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Manuel Ángel Martín, en el hospital de Madrid donde trabaja.. L. N.
Coronavirus en Valladolid. Manuel Ángel Martín: «He visto muchas cosas a lo largo de mi vida sanitaria, pero nada igual a esto»

Manuel Ángel Martín: «He visto muchas cosas a lo largo de mi vida sanitaria, pero nada igual a esto»

Auxiliar de enfermería en un hospital de Madrid, el vallisoletano advierte sobre lo imprevisible del virus

Laura Negro

Valladolid

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Lunes, 18 de mayo 2020, 07:39

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«Me considero una persona fuerte, pero el virus me ha hecho mucho daño a nivel emocional», cuenta Manuel Ángel Martín, un joven vallisoletano que desciende de Mota del Marqués y trabaja como auxiliar de enfermería en Madrid. Ha soportado una gran carga de trabajo, ha estado en primera línea muy expuesto al contagio, ha lidiado con la falta de material de protección y hasta ha sufrido la covid-19 en su propio cuerpo. Tiene 30 años, de los que 12 los ha pasado trabajando en hospitales de Valladolid y Madrid. Siempre quiso ser sanitario, aunque reconoce que las últimas semanas han sido tan duras que ha llegado a dudar de su elección. Le encanta interactuar con el paciente y el virus le ha privado de ese contacto directo.

Tiene plaza fija en las Urgencias del hospital Fraternidad-Muprespa Habana, en el corazón de Madrid. Un hospital que abrió hace un año y que está orientado principalmente al tratamiento y recuperación de lesiones traumatológicas. En las semanas de más saturación, desde los hospitales públicos se derivaron numerosos pacientes a los centros que las mutuas de accidentes de trabajo y prevención de riesgos gestionan en la comunidad vecina. Así fue como el hospital de Manuel comenzó a atender en exclusiva a personas infectadas por la covid-19. «Ante la acuciante necesidad de personal, me llamaron también de la pública para apoyar en otros hospitales cuando salía del mío. He doblado muchos turnos, llegando a trabajar 24 horas seguidas. Las urgencias y las plantas estaban saturadas y todos acabábamos la jornada agotados, pero por más que trabajábamos el número de pacientes no bajaba y hasta los pasillos estaban llenos. He visto muchas cosas a lo largo de mi carrera, pero nada igual a esto. La gente ingresaba, les atendíamos como mejor podíamos y en muchos casos nos quedábamos con la impotencia de no poder hacer nada más a nivel médico por ellos. La gente está engañada, el coronavirus no solo ha afectado a los más mayores. También muchos jóvenes han estado realmente enfermos», cuenta.

«La gente está engañada, el coronavirus no solo ha afectado a los más mayores»

Manuel ángel martín Sánchez

Manuel dice haber vivido un verdadero drama en el que lo peor era el miedo con el que los pacientes acudían a urgencias. «Nos preguntaban si se iban a curar, pero no podíamos decirles nada porque en cuestión de horas podían empeorar. Muchos entraban relativamente bien y a las pocas horas fallecían», lamenta este joven que, al igual que sus compañeros, tuvo que recurrir al ingenio para protegerse ante la falta de EPI. «Hemos ido improvisando con bolsas de basura y lo poco que teníamos. Pasaron muchos días hasta que empezó a llegar material. Hemos trabajado días enteros con la misma mascarilla, porque no había más», admite.

El 20 de marzo, al terminar el turno, Manuel empezó a sentir los primeros síntomas. Fiebre que no bajaba de 38, dolor de garganta, cefaleas y pérdida del olfato. Le entró el virus y con él, también el miedo. «Vivo solo en Madrid. Toda mi familia está en Valladolid y Bilbao y me aterraba que algo me sucediera y no poderme despedir. Me aislé en casa y desde Atención Primaria me llamaban todos los días para comprobar mi evolución. Cada día aparecía un síntoma nuevo. A mi familia no quise contarle mucho para evitarles preocupaciones», explica. La primera prueba se la hicieron a los quince días, después vinieron otras cuatro hasta que por fin dio negativo. «El virus me ha afectado más a nivel psicológico que físico y sentía mucha rabia por no poder echar una mano a mis compañeros», lamenta.

Saturación tras los «recortes»

Confiesa que ha llorado mucho, sobre todo cuando recibió llamadas del Clínico y el Río Hortega de Valladolid para trabajar. «Veía que en mi tierra necesitaban ayuda y yo me sentía impotente por no poder hacer nada. Me acordaba mucho de mis compañeros. Ha sido muy difícil de llevar. Ningún hospital estaba preparado para algo así. La saturación ha sido general y en gran parte ha venido propiciada por los recortes de años atrás. Los hospitales públicos tenían tanta falta de personal que empezaron a buscar a través de Infojobs, cuando normalmente las incorporaciones se hacen a través de convocatoria pública», dice Manuel. En su opinión todavía falta mucho para llegar a la normalidad. «Todavía hay muchos nuevos ingresos y plantas enteras de hospitales públicos con covid, aunque es cierto que las urgencias están más desahogadas que hace semanas», puntualiza.

«Entre los compañeros hay miedo y ansiedad. Cuando entro en el turno, no sé lo que me voy a encontrar y eso me genera mucha incertidumbre. Los aplausos y los reconocimientos que nos hacían los Cuerpos de Seguridad del Estado nos subían la moral», agradece.

«Los que incumplen el confinamiento y la distancia social es porque no saben cómo actúa la covid-19»

Manuel Ángel Martín lleva dos semanas trabajando tras incorporarse de su baja médica. En este tiempo ha visto como la situación ha cambiado sustancialmente. «Ahora ya no tengo que dar apoyo en otros hospitales públicos, así que solo trabajo en mi hospital, donde ya no tenemos casos, pero tenemos toda una planta montada en previsión de un posible repunte», informa. «A mi hospital derivaban a los enfermos de paliativos, los más graves. La gestión del Hospital Fraternidad-Muprespa Habana y el trabajo de los profesionales ha sido impecable. Eran casos realmente complicados de sacar adelante y logramos que prácticamente todos se recuperasen por completo. Verles salir con el alta me llenaba de alegría», añade el joven vallisoletano.

«Cuando veo en la televisión imágenes con aglomeraciones, me doy cuenta de lo irresponsable que es la gente. Aquellos que no cumplen con el confinamiento y la distancia social es porque no saben cómo actúa la enfermedad. Si hubieran visto lo mismo que yo, no saldrían de casa», asegura este auxiliar de enfermería. «Creo que se ha empezado muy pronto la desescalada. Todavía hay muchos casos y el virus va a seguir aquí un tiempo», advierte.

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