Valladolid

El Procurador del Común reclama nuevos datos sobre los malos olores en La Farola

La plataforma que agrupa a los vecinos de La Farola, unidos contra el aroma «pestilente» que sufren desde hace años y que cuenta con el respaldo de la Asociación Reina Juana, ha vuelto a solicitar la intercesión del Procurador del Común para que les ayude en su lucha para atajar una situación que se ha vuelto más que incómoda, especialmente en cuando el calor aprieta.

La institución que preside Tomás Quintana y que mantiene abierto un expediente sobre este asunto les acaba de comunicar en un escrito fechado el pasado 18 de julio que ha vuelto a solicitar información a la Junta de Castilla y León y al Ayuntamiento sobre este problema que amainó después de que los afectados lo denunciaran ante la opinión pública a principios de 2024, pero que ha vuelto con la misma fuerza, aunque de forma alterna.

El Procurador ya reclamó el 9 de mayo de este año información sobre la cuestión a ambas administraciones. Estas remitieron la documentación, pero tras analizar su contenido se considera que «se precisan más datos a efectos de poder tomar una decisión sobre el contenido de la queja presentada».

Los residentes de este barrio y del contiguo del Cuatro de Marzo sufrieron el último episodio a principios del mes pasado. «Ya no es el olor a fritos, porque sabemos que limpian las chimeneas cada cierto tiempo, es a podrido», explican.

La medidas tomadas por la empresa de alimentación tras lo requerimientos de la Consejería de Medio Ambiente rebajaron el desagradable aroma al mínimo durante una temporada. Así, los vecinos no descartan que pueda haber otro foco que no se ha analizado hasta el momento. «Hay una parcela en Argales, muy cerca de Findus, que se utiliza como lavadero de camiones, por lo que sabemos transportan residuos cárnicos y purines», apuntan como posible alternativa.

Su petición para poder acabar con la situación la han llevado también al Gobierno central esta pasada primavera. En el caso del Ministerio de Sanidad la respuesta fue escueta: el departamento no es competente. «Lamentamos la experiencia que nos relata en relación con las condiciones higiénico-sanitarias en la zona por la actividad comercial de la empresa Findus. Sin embargo, le comunicamos que este Departamento Ministerial carece de competencias sobre las quejas sobre inspecciones de sanidad de locales comerciales, ya que las mismas corresponden a los servicios de salud locales», aclaran.

El Ministerio para la Transición Ecológica, por su parte, les comunió en mayo que no se habían producido superaciones de los valores legislados en las estaciones de medición de la calidad del aire próximas a las instalaciones de Findus, además de recordarles las medidas que la empresa ha tomado en los últimos meses para rebajar las desagradables emisiones.

Entre las más relevantes, destaca la apertura de dos balsas para la separación de grasas y la instalación de un depósito hermético para almacenar los fangos, que se envían luego en camión a una planta de reciclaje. Los contenedores de residuos orgánicos se han sustituido por unos estancos y los han trasladado a una zona apartada.

También se ha instalado un sistema denominado Ambipur. Se trata de una tubería que suelta líquido con olor a limón en el aire y que contrarresta los humos que salen de la fábrica durante la elaboración de alimentos. Para completarlo, Findus ha plantado un pantalla de contención con árboles entre la balsa y el barrio de La Farola para mitigar posibles afecciones.

Tras enumerar estas y otras medidas, la Subdirección General de Prevención de la Contaminación de este ministerio recuerda también que no es competente en materia de inspección y supervisión de instalaciones industriales por lo que les sugieren que se pongan en contacto con el Ayuntamiento de Valladolid o la Junta de Castilla y León.

Galindo destaca que cuando se trasladan las quejas a la Junta los malos olores remiten en los días siguientes, mientras que mantienen una comunicación fluida con la compañía de congelados que les asegura que se están cumpliento todas las prescripciones marcadas por los técnicos de la Administración regional al respecto. Las inspecciones son constantes, pero los afectados piden un análisis más exhaustivo en todo el entorno, con atención especial a la red de saneamiento que duscurre entre el polígono de Argales y el barrio, que permita identificar de manera clara el problema y para poder aplicar una solución permanente.