«Patinetes y bicicletas no son competencia para el taxi, pero hay que regularlos»

A sus 50 años recién cumplidos (Valladolid, 1969) este taxista decidió este verano dar un paso adelante para ponerse al frente de la principal asociación de taxistas de la provincia, con 378 socios de los 474 que tienen licencia. Entre sus retos está apaciguar las aguas de las discrepancias entre las asociaciones del gremio y acordar los descansos.

–Ha sido elegido nuevo presidente de Radio Taxi sucediendo a Roberto Merino, que ha estado más de una década. ¿Le pesa la responsabilidad?

–Llevo 20 años con una licencia propia y antes fui asalariado. No era miembro de la Junta Directiva y decidí presentarme porque algunos compañeros me indicaron que se precisaba a alguien tras la marcha por cansancio de Merino. Hubo elecciones para renovar a tres cargos de la directiva, y no se presentó nadie más a la asamblea de junio, por lo que he pasado a presidir la Cooperativa y la Agrupación de Radio Taxi.

–¿Cómo valora la etapa de gestión de su predecesor?

–Roberto Merino ha hecho muchísimas cosas. Lo que sucede es que desde fuera no se ven. Ha contribuido a crear el Área Metropolitana para el taxi, y a la modernización de los servicios que ahora se prestan. En estos años, se han cambiado dos o tres veces el sistema de las flotas.

–¿El precio para el traspaso de licencias ha bajado?

–No. Ahora casi cuestan prácticamente lo mismo que hace dos décadas. Dependiendo del vehículo, se pagan entre 65.000 y 70.000 euros.

–Pero, ¿las condiciones de trabajo y servicios han variado?

–La evolución del taxi está vinculada a cómo marcha la economía. Si hay movimiento, como en los años anteriores a la crisis, se trabajaba mucho más. Actualmente nos estamos recuperando algo, pero entre 2008 y 2017 hemos sufrido mucho por la recesión, y ello también afecta a la revalorización del precio de las licencias.

–¿Qué le pide al Ayuntamiento?

–Nos hemos reunido ya con el concejal de Movilidad, Luis Vélez, pero con el alcalde todavía no. Les solicitamos que cuanto antes se aplique la Ordenanza respecto al apartado de los descansos semanales. Se les ha remitido una propuesta en la que se fijan 24 horas de libranza a la semana, de lunes a domingo, y por número de licencia. Antes teníamos un día y medio, más un fin de semana de cada cuatro. Pero el recurso de los taxistas de Arroyo de la Encomienda y otros pueblos, ha obligado a suspenderlo cuando la mayoría de los compañeros aceptábamos este sistema.

–¿Por qué existe esa mala relación entre los taxistas de la capital y los de los pueblos?

–Ellos, los de Arroyo que son minoría, fueron los que no quisieron entrar en el área de prestación conjunta, y no nos dejaban tampoco entrar a recoger clientes a ese municipio. Afortunadamente, luego recurrieron y se integraron. Recientemente se ha cuestionado un sistema de descansos que en la capital lo aplicábamos desde hace 20 años. Creo que no está justificada esta 'rivalidad', puesto que todos somos trabajadores del gremio. La constitución del Área Metropolitana ha permitido que nosotros podamos entrar a trabajar a Arroyo y el resto de los pueblos, Laguna, Boecillo o Villanubla, puedan moverse con plena libertad por la capital para recoger clientes.

–¿Qué le diría al usuario que piensa que las tarifas del taxi son caras?

–No pienso que lo sean. Si comparamos con las de otras provincias españolas, Valladolid está en el intermedio de la tabla. Puede parecer caro para determinadas distancias, o para la tarifa nocturna, pero en el caso de las diurnas no es así. De todos formas, el cliente debe de saber que el precio viene determinado en muchas ocasiones por la densidad de tráfico. Hacer un viaje por la mañana, con aviso previo para ir desde una vivienda del paseo de San Vicente al hospital Clínico cuesta unos cinco euros. Sin embargo, la vuelta que se haga por el mismo recorrido, pero en hora punta, puede alcanzar los ocho euros. ¿Es caro abonar cinco euros por irte a buscar a tu casa, esperar abajo, y llevarte al hospital? No me lo parece. Los taxistas no podemos ser los culpables de los atascos que se montan.

–¿Cómo enfocan ustedes la 'nueva movilidad urbana', con bicicletas y patines cada vez más frecuentes?

–Nos tenemos que respetar los unos a los otros. Aunque alguien piense que los conductores, todos, no solo los taxistas, no respetamos estos nuevos medios para moverse, tampoco ellos pueden echarse muchas flores. Yo he visto patinetes circular por calles de dirección prohibida, o bicicletas que van por las aceras y de repente se cruzan en un paso de cebra y no te da tiempo a verlas. Para los taxistas no son una competencia estos nuevos sistemas, pero está claro que hay que regular el espacio urbano que tenemos que compartir.

–¿Con el Área Metropolitana hay más demanda de servicios?

–Parecidos a los de antes. Cuando sí se notan es durante las Ferias, ya que muchos eligen el transporte público para evitar los controles de alcoholemia. Se deja el coche en casa cuando se sale a cenar o tomar una copa.

–Es decir, ¿que los controles son aliados de los taxistas?

–No solo de nosotros, sino del resto de ciudadanos, sean peatones o conductores. La seguridad, antes que nada.

–Se quejaban los clientes que ir en taxi al aeropuerto era caro?

–Eso era antes de que entrase en funcionamiento el Área, cuando existía la tarifa fija de 22 euros. Ahora vamos a taxímetro y desde, por ejemplo, la estación de autobuses o de tren ir a Villanubla cuesta unos 15 o 16 euros si el tráfico es normal. Aplicar el taxímetro es más justo para los usuarios que la tarifa fija.

–Pero están ustedes luchando por ello, de parada a parada, y su predecesor, Merino, no lo logró.

–Nuestra intención es que los clientes sepan los que les puede costar, porque en ocasiones llaman a la emisora para preguntar. No se logró sacarlo adelante, ya hay algunas asociaciones que se oponen a ello. Lo vamos a seguir intentando, porque sobre todo para los de los usuarios de los pueblos es una referencia informativa de lo que puede costarles.

–¿Cómo está la unificación del color de los vehículos del Área?

–También se ha vuelto a hablar con el concejal Luis Vélez. La mayor parte de los turismos mantienen hoy el mismo color de la franja y el punto de los luminosos. Quedaría pendiente regular cómo abordamos la publicidad en el exterior del coche, para determinar dónde se puede colocar y qué. En todo caso, cualquier cambio de imagen corporativa no nos puede costar más dinero.

–¿Cómo va a enfocar la convivencia con los vehículos que tienen conductor, las VTC?

–A quien corresponde controlarlos es a las administraciones. La Junta y los ayuntamientos deben verificar las hojas de ruta y no permitir que estos coches estén dando vueltas para captar clientes. En Valladolid, prácticamente no operan estas empresas y por las matrículas azules se comienza a distinguirlos. La Policía Municipal tiene que estar alerta. Los taxistas solo queremos que estos conductores no hagan competencia desleal y tengan todo en regla.