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Viernes, 9 de septiembre 2022, 14:17
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Las casetas, los carruseles, los conciertos, las peñas… Valladolid está de fiesta, pero hoy viernes hay una nueva algarabía que todos echábamos de menos y que ha llenado de risas (y de algún llanto) la mañana de la ciudad. La vuelta al colegio ha llegado para los alumnos de Infantil y Primaria y, con ella, los juegos infantiles en el patio, las carreras de mochilas por las calles y los atascos a la hora de salida en la puerta de los coles. Se echaba de menos la normalidad. Este curso escolar 2022/23 es el primero, tras el estallido de la pandemia, que arranca sin las restricciones impuestas por el Gobierno autonómico.
En Castilla y León han sido 178.936 los estudiantes que han comenzado hoy las clases. En concreto, en Valladolid, el número asciende a 43.826 alumnos, de los cuales, 4.652 son de primer ciclo de Educación Infantil, 10.641 de segundo ciclo de Educación Infantil, 28.100 de Primaria, 400 de Educación Especial y 33 alumnos que estudian ESO en centros de Primaria.
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La eliminación de los protocolos sanitarios supone una mayor libertad para los alumnos y también para los profesores, para quien ha sido «una gran alegría» recuperar la rutina perdida en marzo de 2020. Así, por ejemplo, en el colegio de Teresianas, a las 9:50 horas de la mañana, había un gran bullicio de padres y niños que se veían las caras tras el verano. La novedad es que no tenían que guardar fila para acceder a las aulas. «No ha habido filas, pero los niños han entrado de forma escalonada y con orden. Otra novedad es que teníamos por costumbre recibir a todos los alumnos en el salón de actos para darles la bienvenida y aunque podíamos hacerlo, hemos preferido evitar juntar a todos y que cada niño fuera directamente a su clase. Allí, con los tutores, han realizado dinámicas de acogida», explica Amaya Carrera, directora de nfantil y Primaria del colegio Santa Teresa de Jesús. «Otra novedad de este curso es que la adaptación para los niños de 3 años ha sido voluntaria. Hay padres que han preferido hacerla y otros que, por su situación personal o laboral, han optado por cumplir el horario normal. Es una gozada ver que en las clases ya no hay mascarillas y que en el recreo todos pueden jugar con todos, ya que no hay grupos burbuja. Eso les viene bien para su sociabilización. Este curso, por fin, recuperaremos actividades como la capilla, festivales de Navidad, excursiones… algo que es muy necesario para los niños», prosigue esta directora.
La pequeña Ana, de 5 años, iba muy contenta al reencuentro con sus compañeros de 3º de Infantil de este colegio, que no conoce sin restricciones ya que hasta el año pasado pertenecía a un grupo burbuja. «Estaba feliz por ver a sus amiguitos, ella se ha preparado su estuche y todo. Quería que le tocara con su profesora del año pasado, ya que es lo que más confianza le daba», explica su madre, Raquel Calzón.
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Para los equipos docentes no ha sido un inicio fácil, especialmente para aquellos que estrenaban cargo como Gabriel Rodríguez, que ha asumido las tareas de nuevo director del CEIP Parque Alameda. «Ha sido duro. En el equipo directivo somos los tres nuevos y son muchas cosas que tener en cuenta como transporte, comedor, servicio de madrugadores, matriculación extraordinaria, horarios lectivos… Pero lo importante ha sido ver la ilusión en la cara de los niños en este día de reencuentro sin protocolos, distancias, ni mascarillas. Eso nos hace muy felices», apunta este director, que para este curso ha recibido la matrícula de dos familias ucranianas. «Se incorporarán a partir del día 13 ya que hay que esperar a la resolución de las matriculaciones extraordinarias», puntualiza.
En la provincia se ha vivido la misma tónica. Así, en el CEIP Raimundo de Blas de Arroyo de la Encomienda, su directora, Laura García, afirma que ha sido «una jornada muy especial ya que los niños sólo estaban pensando en volver a sentarse junto a sus compañeros de pupitre sin distancias», explica. Para este nuevo curso, la Junta de Castilla y León ha extendido la gratuidad de la educación al tercer curso del primer ciclo de Educación Infantil, es decir, para los alumnos de edades comprendidas entre los 2 a los 3 años. Esto, a nivel organizativo, ha supuesto un esfuerzo a mayores.
«Hemos arrancado también con los chiquitines. Tenemos 6 niños de dos años y dos técnicos de Educación Superior Infantil que se hacen cargo de ese aula y la verdad, es que han entrado muy tranquilos y contentos», comenta la directora de este colegio de Arroyo con 375 alumnos. «También hemos tenido muy en cuenta al preparar el curso que este año van a coincidir dos leyes educativas. En Infantil y los cursos impares de Primaria arrancamos con la Lomloe, mientras que en el resto de cursos continuamos con la Lomce, con todo lo que ello implica», agrega.
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