Un mes sin rastro del guardia civil vallisoletano desaparecido en Cantabria mientras pescaba

Pocas noticias tiene la familia al respecto cuando se cumple un mes de la desaparición de Javier Gaizka. Desde aquel fatídico miércoles, un operativo rastrea por tierra y fundamentalmente mar y aire la zona por donde se perdió la pista al vallisoletano, de 43 años y que llevaba apenas seis meses en Santoña, donde estaba destinado. Tiempo más que suficiente para ganarse el cariño y respeto tanto de sus compañeros como de los vecinos de la zona. «Sabemos que se está manteniendo el operativo, que durante todo este mes no se le ha dejado de buscar, y estamos muy agradecidos a la Guardia Civil y a todos los equipos movilizados», apunta una prima del agente, al tiempo que insiste en que «lo único que queremos es que aparezca cuanto antes».

Javier Gaizka Redondo desapareció el miércoles día 5 cuando estaba pescando en la costa de Isla (Arnuero), y la última vez que se le vio fue en el mirador de Corporales. Allí acudió el guardia civil vallisoletano a pescar al lugar a primera hora y fue cuando no se presentó en el trabajo, a las dos de la tarde, al inicio de su turno, cuando se dio el aviso.

Lo primero que hicieron sus compañeros de la Benemérita fue averiguar dónde había pasado la mañana, y cuando descubrieron que estuvo pescando, dieron el aviso para que los servicios de emergencias desplegaran un amplio dispositivo de búsqueda en la zona. En las primeras inspecciones encontraron los aparejos de pesca y a sus dos perros, que habían acudido al lugar con el desaparecido. La hipótesis que se baraja desde el primer momento es la de la caída al mar.