Lola Herrera, la gran dama de los escenarios, recibe la Medalla de Oro de Valladolid
La actriz acoge emocionada el homenaje de su ciudad por su extensa trayectoria profesional
Serían necesarias varias páginas para plasmar una trayectoria tan impecable como apasionante. Pocas personas pueden presumir de ser embajadoras y amantes de su profesión a partes iguales y hacerlo además con la misma ilusión durante setenta años. La dama de los escenarios, Lola Herrera, ha vuelto a deslumbrar en la ciudad que la vio nacer un caluroso 30 de junio de 1935.
Este lunes ha regresado al teatro donde comenzó su vida artística, ha vuelto a subirse a las tablas del Calderón, donde actuó por primera vez, aunque por entonces tenía solo 12 años y lo hizo para participar en un concurso musical. Después, la vida y un indiscutible talento innato se han encargado de llevarla a lo más alto del panorama cultural.
Con la exquisita elegancia que caracteriza a la icónica actriz, Lola Herrera ha vuelto hoy a su teatro manteniendo la ilusión y el nerviosismo de esa niña primeriza que, emocionada y agradecida, ha recibido de manos del alcalde la Medalla de Oro de una ciudad orgullosa de ella.
El público en pie, como no podía ser de otra manera, para transmitir el afecto con sus aplausos. La protagonista indiscutible, la gran Lola Herrera, ha recibido la primera de las sorpresas en una tarde de emociones con la visita inesperada de su hija, Natalia Dicenta, quien ha sido la primera en dedicarle palabras de cariño y admiración. «Me enseñas a mirar lejos, a mirar con esperanza. Gracias por darme la vida», le ha dicho a su madre antes de dedicarle una emotiva canción a una Lola Herrera, que visiblemente emocionada se iba preparando para una tarde de homenaje que Valladolid le ha brindado a una de las más grandes actrices del teatro.
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Un vídeo para hacer un recorrido de su infancia, de su juventud y, por supuesto, de su relación profesional y de amistad con Miguel Delibes ha servido para destacar su memorable trayectoria con el monólogo del escritor vallisoletano, Cinco horas con Mario. Una obra que comenzó a interpretar el 26 de noviembre de 1979 en el Teatro Marquina de Madrid y que por entonces solo estaba previsto que durase en cartel apenas dos semanas. «Mañana estreno ¡Delibes, por primera vez, al teatro! ¡15 únicos días!», así se anunciaba la interpretación y cuatro décadas después, el público se sigue rindiendo a la actriz que continúa dando vida a Carmen Sotillo en los escenarios.
El alcalde de Valladolid, Óscar Puente, ha dedicado un emotivo discurso ensalzando la extensa trayectoria personal y profesional de una artista «querida y admirada por sus paisanos en una ciudad que ha dado el nombre de Lola Herrera a una plaza del barrio donde creció, Las Delicias, o nombrándola embajadora del Calderón, donde este martes y este miércoles pondrá el broche de oro a su interpretación de Carmen Sotillo, que forma parte de los anales del teatro español».
Tras su discurso ha llegado el esperado momento en el que el alcalde le ha puesto la Medalla de Oro de Valladolid a la icónica actriz, que volvió a lugar una vez más que el público se rindiese a sus pies, como muestra de respeto y admiración.
Lola Herrera visiblemente emocionada, agradecida «y nerviosa» ha expresado su agradecimiento a los presentes. «Han sido muchas las emociones que he ido acumulando, todo lo que viene de esta tierra tiene un sabor muy especial, no sabría definirlo. Es un sentimiento muy profundo. Durante un año y 18 días fui una niña republicana, luego un golpe de Estado, la guerra, la dictadura y sus terribles consecuencias. Ha pasado mucho tiempo desde que marché a Madrid en busca de una oportunidad y quién podría imaginar que hoy, con 86 años cumplidos iba a estar aquí en este teatro tan querido recibiendo la medalla de mi ciudad. Os aseguro que la niña que llevo dentro no se ha movido de mi lado desde entonces, os agradezco este reconocimiento con toda mi alma», ha finalizado la gran dama del teatro ante un público que, una vez más, ha vuelto a rendirse a sus pies.
