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Marcos Benito desenterró el colmillo del mastodonte: «Lo vio Javier y vine con piolet y cepillo»Deja claro Marcos Benito, bombero del Ayuntamiento de Valladolid, que al primero al que le llamó atención aquella «cosa extraña ovalada» fue a su ... amigo Javier Rueda, con quien casi a diario comparte paseo por Las Contiendas para que se desfoguen sus perros. La escorrentía por la acción del agua en esa ladera por la que siempre suben para completar su recorrido había dejado al descubierto algo que no era normal.
«Me dijo: 'allí hay una cosa rara'». Cuando le acompañó a ese sendero, junto a unas mesas de merendero apartadas del camino principal de acceso a esta zona forestal, el elemento le sorprendió. No parecía una piedra. No se le olvida la fecha en la que lo vio por primera vez: «el 29 de octubre de 2023».
La curiosidad de este aventurero solidario, voluntario en los rescates de migrantes en las costas de Lesbos durante la crisis de los refugiados en 2016, le llevó a bajar de inmediato a su casa, situada en las faldas de este cerro por la vertiente de Girón.
«Cogí un piolet, una espátula y el cepillo de una escoba y subí para arriba», relata mientras sigue con interés a pie de obra el trabajo de los arqueólogos y los restauradores durante el proceso de recuperación de los restos del mastodonte.
Poco a poco, con esa rudimentaria herramienta se fue abriendo paso en la tierra. «Cuando comencé a retirarla aprecié su forma ovalada y según seguía excavando con cuidado para no dañarlo vi que era algo largo y de forma cónica», cuenta. «Parecía un cuerno de elefante». Esa foto que ha circulado por las redes sociales del colmillo la hizo él. «La sorpresa fue muy grande, porque no te esperas que algo así esté enterrado en un parque de Valladolid por el que paseas todos los días», reconoce.
Al día siguiente, fue Javier el encargado de acercarse al Servicio Territorial de Cultura para comunicar el hallazgo. Desde entonces, este bombero y su amigo estaban esperando a que se completara la operación de rescate, que se ha saldado además con un 'bonus' inesperado al haber aparecido no solo su colmillo, sino la otra defensa del animal y parte del maxilar inferior de un ejemplar con una edad que supera los doce millones de años.
«La verdad es que es una satisfacción que hayamos podido contribuir a que a que se haya podido descubrir esto en Valladolid, aunque se ha tardado demasiado en sacarlo», señala este efectivo de los Bomberos que, a buen seguro, junto con Javier Rueda, afilarán aún más sus métodos de observación en próximos paseos por Las Contiendas. Vete tú a saber qué se pueden encontrar ahora.
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