El corneado en Íscar: «Recuerdo oír en el callejón 'Alberto, no te vayas'»
Alberto Lorenzo Colinas recibe el alta hospitalaria después de permanecer doce días ingresado tras una doble cogida en el tórax y en el muslo
Más de 1.000 mensajes de apoyo y eso que aún no ha entrado en las redes sociales. A eso se le suma el cariño ... cada vez que pisa las calles de Benavente. Alberto Lorenzo Colinas no para de agradecer todas las muestras de afecto recibidas después de que el 7 de agosto sufriera una doble cogida en los encierros de Íscar. Unas embestidas que helaron la localidad vallisoletana al ver cómo le perforaban el muslo y el tórax y que le mandaron a la REA del Hospital Clínico de Valladolid tras ser operado de las dos graves heridas.
La del tórax entró por la axila y llegó a golpear el pulmón, a la par que le fracturó tres vértebras. La de la pierna izquierda se introducía por el vasto para salir por el glúteo y sin saber los centímetros que atravesó el pitón. «He tenido mucha suerte, unos centímetros más y no lo cuento», relata desde Benavente un animado Alberto Lorenzo. «Algunos médicos especialistas en tratar estas lesiones comentan que hay muchos que no superan en esas cogidas», añade.
«Ya noto la mejoría»
Después de doce días en el Clínico, Alberto Lorenzo puso rumbo hasta su Benavente natal apoyado en sus dos muletas. «Ya doblo hasta la rodilla, ya noto la mejoría», continúa antes de rememorar lo ocurrido ese 7 de agosto en las fiestas de Íscar. «Me resbalo un segundo antes de la cogida y delante del toro. El cuerpo humano es tan inteligente que cuando sufre el mayor de los dolores, desconecta. Recuerdo oír las palabras en el callejón de «Alberto, no te vayas». Intenté volver en sí y se me iban los ojos. Al entrar en la enfermería ya me desvanezco y solo fui consciente de hablar con alguien, pero no sabía ni lo que decía», apunta.
Aunque no tenga fecha para su vuelta, lo que tiene claro este zamorano, clásico de los festejos taurinos de toda la geografía nacional, es que volverá a ponerse delante de un toro. «Me juego la vida por lo que quiero a ese animal y a su integridad. Si llego a estar con una maroma estoy seguro de que esto no me pasa», prosigue Alberto, que ya tuvo una cornada hace unos años en el Toro de la Vega. «Ahí fueron 22 centímetros, ahora tengo atravesada la pierna».
César Ramos ya piensa en reaparecer en los encierros de Medina del Campo
Sin tregua y con la intención de volver lo antes posible a mirar a los ojos a un toro. El cortador de la localidad vallisoletana de Pollos César Ramos ya se recupera de la embestida del pasado domingo en el concurso de cortes El Piñón de España celebrado en Pedrajas de San Esteban y que le ocasionó una herida de diez centímetros de longitud.
Tras el susto y aún con el drenaje en su pierna, el joven cortador solo descuenta días para reaparecer. Y eso podría ser en un breve periodo de tiempo, porque no descarta saltar en los encierros de Medina del Campo por la festividad de San Antolín. «Aún no sé si podré, pero me gustaría. Esta cogida no va a cambiar los planes, ni me planteo dejarlo», afirma el joven de Pollos.
Una idea que ha reafirmado a través de las redes sociales, a la par que enviaba un mensaje para «admirar a los cuatro privilegiados que día tras día, concurso tras concurso, cogida tras cogida, se vuelven a poner delante, compitiendo como si no fuera con ellos la cosa».
Una lesión que le tendrá alejado de los ruedos y de su trabajo como operario de mantenimiento en el hospital de Benavente. «Solo puedo dar las gracias a todos los sanitarios que me han tratado. Especialistas de traumatología, vascular, neurocirugía, cirugía, a la REA, al equipo médico de la plaza de toros de Íscar, así como dobladores y pastores», agrega a la par que unas vecinas del municipio zamorano le preguntan por su estado.
«Hasta he hablado con el padre de Enrique Ponce. Ha llorado al conocer mi historia y le he tenido que decir que 'no será por cogidas de tu hijo que te va a alarmar esta mía'», concluye Alberto.
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