Gustavo Martín Garzo inaugura la Feria del Libro con un pregón basado en un mundo mágico
El escritor vallisoletano ha sido el encargado de dar el pistoletazo de salida a la tercera edición que se desarrollará a lo largo de todo el fin de semana en la Plaza Mayor de la Hispanidad
«Me ha dado mucho gusto venir a Medina y ver esta feria tan preciosa», enunciaba Gustavo Martín Garzo. El escritor vallisoletano, licenciado en Filosofía ... y Letras en la especialidad de psicología, y fundador de las revistas literarias 'Un ángel más' y 'El Signo del gorrión', daba comienzo este viernes 10 de mayo a la tercera edición de la Feria del Libro de Medina del Campo con un pregón cargado de multitud de referencias a los sueños y a las leyendas y cuentos tradicionales; un aspecto que caracteriza a sus obras y que trasladó del papel al público presente en la Plaza Mayor de la Hispanidad de la Villa de las Ferias.
El autor acumula numerosos galardones, como el Premio Nacional de Narrativa en 1993 por 'El lenguaje de las fuentes', el Premio Nadal en 1999 por 'Las historias de Marta y Fernando', el Premio de Novela Ciudad de Torrevieja en 2010 por 'Tan cerca del aire' o el Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil en 2003 por 'Tres cuentos de hadas'; entre otros muchos.
«Son muchas las veces que, a lo largo de mi vida, he visitado vuestra ciudad. Y muchas más en las que, al pasar en tren, he visto dibujarse en el horizonte la imagen de vuestro castillo», comenzaba a recitar. Para el dramaturgo, las formas irregulares de esta emblemática fortificación «hacen pensar en un castillo de cuento». Y es que, precisamente, las palabras que recitó trasladaron a los medinenses a un mundo de fantasía.
«Hablar de belleza y de encantamiento, es hacerlo de la literatura, que es como un gran almacén donde se guardan todas las emociones humanas, nuestros sueños y nuestras preguntas. Leer es entrar en ese almacén y tomar lo que necesitamos», continuaba Gustavo. Tal y como mencionó, el lector devuelve a la vida, a través de la lectura, lo que el escritor tomó de ella para escribir sus libros.
«Las bibliotecas son como la cueva de Ali Babá, y la historia de la literatura es la historia de cómo se ha ido formando ese botín inagotable y secreto», mencionaba Martín. «La literatura nos lleva a los lugares donde yacen los tesoros y nos permiten regresar con las bolsas bien repletas», añadía.
El escritor pucelano mencionó una de las frases que más repite a los alumnos de enseñanza media cuando acude a los institutos a dar charlas. «Siempre les digo que, por mucho que se empeñen, no pueden escapar de la literatura», asegura. Y es que, para el autor, el mundo real y el mundo ficticio están unidos por una línea poética. «La literatura y la poesía forman parte de ellos. Tiene que ver con las experiencias más decisivas de sus propias vidas; esos momentos de epifanía y gozo que todos anhelan tener. El amor es una experiencia así. Transcurre en el mundo, pertenece al campo de lo real, pero a la vez es una experiencia poética», manifestaba. Para Garzo, los momentos más intensos de nuestra vida tienen una naturaleza doble, pues suceden en el mundo real y en el mundo de los sueños. «La única manera de escapar de la literatura es dejar de vivir o tener una vida vulgar, cosa que ninguno de ellos obviamente desea», cerciora.
Por ello, el vallisoletano anima a leer a los jóvenes lectores, «porque la vida solo merece la pena cuando está hecha de la misma materia con que se hacen los buenos libros», detallaba.
Unos ejemplares que no solo tienen que merecer la pena, para muchas personas, sino también ser hermosos y alegrarles la vista. «Eso lo saben bien los editores de libros, sobre todo los infantiles», comenta. «Es importante que el niño los vea como lo que son, objetos semejantes a un cofre maravilloso, a una lámpara que oculta un genio o a una alfombra voladora», explicaba. Unos elementos que, al igual que detalló anteriormente de los libros, tienen una doble naturaleza; pues son objetos comunes de la vida cotidiana y, a la vez, son puertas y lugares de transito que comunican con otros mundos.
Antes de finalizar su discurso, Gustavo Martín regresó de nuevo al Castillo de la Mota; un enclave que, según le explicaron, acogió una sede de la escuela superior de formación de la sección femenina después de la Guerra Civil Española. «Desengáñate, me dijo el que me contaba esa historia, es un castillo sin fantasma», pronunciaba el autor. «Y yo sin embargo pensé en un castillo lleno de muchachas que apenas pudieran hacer otra cosa que asistir a clases de costura, repetir interminables rosarios y tediosas tablas de gimnasio, sin imaginar uno de esos mundos de susurros, presentimientos y pasos furtivos en los que ellas han sido incomparables maestras. Uno de esos mundos a que tan proclive son los fantasmas», indicaba. Es a aquellas «señoritas» a quien el vallisoletano dedicó sus últimas palabras.
Por su parte, la concejala medinenses Patricia Carreño, antes de pronunciar el discurso de inauguración, entregó al autor una distinción de agradecimiento en nombre del consistorio y de la localidad. La edil lamentó la ausencia del alcalde Guzmán Gómez, pues un problema personal le imposibilitó acudir a esta cita; «uno de los actos más amables y deseados», mencionó Carreño, que se desarrollan en la Villa de las Ferias. Durante tres días, la Plaza Mayor se convertirá en el «núcleo literario de la ciudad» para albergar una «cuidada selección de obras» que permitirán al públicos descubrir diferentes novedades.
Antes de finalizar sus palabras, la concejala describió al libro como «el amigo silencioso, el consejero más accesible y el maestro más paciente»; no sin antes agradecer el trabajo de José Ignacio García que con «mimo, cariño y gran dedicación» ha sacado adelante una nueva edición de la Feria del Libro.
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