El ocio nocturno de Valladolid afronta un segundo verano sin previsiones de apertura
Tras un año cerrados, los locales de copas muestran su «decepción» al no ver aliviadas las restricciones que plantean la Junta y el Ministerio de Sanidad
«Esto es solo un ejemplo más del autoritarismo de las autoridades que llevamos sufriendo durante toda la pandemia el sector de la hostelería». ... Alberto Vélez, propietario del 'Tacuba', se mostraba contundente y «desilusionado». La decisión adoptada por Sanidad para permitir la reapertura de las discotecas llegó como «una bocanada de aire fresco», pero se truncó al conocer que habría que seguir esperando a alcanzar la Nivel 1 o, en su defecto, a que la incidencia sea descendente en aquellas comunidades en Nivel 2 (Castilla y León la alcanzó este viernes, pero la incidencia ha subido en los últimos días). Esto lleva implícito que los bares y discotecas con licencias de ocio nocturno no podrán abrir en la región de momento, pese a haber bajado a Nivel 2 de alerta. «Las sensaciones al principio eran buenas porque parecía que íbamos para arriba, pero nos han vuelto a tumbar todo y no es rentable mantener un bar de noche abierto si no nos ofrecen la posibilidad de trabajar», precisaba Vélez.
La Junta, a través de su presidente, Alfonso Fernández Mañueco, ha asegurado que no tiene intención de momento de abrir el ocio nocturno. Tampoco de acatar el acuerdo adoptado en el Consejo Interteritorial, pues además del horario de discotecas fijaba una serie de medidas que eran contrarias a las ya adoptadas en la región. Entre otras, nuevas restricciones para la hostelería que, según el Gobierno de Mañueco, carecen de sentido al haber mejorado la incidencia hospitalaria. «Defenderemos con todos los medios, incluso los jurídicos, los intereses de los castellanos y leoneses para garantizar la salud y seguir abriendo la economía», señaló Mañueco en su cuenta de Twitter.
«He tenido que cerrar la discoteca porque no se puede mantener un negocio en estas condiciones»
Miguel Gibello, 'RocnRolla' y 'Calaveras y diablitos'
Tras esto, la Asociación de Hostelería de Valladolid ha reiterado a las autoridades que «no se puede dejar a más gente atrás». Destacan que pasar al Nivel 2 no alivia el problema económico que vive el sector y solicitan una ampliación horaria. «Valoramos positivamente no limitar el horario de las terrazas y que se mantenga el que existía antes del primer estado de alarma, según la licencia de cada municipio».
«Nos vuelven a limitar y, sin poder trabajar, no es rentable mantener un bar de noche abierto»
Alberto Vélez, 'Tacuba'
Quince días más
Ahora bien, las discotecas, tras más de un año cerradas, deberán así esperar al menos quince días más para poder volver a abrir al público con una serie de limitaciones. Con esta «ilusión», la de poder volver a abrir su bar de copas y de «salir de una vez por todas del bache en el que está la hostelería», amanecía Víctor Morgan, propietario del bar 'Morgan'. Hace unos meses se vio obligado a cambiar la licencia con la que contaba para poder abrir también durante el día y ahora, que parecía que la reapertura del ocio nocturno estaba próxima, ve como «una zancadilla más» la decisión de esperar al Nivel 1, la que contemplaba la Junta en su semáforo de desescalada. «Es una nueva decepción que se añade a todas las que llevamos encima desde que comenzó la pandemia, porque continúan tomando decisiones sin contar con nosotros y que implican medidas estúpidas», declaraba tras la barra de su establecimiento mientras servía un café a un cliente.
«Esto es una zancadilla más añadida a todas las medidas estúpidas que arrastramos»
Víctor Morgan, 'Morgan'
El parón de la actividad prolongado y las continuas restricciones han llevado al cierre «obligado» al menos temporal, del emblemático 'RocknRolla'. Su propietario, Miguel Gibello, asegura que dependen de que se restablezcan los horarios de nuevo y, «vistas a que esto va a durar bastante tiempo, está claro que es inviable mantener un bar pagando una renta tan elevada». Una situación que le ha llevado a centrarse en el bar que regenta junto a su hermano, José, el 'Calaveras y diablitos', de Cantarranas. Pero su opinión es firme y asegura que «el virus no diferencia entre licencias de bar normal o discoteca. Lo único que han fomentado es que la gente haga botellones y fiestas en casas, no sé si es para recaudar más dinero a base de las multas o para seguir fastidiando a la hostelería». «No sé qué va a ser lo siguiente», añadía Gibello visiblemente molesto. Pagar las deudas generadas les llevará «años» y desconoce cuándo terminará esta situación y el resultado con el que se saldará. «Si hubieran permitido abrir en esta fase, habríamos abierto el 'Calaveras', lo que supondría una bombona de oxígeno para recuperar la normalidad, pero parece que seguimos igual y desconozco en qué se basan para no dejarnos abrir todavía».
Las compensaciones prometidas destinadas a la hostelería, dicen, han llegado «tarde y mal». Alberto Vélez apunta que «las ayudas no llegan y son muchas las familias que comen y no se puede mantener una vida sin cobrar un duro», sostiene este joven camarero, que ha visto mermados sus ingresos por los continuos cierres y restricciones impuestos a la hostelería.
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