Óscar Puente: los grandes giros del soterramiento y lo público

El socialista llegó a la Alcaldía en coalición con Toma la Palabra (2015-2023) y tras los primeros gestos simbólicos tuvo que afrontar el fin del sueño del soterramiento, certificado en 2017

Antonio G. Encinas

Valladolid

Miércoles, 28 de mayo 2025, 06:34

De nuevo, para empezar, lo simbólico. El bolardo de la Plaza Mayor, que tantos bajos de coches destrozó, fue lo primero en desaparecer. Lo ... segundo que se barrió fue la prohibición de que el público accediera al Ayuntamiento por la puerta principal. Era el modo de mostrar, con dos gestos, que se había cambiado de política. El tándem de Gobierno PSOE-Toma la Palabra tuvo un desembarco muy complicado. Los avales firmados por valor de 400 millones de euros durante la operación del soterramiento frustrado obligaron a negociar con los bancos, con Renfe, con Adif y con el Ministerio de Fomento y la Junta de Castilla y León y a buscar una solución. El soterramiento fallecía justo dos años después, en noviembre de 2017, cuando todos los implicados rubricaron el convenio de integración ferroviaria. Desde entonces, la liberalización del transporte ferroviario y la ampliación de la red de alta velocidad y de frecuencias solo han apuntillado aún más lo que un día fue el gran proyecto de la ciudad.

En esos dos primeros años se realizó el proceso para remunicipalizar la gestión del agua, lo que encontró una fuerte oposición, incluso judicial, en la que tomaron parte incluso antiguos ex ministros socialistas hoy integrados en el lobby empresarial del agua. El 1 de julio de 2017 comenzaba a funcionar Aquavall.

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Como Bolaños, en sus dos primeros años el nuevo equipo de Gobierno volvió a repensar el Plan General de Ordenación Urbana. La apuesta hiperexpansiva de los últimos años de León de la Riva se quedaba atrás y llegaba la visión de una ciudad «compacta», como la definió Manuel Saravia, teniente de alcalde, en la que había aún mucho suelo para edificar dentro de las rondas.

Puente anunció un nuevo escenario para los conciertos de la Plaza Mayor, que aquel primer año tuvieron como protagonista estelar a John Newman. Marcó así el inicio de algo que se convirtió en una tradición: los conciertos internacionales como el colofón de un cartel de fiestas que fue seña de identidad de su paso por la Alcaldía.

Entre 2015 y 2017 se adjudicó el nuevo contrato de la ORA y comenzaron a implantarse nuevas formas de pago, se eliminó la tasa de basuras y se recuperó Pingüinos.

El nuevo equipo quiso imprimir un tinte social a sus acciones. Así, entre las más inmediatas estuvo la apertura de los comedores escolares en verano. Le siguió la gratuidad del bus de 0 a 12 años a partir del 1 de enero de 2016, o la fijación de unas tarifas sociales para los servicios funerarios de Nevasa.

Sobre los grandes proyectos de la ciudad, al margen del soterramiento se tomaron dos decisiones importantes. La primera, devolver la Ciudad de la Justicia a su emplazamiento inicial, en San Pablo. El 13 de julio de 2015, Manuel Saravia hablaba con el Ministerio de Justicia para volver al punto de partida. Algo que aún está pendiente de concretarse, pero ya con el proceso de licitación de las obras en marcha.

Puente retomó la vieja idea de sacar de la Plaza Mayor las dos rampas de acceso al aparcamiento. Costó más de lo previsto. En noviembre de 2016 se realiza el primer estudio y el proyecto empieza a tener cuerpo en marzo de 2017, cuando se añade la intención de colocar un ascensor, pero la obra de acaba licitando a mediados de 2018, ya en el tercer año.