Mayorga inaugura sus fiestas con un multitudinario desfile de peñas y el primer encierro
El Ayuntamiento recordó este miércoles a Escola García, que falleció recientemente y durante décadas se encargó de vestir El Vítor
Para los mayorganos, el final del mes de septiembre, de forma inalterable del 26 al 30, son los días de alegría y diversión, de los festejos taurinos y del Vítor, de la música y la peñas; son los días de fiestas en honor a su querido patrón, Santo Toribio de Mogrovejo. Unos días festivos que, a media tarde del miércoles, se iniciaron con el tradicional chupinazo desde el balcón del Ayuntamiento ante cientos de personas, que llenaron la plaza de España, convertida durante estos días en coso taurino.
El concejal de Festejos, Jesús Valdivieco, presentó a las jóvenes Ana Polo, Estefanía García y Mara García como festeras de 2018, poco antes de que cediera la palabra al alcalde mayorgano, Alberto Magdaleno, quien deseó que «en estas fiestas se concentre toda nuestra pasión y sentimiento por Santo Toribio», a la vez que animó a aparcar las preocupaciones y quehaceres diarios «para contribuir a hacer estas fiestas más grandes».

Las palabras del regidor dieron lugar a que se descorcharan cientos de botellas de cava en un magnífico ambiente de jolgorio y diversión, con el que se inició un multitudinario desfile de un gran número de peñas, que, con gran presencia de la música de las charangas, llenó la calle Derecha, este año, como el anterior, con un concurso de banderas.
Herencia de El Vítor
Uno de los instantes más emotivos del día se producía cuando las autoridades, como es tradicional, iban a buscar a primera hora de la tarde el Vítor a la casa de la familia que lo custodia, conocida como los Garatos. Fue el momento del recuerdo emocionado a Escolástica García, conocida por todos como Escola, quien durante gran parte de su vida fue la encargada de custodiar y vestir el Vítor, hasta su fallecimiento hace unos días. El alcalde mayorgano, Alberto Magdaleno, entregó a sus hijos, en presencia de su hermana Carmen, una placa «en agradecimiento a su labor callada y discreta de vestir el Vítor durante tantos años». El homenaje tenía lugar en la calle, en presencia del Vítor, portado por Ángel García Quirós, sobrino de Escola, como lo hizo durante décadas su padre, Ángel García Fierro, hasta su fallecimiento. Su hija, María Dolores Caballero, quien ha heredado la tradición de su madre, agradeció el gesto del homenaje.
Tras el desfile de peñas comenzó el primer encierro, en el que cuatro novillos, de impresionante presencia, y dos cabestros recorrieron una y otra vez la popular calle Derecha.
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