Óscar Puente: «Ni integración ni soterramiento, aquí termina esta historia»
Adif instará la celebración de la Junta General de Accionistas de la sociedad Valladolid Alta Velocidad para adoptar el acuerdo de disolución o llevarlo al Mercantil
No habrá paso de Unión y Pelícano. No habrá pasos de Ariza. No habrá nuevo paso de Arco de Ladrillo. Todos estos pasos estaban proyectados y a falta de adjudicación de las obras. Ni por supuesto ningún otro de los pasos contemplados en el convenio de integración de 2017 que estaban más rezagados. Sí habrá estación de trenes, en cuyos terrenos ya estaban esta mañana los topógrafos. Sí habrá Variante de Mercancías completa, como se puede comprobar si se asoma uno a la zona interrumpida del viaducto de los Tramposos. Estas dos macroinfraestructuras se encuentran fuera del convenio de integración, son promovidas íntegramente por Adif.
«Ni integración ni soterramiento». Fue la frase del ministro de Transportes, Óscar Puente, tras la reunión del Consejo de Administración de la sociedad Valladolid Alta Velocidad. «Aquí terminó la historia. Lo otro es el corolario».
¿Y qué es el corolario? El proceidmiento que viene a partir de ahora. Para empezar, Adif pedirá la celebración de la Comisión de Seguimiento del convenio de integración ferroviaria. En esa Comisión denunciará el convenio, al entender que existe una parálisis de facto por parte de Ayuntamiento y Junta de Castilla y León que impide seguir con cualquier obra.
Una vez denunciado el convenio, Adif pedirá la celebración de la Junta General de Accionistas de la sociedad Valladolid Alta Velocidad. Hay que recordar que el Ayuntamiento tiene un 25%, igual que la Junta de Castilla y León (25%). Adif tiene un 7,5%, Adif Alta Velocidad, un 30% y Renfe, un 12,5%. En esa Junta General, instará la disolución de la sociedad porque entiende que no hay objeto social, al denunciarse el convenio. Ayuntamiento y Junta votarán en contra, un 50%. Adif y Renfe, a favor, otro 50%. El empate abocará a que el litigio lo tenga que resolver el Juzgado de lo Mercantil.
En la práctica, todo el proceso de integración ferroviaria quedará paralizado. Y el soterramiento, que no existe más que como deseo pero sin ningún plan ni estudio concreto, también, porque el Ministerio de Transportes ya ha dejado claro que no va a avanzar en ese sentido y porque la estación, diseñada para acoger el tráfico ferroviario en superficie, ya está en marcha. «Hay proyectos por un valor de un millón de euros listos para ejecutar las obras, con 100 millones en el banco, pero se toma la decisión de no licitarlas», explicó Óscar Puente tras la reunión. «Se ha venido sin ningún apoyo técnico que justifique una decisión tan grave. Esgrimen que no se puede hacer la estación y al mismo tiempo Ariza porque causaría un perjuicio a la movilidad de la ciudad. ¿Ha habido algún estudio? Llevamos un año solicitándolo. No lo hay». En conclusión, según Puente, «no se quiere hacer esas obras».
Ariza era el punto clave de la reunión. El primero del orden del día. Tanto, que en vista de la negativa de Ayuntamiento y Junta a seguir con las obras, el número dos provocó un vuelco peculiar. Consistía en aprobar la obra de Unión y Pelícano. Ahí, Ayuntamiento y Junta dijeron que sí. Y el Ministerio, con Adif y Renfe, dijo que no. «No estábamos conformes con la suscripción de un convenio para que el Ayuntamiento dirija las obras -que era el punto a aprobar- porque no tiene sentido mantener viva la sociedad Valladolid Alta Velocidad para hacer un paso peatonal». Hasta tal punto, que el Ministerio ha llegado a ofrecer que sea Adif la que ejecute el proyecto por su cuenta, si es preciso con un nuevo convenio para esa obra puntual, si el Ayuntamiento quiere. Pero no como una obra de una integración que, según Puente, murió esta mañana en la sede de la Delegación del Gobierno.
El ministro de Transportes hizo un repaso de lo que su departamento considera incumplimientos constantes por parte del Ayuntamiento y de la Junta. «Los pasos Ariza se licitaron en 2020-21, han sido cuatro años de redacción de proyectos. Entre eso y Arco de Ladrillo, hablamos de un millón de euros empleado y llevamos dos años en los que se ha constatado la imposibilidad de que la integración ferroviaria se desarrolle en superficie. Durante un año [el alcalde, Jesús Julio Carnero,] se empeñó en que hiciéramos un estudio. Lo hicimos, con gran esfuerzo de los técnicos de Adif, y no le sirvió. Y ahora licita otro por un millón. Por no hablar de la Junta, que tiene que desarrollar una estación en los viejos talleres y se está gastando cinco millones en arreglar la actual. En Arco de Ladrillo no solo se ha opuesto a licitar las obras para demolerlo, sino que se ha gastado dos millones en apuntalarlo. Es incomprensible».
Jesús Julio Carnero y Juan Carlos Suárez-Quiñones anticiparon que se opondrán a la disolución porque entienden que «no hay causa» para ello, más allá de las quejas aducidas por Puente. Carnero insistió en que la obra de Ariza «colapsaría» la movilidad porque coincidiría en el tiempo con la obra de la estación de trenes y en que su intención es conseguir que exista «un diálogo para transitar del convenio de integración hacia un convenio de soterramiento, de la misma manera que en 2017 se transitó del soterramiento a la integración».
Un diálogo que es evidente que ya no existe. «Si otros quieren proceder a la disolución y entienden que hay causas legales, lo primero que tienen que hacer es esgrimirlas», retó. Y admitió que se le ha imputado también el hecho de no haber abonado los 11 millones de euros que correspondían a la aportación municipal en 2024, como figura en las cuentas anuales de la sociedad.
«En seis años de Gobierno del señor Puente en el Ayuntamiento no hubo ninguna acción relevante» en cuanto a la integración, abundó. Recordó que Padre Claret y Labradores se han rematado durante su etapa al frente del Ayuntamiento y considera que ambos casos son buena muestra de que «la integración no es la solución».
Carnero añadió que convocara de nuevo a la Mesa del Soterramiento, un órgano consultivo impulsado por él, pero sin capacidad ejecutiva. «La integración no sirve. Váyanse a Padre Claret y vean para qué sirve eso. ¿Para qué sirve Labradores? ¿Para qué sirve Panaderos?», se preguntó.
«Aboca a Valladolid a la nada», había concluido el ministro, Óscar Puente. No habrá integración ni habrá soterramiento. Y ya les digo que soterramiento no habrá en ningún caso, nunca, por más que alguno quiera seguir vendiendo el cuento».