Becilla de Valderaduey viaja en el tiempo a su pasado romano
La localidad celebra la vigésimo primera edición del Día de Roma, que fue pregonado por la vecina de 100 años Araceli Valbuena dentro de las fiestas en honor a San Roque
Senadores, cónsules, tribunos, magistrados, pretores, centuriones o legionarios volvieron a llenar este jueves las calles de Becilla de Valderaduey con motivo del regreso de ... la terracampina localidad a su pasado romano con la celebración de la vigésimo primera edición del Día de Roma, que se enmarca dentro de las fiestas de San Roque. Cuando la tarde comenzaba a declinar, tenía lugar la recepción de autoridades e invitados en el Ayuntamiento, desde donde una comitiva, escoltada por la guardia romana, a golpe de timbales, llegó hasta la plaza de San Miguel, en la que, ante numerosos vecinos y visitantes, muchos ataviados con indumentaria romana, tuvo lugar el pregón, que fue pronunciado por la longeva vecina, Araceli Valbuena, que cumplió 100 años en febrero en Alcalá de Henares, donde vive con sus hija, Conchi Ramos, y que el pasado domingo recibió un cálido homenaje de la parroquia en su regreso, como cada verano, a su pueblo.
La alcaldesa, María Jesús Peña, dio la bienvenida «a este viaje en el tiempo», en el que Becilla «se transforma en una pequeña Roma, un lugar donde las historias de emperadores, gladiadores y poetas cobran vida». Además, Peña recordó que, en la antigua Roma, «la fuerza de la sociedad residía en la unidad de sus ciudadanos», para animar «a tender la mano al vecino, a escuchar al que tiene una opinión diferente y a celebrar juntos lo que nos une», deseando que «la fiesta romana de este año sea el inicio de una nueva era de colaboración y hermandad en nuestro pueblo».
A continuación tomó la palabra la pregonera, quien empezó destacando su falta de méritos para merecer tal distinción, «salvo hablar bien de nuestro pueblo y haber cumplido cien años», a la vez que aseguró que podía ser un momento emotivo para «compartir con vosotros las vivencias que he tenido con muchos de vuestros padres y abuelos lo largo de estos cien años». Además manifestó su deseo de que el pregón sirviese «para rendir un sentido homenaje a aquellas personas que por distintos motivos ya no se encuentran hoy con nosotros»
Fue el momento de traer el presente el recuerdo de la tienda de sus padres, cuando recorría las casas del pueblo con una cesta de fruta para vender y así ayudar en casa, porque «aquellos eran tiempos difíciles y los niños teníamos que arrimar el hombro para salir adelante». Tiempos en los no había televisión en muchas casas y «los domingos íbamos al bar de Amador y Maura a jugar la partida, a ver el festival de Eurovisión y las corridas de toros, al café de Celerino, al teleclub de Rufino y Cándida, al bar Caserío y al bar Miño para comer unas gambas al ajillo y por supuesto, al baile en el salón de Isidora y Colasito, como muchos de vosotros recordaréis».
También trajo al presente la noches calurosas del verano «cuando los vecinos nos reuníamos en las puertas a tomar el fresco y así coger fuerzas para ir a la mañana siguiente a arrancar lentejas y garbanzos o a espigar para las gallinas», porque «como ya os he dicho eran tiempos difíciles». Con el tiempo Araceli se trasladó con su familia a Medina de Rioseco y cuando nacieron sus nietos pasó largas temporadas en Alcalá de Henares, pero «nunca me olvido de mi pueblo y aunque no nací en Becilla, aquí me he criado y aquí forme una familia, por lo tanto, me siento becillana; y añoro cuando llega el buen tiempo, venir a pasar el verano con mi hermana Lourdes». Además explicó que cuando está fuera sigue informada de las noticias que suceden en Becilla «a través del móvil, porque me dicen que hay que modernizarse».
Araceli también mostró su tristeza porque la localidad tenga menos población, recordando los años de su infancia con cien niños y cien niñas en la escuela, «llenando las calles de llenaban de alegría». Las últimas palabras del pregón fueron para animar a todos «a seguir viniendo para mantener las costumbres», para «llenar de alegría nuestro pueblo, como en épocas pasadas», recibiendo la pregonera numerosos y sentidos aplausos.
Tras el pregón, al ritmo de los sonidos de bombos a modo de timbales romanos, se inició el desfile, en el que la comitiva recorrió las calles del pueblo hasta el polideportivo, pasando por la calzada y puente romanos de la localidad como un guiño a la su propia historia y a su patrimonio más importantes. En el polideportivo, como ya sucediera el año pasado, la comitiva se encontró con la recreación de una escena de un banquete de la Roma antigua a cargo de un grupo de jóvenes, además de una puerta romana decorada con laureles con el letrero de XXI Día de Roma, que sirvió de photocall para que los participantes en la tradicional cena se hicieran una fotografía. Las risas con el monologuista Sergio Encinas y las músicas de la discomovida Pety pusieron el broche de oro a la jornada romana.
Becilla de Valderaduy sigue en su intención de que este Día de Roma sea declarado como Fiesta de Interés Turístico de Castilla al tener una antigüedad mínima de 20 años como un requisito de la orden de 1995 que regula esta declaración. El expediente de esta declaración se encuentra en trámite.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión