, aunque me sugirió presidirla yo con la idea de enfocar la eucaristía a los moteros que acudan a ganar el jubileo», manifiesta. Además, durante el acto se hará un homenaje a las personas que han perdido la vida en la carretera. «Por desgracia tenemos varios conocidos que han fallecido en moto este año», lamenta el párroco.
Las inscripciones ya han arrancado y estarán abiertas hasta el próximo viernes 19 de abril. El precio será de diez euros y aquellos interesados podrán formalizar su inscripción enviando el importe a través de un número de cuenta a la Parroquia de Nava del Rey. Por el momento, son ya casi treinta personas las que se han apuntado al jubileo motero. «Este colectivo se caracteriza por ser bastante tranquilo en el tema de las inscripciones. La gente espera a última hora», señala Molina.
La organización augura que acuda un gran número de aficionados al mundo del motor, aunque esperan que sea un grupo manejable para que la situación no se desborde. En unos días, los apasionados de la dos ruedas disfrutarán de «un tiempo en común y armonía» haciendo lo que más les gusta; conducir una moto.