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Julio Maroto señala la foto de su hija en la orla de la Universidad de Valladolid, donde estudió Económicas.

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Julio Maroto señala la foto de su hija en la orla de la Universidad de Valladolid, donde estudió Económicas. Fran Jiménez

«Si vas a ser ministra, tienes que hacerlo bien»

Los padres de la vallisoletana Reyes Maroto viven emocionados el último éxito profesional de su hija, una mujer «muy inteligente y responsable», la definen en su pueblo

Patricia González

Jueves, 7 de junio 2018

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El próximo mes de agosto, cuando Reyes Maroto regrese a su localidad natal, Ataquines, para disfrutar de las fiestas patronales o para darse largos paseos por las calles y plazas de este pequeño municipio vallisoletano, lo hará como ministra de Industria, Comercio y Turismo, cartera que ostenta desde ayer mismo, cuando prometió su cargo. La imagen de la vallisoletana, vestida de blanco, y sus primeras declaraciones, en las que se marcó como reto principal «impulsar y colocar a España en Europa y mantener el crecimiento sostenido en el tiempo con garantías de derechos laborales», fueron los dos temas de conversación de muchos de los vecinos que desde el pasado miércoles se han acercado hasta el domicilio familiar para felicitar a sus padres.

«Estamos muy emocionados porque es un orgullo que nuestra hija sea ministra», afirma su madre, Pilar Illera, quien, con lágrimas en los ojos, recordaba que el pasado lunes su hija llamó por teléfono a la hora de la comida para decirles que iba a ser una de las nuevas integrantes del equipo de Gobierno del socialista Pedro Sánchez. «Nos dijo que podría ser ministra. Y que no comentáramos nada porque no estaba cerrado», explica su padre, Julio Maroto, mientras su esposa apostilla que en ese momento rompieron a llorar. «Porque es una alegría enorme. De la emoción que sentimos ya ni terminamos de comer. Nos quedamos los dos callados, en silencio, pensando en que nuestra hija Reyes sería ministra en una etapa difícil... Pero su padre le dijo muy claro que, si iba a ser así, tenía que hacer las cosas bien».

Los padres de Reyes Maroto, con sus tres hijos en una imagen antigua. Foto cedida por la familia

El matrimonio digirió en silencio la noticia. «Llamé a sus hermanos al día siguiente y se lo contamos. Mis hijos no se lo creían y me decían: ¿de verdad va a ser ministra?», cuenta Julia, quien recuerda que Reyes, con tan solo cinco o seis años, «se levantaba la primera, repasaba la lección» y antes de ir al colegio le pedía que se la preguntara, «porque siempre ha sido muy perfeccionista y muy rigurosa con los estudios».

Y es que el comentario «es una chica muy inteligente, como sus dos hermanos», es uno de los más escuchados en las calles y bares de Ataquines.A ese se añade otro, también muy elogioso: «Es muy sencilla, siempre amable y se relaciona bien con todo el mundo», dicen algunos de los vecinos de la localidad, quienes esperan que como ministra de Comercio que es «haga algo por Ataquines». Aunque sea para intermediar. «Somos un pueblo agrícola y a pesar de que la reforma agraria y la PAC no dependen de su Ministerio, podría mediar con quien corresponda», piden al unísono Pedro González Nieto, Alberto Martín, Manuel Izquierdo y Venancio Martín.

Vecinos de Ataquines comentan el nombramiento con el perfil de la nueva ministra en El Norte. Fran Jiménez

Una vez asimilado el nuevo cargo de su hija, sus padres, que a primera hora de la mañana desearon suerte a Reyes – «yo estaba muy nerviosa por si se confundía, aunque tengo que decir que la he visto muy bien, muy correcta y muy tranquila», explica su madre haciendo referencia a la imagen de la toma de posesión– recuerdan que, con 13 años, esta adolescente amante de los números, –«siempre fue muy buena con las cifras»– daba clases de matemáticas a otros compañeros y niños del pueblo.

«Yo le decía: Reyes, ¿no quieres disfrutar del verano como otros niños? Y ella me respondía que le gustaba dar clases particulares de matemáticas a los chicos del pueblo que lo necesitaban en verano», narra Julia, quien destaca de su hija que «siempre fue muy buena estudiante, tuvo becas y muchas matrículas de honor, y cuando con 22 años se fue del pueblo a Madrid para trabajar en el Banco de España, ya fue todo un orgullo para nosotros, aunque ahora lo supera todo».

La familia, con los tres niños aún pequeños. Foto cedida por la familia

Trabajadora, constante, firme, decidida y con mucha curiosidad son algunos de los calificativos con los que sus amigos de Ataquines definen a la nueva ministra. «Siempre fue muy lista, pero lo mejor que tiene Reyes es que es muy sencilla y muy trabajadora, muy pegada a la calle, por lo que conoce de primera mano todos los problemas de la sociedad», explican algunos amigos que confiesan que de pequeña disfrutaba de las fiestas con su peña.

Después, con los años, Reyes ha seguido manteniendo los vínculos con toda su gente, los de toda la vida, y con su pueblo, al que acude siempre que puede con su marido, ingeniero de profesión, y sus dos hijos que, al igual que su madre, disfrutan de las tardes de verano en esta localidad vallisoletana.

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